lunes, 30 de diciembre de 2013
UN LUGAR DE PRUEBAS
Muchos creyentes llegan a lugares de pruebas. A veces el Señor nos lleva a
lugares similares a Mara, donde las aguas de la vida son amargas (ver Éxodo
15:22-23). Y una vez allí, nosotros también enfrentamos una sed insatisfecha,
preguntas problemáticas y dudas graves. Tú puedes protestar: "No, ¡no me
puedes comparar a esos israelitas idólatras y fornicarios! ¡No puedes decir
que soy como ellos!"
Pero los pobres israelitas no reconocieron estas cosas sobre ellos mismos; no
se dieron cuenta de lo que había en sus corazones hasta que llegó la hora de
la prueba. Creo que lo mismo es cierto para el pueblo de Dios hoy. El profeta
Jeremías escribe: "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y
perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9).
Recuerda que este es el mismo pueblo que más adelante, tembló delante del
Señor en el Monte Sinaí, después de oír Sus mandamientos, contestando
rápidamente: "Todo lo que Dios ha dicho, haremos. ¡Vamos a obedecer cada
orden!" Y los hijos de Israel fueron sinceros en cada palabra que decían.
Estaban llenos del temor de Dios y convencidos de que no fallarían en
honrarlo. Pero no tenían idea de lo que había en sus corazones; en realidad,
estaban en bancarrota espiritual.
Como ves, Israel vivía a través de la experiencia de su pastor y maestro,
Moisés. No tenían fe propia y cuando Dios quitó a Moisés de en medio de
ellos, ¡ellos apostataron en cuarenta días!
Lo mismo sucede con muchos cristianos hoy en día. Cuando oyen la Palabra de
Dios predicada, ansiosamente se comprometen a someterse a ella con todo su
corazón. Pero en realidad, están viviendo a través de la experiencia de
alguien más. Se alimentan de audios de enseñanza, seminarios, revelaciones de
sus pastores y no tienen su propia experiencia profunda con Cristo.
Amado, no puedes obtener la verdadera revelación de Dios a partir de alguien
más. Un predicador puede motivarte e inspirarte, y podrás aprender a recitar
preceptos bíblicos. Pero hasta que tengas tu propia experiencia con Jesús y
desarrolles una historia con Él, no podrás conocerlo. Su Palabra debe abrir
camino en tu corazón hasta que se vuelva una experiencia viva.
DAVDI WILKERSON
viernes, 27 de diciembre de 2013
DIOS HABLA EN SERIO
¿Te expones a una fuerte predicación que amorosamente descubre tu pecado? Si
es así, ¿permites que esa palabra te convenza de pecado? o ¿regresas a tu
pecado sin dolor en absoluto?
Si estás rechazando las advertencias de la restricción del Espíritu Santo,
desobedeciendo a Dios una y otra vez, sin ningún tipo de dolor de corazón,
entonces estás siendo reclutado para la secta del Anticristo. El diablo está,
silenciosamente, iniciándote en su “misterio de iniquidad", y cuando el
prometedor y milagroso Anticristo venga, ¡serás barrido por sus mentiras y
entregado a un engaño!
Escucha lo que Pablo dice sobre los creyentes transigentes, que ceden su
principios y rehúsan amar y obedecer la Santa Palabra de Dios: "A fin de que
sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron
en la injusticia" (2 Tesalonicenses 2:12).
Aquí están los resultados ominosos de no creer ni actuar en la verdad de
Dios:
* El corazón se endurece por el engaño del pecado.
* Satanás obra en el corazón que se endureció por justificarse a sí
mismo, por lo que se le aligera de todo temor a la sanción.
* El creyente llega a ser cegado por la mentira que dice que no hay paga del
pecado, ni día del juicio y que puede salirse libre con su placer lujurioso.
* El creyente cae presa de doctrinas de demonios, pensando que lo malo es
bueno y lo bueno es malo.
* Eventualmente se aleja tanto de Cristo y de la verdad, que se vuelve ciego
a quién es el Anticristo, y acaba por servirle y adorarle como a un dios
* En el Día del Juicio, Dios le dirá a tal persona: "¡Apártate de mí,
hacedor de maldad!”
Amado, no tiene por qué ser así para ninguno de nosotros. Dios ha hecho una
promesa de pacto de eliminar todo engaño de nosotros y darnos la victoria
sobre el pecado, a través del poder de la cruz de Cristo. Todo lo que pide es
que le declaremos la guerra a nuestro pecado, diciendo: "No voy a hacer la paz
con este hábito. Me niego a mantenerlo. Líbrame, Padre, por Tu Espíritu".
Cuando Él escucha esta oración, enviará tal poder del Espíritu Santo y
gloria desde el cielo, ¡que el diablo no va a tener ni una oportunidad!
Ora ahora mismo para que Dios implante en ti una gran reverencia por Su
Palabra. Pídele que te ayude a ser disciplinado en tu lectura de las
Escrituras y pide al Espíritu que te ayude a tomar en serio lo que lees y
¡cree que Dios habla en serio!
DAVID WILEKRSON
jueves, 26 de diciembre de 2013
PARA AQUELLOS QUE NO OBEDECEN
A lo largo de las Escrituras, Dios nos da una idea clara de lo importante que
es obedecer Su Palabra. Vemos un ejemplo así, en la vida del rey Saúl. Dios
le dio a Saúl, instrucciones claras y específicas a través del profeta
Samuel: "Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te
apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas,
ovejas, camellos y asnos" (1 Samuel 15:3).
¿Acaso Saúl obedeció esta orden del Señor? La Escritura nos dice: "Y Saúl
derrotó a los amalecitas…Y tomó vivo a Agag rey de Amalec…Saúl y el
pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los
animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron
destruir" (versículos 7-9).
Dios había hablado a Saúl en términos clarísimos. Pero Saúl fue a la
batalla, obedeció al Señor sólo en parte. En vez de destruir a todos y a
todo, perdonó el rey Agag y conservó incluso algunos de los despojos de la
batalla.
El dolor por esto golpeó fuertemente a Samuel. Le dijo a Saúl: "Y Jehová te
envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles
guerra hasta que los acabes. ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová,
sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?"
(Versículos 18-19).
En este punto, la Escritura nos da una Palabra dolorosa, escalofriante: "Y vino
palabra de Jehová a Samuel, diciendo: Me pesa haber puesto por rey a Saúl,
porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras"
(versículos 10-11).
¿Describe esto tu vida? ¿Te ha dicho Dios sin lugar a duda que trates con
cierto hábito en tu vida, y sin embargo sigues aferrado a él, negándote a
renunciar a él? Su Espíritu puede estar hablándote ahora mismo, con una voz
suave, amorosa, diciéndote: "Tu pecado se interpone entre nosotros,
interrumpiendo nuestra comunión. Ya no puedo bendecirte mientras persistas en
ello. Confía que Mi Espíritu te ayudará, hijo mío".
Samuel le dijo a Saúl: "Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y
como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra
de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey" (versículo 23).
Dios rechazó a Saúl por su desobediencia.
Dios nos está diciendo a través de este pasaje, que Él habla en serio. Él
está diciendo: "Yo te estoy mostrando lo que siento acerca de tu obediencia a
mí. Quiero todo tu corazón, ¡no sólo una obediencia a medias!"
DAVID WILKERSON
lunes, 23 de diciembre de 2013
BOTAS DE VAQUERO
El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segará" (2 Corintios 9:6).
Hace varios años yo estaba sirviendo como pastor asistente en la Iglesia Times
Square en Nueva York. Anteriormente, cuando vivía en Texas, había comprado un
par de botas originales de vaquero de Texas y ¡eran preciosas! Las llevaba
puestas en mi oficina cuando un indigente entró. Él había estado a la deriva
y pidiendo aventones por todo el país y tenía una mala actitud.
"No sé por qué estoy aquí", dijo. "Todas las iglesias son iguales. Gastan su
dinero en edificios y ustedes, los pastores ricos, tienen autos y esas cosas".
Luego miró hacia abajo y dijo: "Mírate, tienes esas hermosas botas de vaquero
y yo tengo estos zapatos viejos y rotos de lona".
"¿Te gustan estas botas?" pregunté. Y antes de que pudiera responder, ni
siquiera lo pensé dos veces. Simplemente me quité las botas y se las di, y
luego volví descalzo a mi casa.
Unos seis meses después, recibí una llamada telefónica de un amigo que
pastorea en Greensboro, Carolina del Norte. "Gary", dijo, "no vas a creer esto.
Tengo frente a mí a un tipo sentado en mi oficina que dice que hace seis meses
tú le diste un par de botas de vaquero. Él no puede olvidarse de ti ni de tu
iglesia. Él ha estado pidiendo aventones por todo el país durante seis meses
y mientras camina, sigue mirando esas botas y pensando en el amor de Jesús".
Este hombre entró en la iglesia de mi amigo y le dijo: "Oye, este pastor en la
ciudad de Nueva York me dio estas botas de vaquero. Fui a una iglesia llamada
“Times Square” y él era uno de los pastores asistentes".
Steve preguntó: "¿Se llamaba Gary?".
"Sí, ése es el tipo. Se llamaba Gary".
Mi amigo Steve le dijo al hombre: "Bueno, durante seis meses, el Espíritu
Santo ha estado detrás de ti. ¿Estás listo para darle tu vida a Cristo?"
El hombre respondió: "Es por eso que estoy aquí. Vine a esta iglesia a dar mi
vida a Jesús hoy".
Quiero animarte a que, incluso si sientes como si estuvieras en una hambruna,
busques oportunidades. ¿Estás en una hambruna en tu matrimonio? Busca una
oportunidad de servir, de amar, de bendecir a tu cónyuge. ¿Estás en una
hambruna con tus hijos? ¿Hay división y tensión? Busca una oportunidad de
amar, de servir, de ordenar tu casa según los caminos del Señor .
¿Tienes dificultades económicas? Busca la manera de ser de bendición a otros
en medio de la hambruna y encontrarás las ventanas de los cielos abiertas. Dios
derramará ricas bendiciones sobre tu vida.
gary wilkerson
viernes, 20 de diciembre de 2013
IMPEDIMENTOS PARA LA MANIFESTACION DE LA VIDA DE CRISTO EN NOSOTROS
Si tu impedimento es la ambición, Dios puede abrirte una tremenda puerta de
oportunidad. Puede ser el proyecto más grande y ambicioso de tu vida, y Dios
permitirá que te embarques en él, pensando: ¡Eso es! Al fin ha llegado mi
gran oportunidad.
Entonces el Señor permitirá que todo se desplome. Terminarás entre las
ruinas de tu sueño, llorando: ¡Señor, pensé que este proyecto era tu
voluntad! Pensé que tenía tu bendición. Oré fielmente a ti acerca del
asunto, y me dejaste llegar hasta aquí. ¿Cómo pudiste permitir que fracasara
tan miserablemente?
El fracaso de tu proyecto pretende ser la muerte a todo lo que impida que la
vida de Cristo se manifieste en ti.
Tu impedimento pueden ser las increíbles revelaciones que recibes de la
palabra de Dios. Te preguntarás: ¿Cómo puede ser que una revelación fresca
pueda ser un impedimento para un amante de Jesús? Un día te puedes estar
gozando por las nuevas verdades que te han sido reveladas, doctrinas profundas
que nunca antes habías visto. Tu confianza aumenta, porque constantemente
aplicas cada revelación nueva a tu caminar con el Señor.
De repente, sin ninguna razón aparente, tu alma entra en una etapa de sequía.
Pronto tu gozo y seguridad dan lugar a un sentir de fragilidad e inutilidad. Una
depresión inexplicable llena tu alma, y cada día se convierte en una carga
para ti.
Las Escrituras que una vez habían cobrado tanta vida en tu corazón ahora
parecen un libro cerrado. En lugar de recibir revelación, piensas si es que
alguna vez podrás volver a aprender algo, pero el problema no es tu intelecto.
Tu sequía pretende apresurar la muerte a toda confianza en tu carne. Es una
muerte a tu tendencia de gloriarte en la revelación que te ha sido entregada,
en vez de recibir tu gozo de Cristo.
El hecho es que la revelación tiende a producir orgullo. Esta es la razón por
la cual Dios permitió un aguijón en la carne de Pablo. Él estaba impidiendo
que Pablo se gloríe en sus muchas grandes revelaciones. Dios quería que su
fiel siervo se mantuviera humilde en todo.
Todo este proceso de tener que soportar “situaciones de muerte” puede
parecer cruel. Sin lugar a dudas, es uno de los aspectos más dolorosos de
nuestro caminar con Jesús. Pero si permitimos que la muerte termine su obra en
nosotros, la vida resucitada de Cristo fluirá libremente desde nosotros. Si,
por otro lado, resistimos la obra de la muerte, ¡nunca tendremos la vida de
Cristo en nosotros!
DAVID WILKERSON
jueves, 19 de diciembre de 2013
ENTREGADO A LA MUERTE
El apóstol Pablo escribe: “Porque nosotros que vivimos, siempre estamos
entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestra carne mortal.” (2 Corintios 4:11)
Cuando Pablo dice: “nosotros que vivimos”, está haciendo eco de las
palabras de Jesús en Apocalipsis 1:18 (NTV): “Yo soy el que vive”. Pablo
está hablando aquí de cristianos, aquellos que confían en Cristo y tienen Su
vida habitando en ellos. Sin embargo, Pablo está diciéndonos en efecto que
también hemos sido entregados a la muerte.
Así es, tal como el Padre entregó a su Hijo a la muerte, de igual manera Él
entrega a todos los que están en Cristo. Dios guía a cada uno de nosotros de
la mano a las mismas puertas de la muerte y dice: “Aquí, muerte, toma a
éste también. ¡Haz lo que tengas que hacer con él!” Y en ese momento, la
mano de Dios no nos protege, más bien, nos guía a las mismas fauces de la
muerte.
Te preguntarás por qué Dios haría esto. Él lo hace por la misma razón que
Él entregó su hijo a la muerte. Él sabe que la muerte, el dolor y la
tristeza no nos pueden envolver por completo ni destruir, ¡Porque tenemos
dentro de nosotros la vida de Cristo mismo!
Dios sabe que no hay riesgo para nosotros, como tampoco lo había para Jesús.
Y Él tiene un plan de victoria para nosotros, como también lo tuvo para su
propio Hijo. Sin embargo, esta victoria sólo puede lograrse en nosotros a
través de la muerte.
Pablo nos advierte: “Si tienes la vida resucitada de Cristo en ti, Dios te va
a lanzar a la muerte ¡todos los días de tu vida!
El apóstol añade: “Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo
el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.” (Romanos 8:36). El
significado griego aquí es: “Todos los días somos entregados a la
muerte.” En resumen, Pablo está diciendo: “Todos los días confronto una
nueva situación de muerte.”
Quisiera que entendieras que Pablo no se está refiriendo a la muerte física
aquí, sino que a un tipo de muerte que nos sucede diariamente en nuestro
caminar con Cristo. Cuando él testifica: “…cada día muero.” (1
Corintios 15:31), se está refiriendo a tribulación, aflicción, persecución,
peligro y problemas de todo tipo.
En esencia, Pablo está diciendo: “Nosotros que tenemos la vida de Cristo en
nosotros somos entregados constantemente a una situación de muerte tras otra.
Todos los días, alguna nueva prueba nos golpea. ¡Pero tenemos la vida del
Hijo de Dios dentro de nosotros!
DAVID WILKERSON
miércoles, 18 de diciembre de 2013
BENDECIDOS PARA SER DE BENDICIÓN
Dios quiere bendecirte y favorecerte. Él quiere enriquecer tu matrimonio y tu
vida espiritual. Él quiere que seas sabio, que puedas discernir y tomar
decisiones inteligentes que te conduzcan a tener bendición en tu vida.
Sin embargo, tenemos que ser cuidadosos con las bendiciones de Dios. No
cuidadosos porque Él nos bendice, sino que cuidadosos con lo que hacemos con
esas bendiciones. Muchos de nosotros recibimos las bendiciones de Dios, pero
luego las convertimos en algo egoísta.
En Lucas 12:16-19, Jesús habla de un hombre que fue bendecido: “La heredad
de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí,
diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?”
Dios es generoso y ama a derramar bendiciones sobre sus hijos. El hombre de
esta historia fue bendecido en abundancia, pero al mirar de cerca el conflicto
en esta historia, vemos que da un giro en la dirección equivocada.
Vemos que el hombre bendecido “pensaba dentro de sí mismo”. Allí es donde
a menudo el problema comienza, mi amigo. Dios comienza a bendecirnos y nosotros
empezamos a pensar: “¿Qué voy a hacer con esto?” Cuando comenzamos a
preguntarnos qué hacer con nuestros recursos, el egoísmo suele brotar. Mira
el lenguaje aquí: “Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré,
porque no tengo dónde guardar mis frutos?”
¿De quién son los frutos (bendiciones)? Pertenecen a Dios: ¡Todo pertenece a
Dios! Así que la mente de este hombre se estaba volviendo egoísta. Estaba
empezando a ver los dones de Dios, las relaciones, los talentos, como cosas que
se podrían utilizar para su propio beneficio, y el egoísmo comenzó a penetrar
en la fibra misma de quién era.
“Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y
allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos
bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe,
regocíjate.”
Debemos ser muy cuidados cuando escuchamos predicar acerca de las bendiciones
de Dios. Nuestra percepción de Sus bendiciones es de vital importancia.
¿Queremos amontonar bendiciones para nosotros mismos y así crear un pequeño
capullo perfecto para nuestra comodidad y placer? ¿O queremos mirar a nuestro
alrededor y bendecir a los demás? Somos bendecidos desde el mismísimo
principio del pacto de Dios de bendecir a la humanidad: ¡Bendecidos para ser
de bendición!
GARY WILKERSON
martes, 17 de diciembre de 2013
VIDA RESUCITADA
Mientras Jesús estaba en silencio en la tumba, Satanás y sus hordas se
alegraban. Ellos pensaron que habían ganado una victoria irreversible, pero en
todo momento, el plan predeterminado de Dios estuvo en marcha, ¡un plan para la
vida resucitada!
El Señor envió a Su Espíritu Santo a las mismas entrañas de la muerte y
allí el Espíritu vivificó el cuerpo de Jesús, levantándolo de los muertos.
Nuestro bendito Salvador salió de la tumba, atravesando la gruesa piedra, con
este testimonio:
"El que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los
siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades" (Apocalipsis 1:18).
Cristo está diciendo: "¡Yo soy el que tiene la vida eterna! Estuve muerto,
pero estoy vivo, ahora y para siempre. ¡Yo tengo en Mis manos las llaves de la
vida y la muerte!"
El momento en que Jesús salió de la prisión de la muerte, se convirtió en
la resurrección y la vida. Lo hizo no sólo para Sí, sino para todos los que
creyeran en Él desde ese día. Él nos trajo una vida de resurrección ¡más
allá del poder de la muerte! Por lo tanto, ya no hay ninguna razón para que
un cristiano tema a la muerte o la vea como un enemigo. Nuestro Señor la ha
vencido por completo: "al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte"
(Hechos 2:24).
Si has recibido a Jesús como tu Salvador y Señor, entonces Él vive en ti
como el gran poder de la vida resucitada. El mismo poder de resurrección que
Lo levantó de la tumba, te sustentará también. "¿O no os conocéis a
vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros?" (2 Corintios 13:5). Tú
tienes dentro de tu ser todo lo que está en Cristo, ¡una poderosa fuerza
vital que Satanás no puede destruir!
"Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os
dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el
hombre interior por su Espíritu" (Efesios 3:14-16).
DAVID WILKERSON
lunes, 16 de diciembre de 2013
ENTREGADO A LA MUERTE
En el Día de Pentecostés, el apóstol Pedro declaró a las multitudes en
Jerusalén: "Jesús nazareno…entregado por el determinado consejo y
anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos,
crucificándole" (Hechos 2:22-23).
¿Qué quiso decir Pedro al decir esto? Un diccionario griego traduce sus
palabras de esta manera: "Jesús fue entregado a los enemigos, entregado a
muerte de acuerdo con el plan predeterminado de Dios".
Qué extraño e incomprensible acto de un Padre celestial supuestamente
amoroso. ¡Dios deliberadamente entregó a su Hijo a la muerte! Era como si Él
hubiera llevado a propósito a Jesús a las manos de sus peores enemigos y les
hubiera dicho: "Aquí está Mi Hijo, hagan con Él lo que quieran". Luego se
quedó ahí, sin hacer nada para impedir que sus enemigos malvados lo mataran.
¿Qué tipo de plan predeterminado era éste? ¿Por qué entregaría Dios a Su
propio Hijo amado a la muerte? Pedro nos da la respuesta, justamente en el
siguiente versículo: "Por cuanto era imposible que fuese retenido por ella (la
muerte)" (Hechos 2:24).
Dios sabía que era imposible que Jesús fuera retenido de forma permanente en
las garras de la muerte. Así que no había riesgo para Él al entregar a Su
Hijo a la muerte, porque Él sabía que Jesús saldría de la tumba, como
Vencedor Glorioso sobre la muerte, ¡resucitado por el poder vivificante del
Espíritu Santo!
Es importante, sin embargo, entender los tiempos en los que Pedro habló estas
palabras. Hasta el Calvario, la muerte era algo muy aterrador para la
humanidad. Todavía estaba bajo el dominio del diablo, bajo su gobierno y
señorío; y por lo tanto era un enemigo a quien se debía temer.
Dios sabía que este poder de la muerte tenía que ser quebrantado y es por eso
que Él entregó a Su Hijo a la muerte.
"Para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,
esto es, al diablo" (Hebreos 2:14). Dios quería quitar el aguijón de la
muerte, para romper el poder de Satanás sobre la muerte de una vez por todas,
así que Él permitió que Jesús descendiera a la muerte, a fin de que ésta
sea sorbida.
DAVID WILKERSON
viernes, 13 de diciembre de 2013
ERES BENDECIDO
Todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto
oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto" (Génesis 26:4-5).
"Guardó" es una palabra clave en este pasaje porque la obediencia trae
bendición. Das un paso de fe y dices: "Dios, esto es difícil y ni siquiera
estoy seguro de que lo pueda hacer". Pero das el paso y dices: "Dios, voy a
obedecer" y cuando lo haces, las ventanas de los cielos se abrirán para ti. La
gracia nos da el poder para hacer lo que Dios nos llama a hacer.
Somos llamados a ser un pueblo santo, a ser apartados, a ser reverentes al
Señor, a obedecer Sus mandamientos. A menudo, la desobediencia nos priva del
favor, de la bendición y del cumplimiento de la obra que Él quiere hacer en
nuestras vidas.
No importa lo que Dios te diga que hagas, obedécele. Si te dice que des,
obedécele. Si te dice que vayas, obedécele. Si te dice que te quedes,
obedécele. No vivas de acuerdo a lo que tú quieras hacer, vive de acuerdo a
lo que Dios quiere que hagas y descubrirás que las bendiciones vienen a ti,
sobre ti y alrededor de ti. Las cosas que toques serán bendecidas por el
Señor.
"Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno"
(versículo 12). Vemos que Isaac sembró y cosechó una gran cosecha. Dios no
está ansioso o enojado acerca de la economía de los Estados Unidos. Él no
está preocupado por lo que está pasando en tu trabajo o en tu hogar. ¿Por
qué? Porque Él tiene toda la capacidad, todos los recursos, todo el poder en
el cielo para satisfacer todas tus necesidades conforme a Sus riquezas en
gloria.
Dios quiere que sepas que Él te está bendiciendo. Así es Su corazón.
Deshazte del concepto de un Dios irritado, pasado de moda, que está en el
cielo esperando que cometas un error para poder quitarte cosas. ¡No! Dios
quiere darte el poder de ser obediente porque Él ama bendecirte.
GARY WILKERSON
jueves, 12 de diciembre de 2013
SE ENCIENDE EL FUEGO
A mi regreso de un corto viaje de descanso, saludé a la gente de mi
congregación con algo importante en mi corazón.
“Hermanos y hermanas,” dije, “verdaderamente siento que he recibido
palabra de Dios acerca del futuro de nuestra iglesia. Durante el tiempo que
estuve ausente, estuve clamando a Dios pidiendo que nos ayudara, que me
ayudara, a comprender lo que Él más desea de nosotros. Y creo haber recibido
una respuesta.
“No se trata de algo elaborado, profundo o espectacular. Pero quiero decirles
hoy con toda la seriedad que me sea posible: Desde ahora en adelante, la
reunión de oración será el barómetro de nuestra iglesia. Lo que suceda el
martes por la noche será el indicador mediante el cual juzgaremos el éxito o
el fracaso porque esa será la medida por la cual Dios nos bendecirá.
“Si invocamos al Señor, nos ha prometido en Su Palabra que responderá, que
atraerá a Él a los que no han sido salvos, que derramará de su Espíritu
entre nosotros. Si no invocamos al Señor, no nos ha prometido nada, nada en
absoluto. Es así de sencillo. No tiene importancia lo que predique y lo que
proclamemos creer en nuestras mentes. El futuro dependerá de nuestro tiempo de
oración.
“Este es el motor que moverá a la iglesia. Sí, quiero que sigan viniendo
los domingos, pero la noche del martes es la que tiene verdadera
importancia”.
Por casualidad esa mañana estaba presente un ministro de Australia (o tal vez
era de Nueva Zelandia), lo cual era una rara ocurrencia. Lo presenté y lo
invité a decir algunas palabras. Se dirigió al frente e hizo un solo
comentario:
“Escuché lo que dijo su pastor. He aquí algo en que pensar: Puedes saber el
grado de popularidad de una iglesia por los que asisten el domingo por la
mañana. Puedes saber el grado de popularidad del pastor o evangelista por los
que asisten el domingo por la noche. Pero puedes saber el grado de popularidad
de Jesús por los que asisten a la reunión de oración”.
Y con eso, se bajó de la plataforma. Eso fue todo. Nunca lo volví a ver.
JIM CYMBALA
Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte
miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la
ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson, y un
orador frecuente en conferencias para pastores y líderes patrocinadas por
World Challenge en todo el mundo.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
¿HAS SIDO LIBERADO?
Quiero hacerte una pregunta, muy simple pero importante: ¿Has sido liberado?
Al principio, la respuesta podría ser muy fácilmente un “sí”, pero en
realidad, muchos de nosotros estamos viviendo en una forma de mundo imaginario,
fantasioso. Hemos sido liberados, lavados, redimidos y santificados; estamos
limpios, puros, lavados y viviendo para Dios en una especie de “otro mundo”
que está en algún lugar en las tierras de la sombra más allá de nuestro
entendimiento.
En realidad, en nuestro día a día, en nuestra existencia cotidiana, “donde
el cielo se encuentra con la Tierra”, por decirlo así, comenzamos a tener
una sensación diferente acerca de nuestra vida. ¿He sido realmente liberado?
Muchos de nosotros estamos clamando a Dios y rogándole todos los días:
"Señor, ¡por favor libérame! Libérame de la esclavitud, libérame del poder
del pecado, libérame de estos hábitos y adicciones”. Constantemente le
estamos pidiendo a Dios que nos libere.
La verdad es que, si ya te has encontrado con Jesucristo, si has sido lavado
por la sangre del Cordero y limpiado por Su preciosa sangre, has sido liberado
en Él. ¡Eres victorioso y eres una nueva creación en Cristo Jesús!
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien
nos reconcilió consigo mismo por Cristo” (2 Corintios 5:17-18).
No tienes que venir al altar y rogar y suplicar y revolcarte en desesperación
y culpa, gritando: "¡Oh Dios, libérame! Dios, por favor, cámbiame". No,
porque Él ya te ha cambiado. Él ya te ha hecho una nueva criatura. Él ya
puso en ti, convicción de injusticia y ha plantado Su justicia dentro de ti.
Como creyente en Jesucristo, tú no puedes obligarlo a Él a hacerte justo pero
si lo has hallado, Él ya ha te hizo justo y completo. ¡Aleluya! ¡Esas son
buenas noticias!
Gary Wilkerson
martes, 10 de diciembre de 2013
LA DESCENDENCIA DE ABRAHAM
Hay victoria disponible para nosotros sobre todas estas cosas que atribulan
nuestras mentes. Se encuentra envuelta en un pacto que Dios hizo hace años con
Abraham y sus descendientes:
“Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos
aborrecieron; para hacer misericordia con nuestros padres, y acordarse de su
santo pacto; del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, que nos había de
conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en
santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.” (Lucas
1:71-75).
El juramento de Dios a Abraham y a sus hijos es claro como el cristal: ¡Él
nos librará de todos nuestros enemigos, para que podamos vivir sin miedo -
tranquilos y en reposo - todos los días de nuestras vidas!
Amados, este pacto se aplica a cada uno de nosotros que vivimos hoy en día.
Según Pablo, todos los que han recibido a Cristo como Señor por la fe son
“descendientes de Abraham.” “…No los que son hijos según la carne son
los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados
como descendientes.”(Romanos 9:8). “Sabed, por tanto, que los que son de
fe, éstos son hijos de Abraham.” (Gálatas 3:7).
Entonces, ¿Cómo podemos reclamar la promesa de este pacto? Abraham hizo una
pregunta similar al Señor, cuando él no vio ningún alivio para su dilema.
Él preguntó: “¿Qué me darás, Señor, ya que yo no tengo ningún hijo?”
Esta fue la respuesta de Dios: “… Yo soy tu escudo, y tu galardón será
sobremanera grande” (Génesis 15:1).
El Señor le dijo: “Abraham, Yo voy a darte a Mí mismo - y eso es todo. Yo
seré tu defensor y tu gran recompensa, porque Yo soy el que soy. ¡Nunca
necesitarás temer a otro enemigo mientras vivas, porque Yo seré Dios para
ti!”
El Señor nos da una promesa tan gloriosa como esta en su nuevo pacto cuando
dice: “Y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo;”
(Hebreos 8:10). De hecho, desde el mismo principio de la creación, a través
de toda la Escritura, oímos a Dios haciendo esta súplica a la humanidad:
“¡Yo quiero ser Dios para ti!”
DAVID WILKERSON
lunes, 9 de diciembre de 2013
TRISTEZA QUE PROVIENE DE DIOS
Creo que podemos conocer nuestro verdadero estado espiritual por cuán
atribulados nos sentimos por nuestros pecados más pequeños contra nuestro
Señor.
Algunos cristianos se afligen sólo por lo que ellos consideran los “grandes
pecados” como el adulterio, el abuso de las drogas, la bebida o decir
palabrotas. Pero la persona verdaderamente espiritual sabe que ningún pecado
es pequeño a la vista de Dios y se aflige cada vez que cuenta un chisme, dice
un chiste sucio o tiene un persistente mal pensamiento, pues sabe que estas
cosas salen de su corazón, el centro mismo de su ser.
Tu puedes desobedecer a Dios en tales “pequeñas cosas”, excusándote y
olvidándote de ellas. Pero si lo haces, nunca madurarás en Cristo. Tu
rectitud es medida por tu negativa a aceptar cualquier cosa que aflija a tu
bendito Salvador.
Hace poco dije algo no muy cristiano a mi esposa. Mis palabras estaban
totalmente fuera de lugar e inmediatamente caí bajo convicción de pecado.
Supe que había hecho algo mal en contra de ella, así que le pedí perdón.
Entonces la abracé y le dije que la amaba.
Pero mi mente todavía estaba atribulada y pensé: “¿Cómo pude ser capaz de
algo tan contrario al carácter de Jesús? Después de todo, nunca he estado tan
cerca del Señor, nunca he orado tanto como lo he hecho en el último año. Debo
ser absolutamente malo como para que esa cosa tan ruda haya salido de mi
corazón.”
En ese momento, el enemigo me susurró: “Esa pequeña metida de pata no fue
una gran cosa, fue algo muy pequeño.” Pero el Espíritu Santo inmediatamente
se alzó en mi corazón para refutar la voz del diablo. Él me tranquilizó:
“David, el mismo hecho de que estés afligido por este pecado es una prueba
de que Yo estoy trabajando en ti. Mientras más te aflijas incluso por la
trasgresión más pequeña contra Mi amor, estás más cerca de conseguir la
victoria”
Dios nos envió su Espíritu para hacer guerra contra nuestra carne con sus
deseos y lujurias. Así que, si no te sientes atribulado cuando fallas - si
puedes sacudirte el pecado sin sentido de culpa, pena o arrepentimiento -
entonces el Espíritu Santo no está dentro de ti para hacer la guerra.
“Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis
contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según
Dios...” (2 Corintios 7:9)
Si estás bajo convicción de pecado aún por la trasgresión más pequeña,
estás cerca de la verdadera victoria. ¡Él está ganando la batalla en tu
corazón al producir una tristeza que proviene de Dios, la cual te lleva al
arrepentimiento verdadero.
DAVID WILKERSON
viernes, 6 de diciembre de 2013
¡TRAE VIDA!
Me hubiese gustado conocer a Pablo en los maduros, últimos días de su caminar
con el Señor. Le hubiese preguntado: “Hermano, ¿Qué evitó que desmayaras y
te dieras por vencido? Fuiste constantemente atribulado por todos lados”.
Yo creo que Pablo me hubiese contestado: “Si, fui atribulado, pero no me
angustié por nada de eso.”
“Pero escribiste a menudo que estabas en apuros por tus pruebas”, le diría
yo.
“Cierto, pero nunca caí en la desesperación”, podría haberme contestado.
“Tú también fuiste perseguido más que nadie”.
“Si, es cierto. Pero el Señor nunca me desamparó a través de todo eso.”
“Fuiste derribado muchas veces con enfermedades y problemas”.
“Claro, pero nada de eso me destruyó”.
Hoy en día Pablo le testifica al mundo: “Estamos atribulados en todo, mas no
angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados;
derribados, pero no destruidos” (2 Corintios 4:8-9). Él quiere que el pueblo
de Dios sepa que: “Todos tus problemas son leves aflicciones momentáneas. Y
que ellas producen en ti un peso eterno de gloria, mas allá de lo que puedas
comprender” (Ver versículo 17)
Pablo nos dice: “De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la
vida.”(2 Corintios 4:12). El apóstol afirma claramente: “Esta es la razón
por la cual Dios nos entrega a muerte. ¡Lo hace para que la vida de Cristo
fluya desde nosotros hacia los demás! Si permitimos que la muerte termine su
obra, la vida de Cristo se manifestará en nosotros. ¡Y nuestro testimonio
producirá vida en todo aquél que lo escuche!”
Recuerda, cuando los problemas financieros te golpean, cuando los dolores
físicos te atacan, cuando tu nombre y reputación son difamados, todos los
ojos están sobre ti. Tus colegas, los miembros de tu familia, tus hermanos y
hermanas en Cristo, hasta los extraños te están observando y esperando tu
reacción.
¿Qué ven ellos fluir de ti en tales momentos? ¿Ven fe, confianza y entrega?
¿O ven a un cristiano murmurador y desesperado que no confía su vida al poder
de resurrección de Jesús? Amado, ¡permite que la muerte termine su obra en
ti! Deja que quite todo lo que impide que la vida de Cristo fluya desde ti
hacia otros.
Dile al Señor: “Padre, yo sé que estos problemas no me están sucediendo
porque estás enojado conmigo. Tú estás tratando de alcanzar algo en mi alma.
Trata con eso, Señor. ¡Llévalo a la muerte, y de esa muerte trae vida!
DAVID WILKERSON
jueves, 5 de diciembre de 2013
UN NUEVO CAPÍTULO
Hay 28 capítulos en el libro de los Hechos, pero durante siglos Dios ha estado
escribiendo un nuevo capítulo a través de decenas de miles de discípulos
suyos. Sus nombres no son Felipe o Tabita o Timoteo, mas bien, hoy en día
tienen nombres como Jenny, Jimmy y Jonathan.
Jenny es una pelirroja australiana que asiste a nuestra iglesia en Colorado
Springs. Ella tiene la sonrisa más divertida que jamás haya oído y está
loca por el evangelio. Todos los días, ella y su marido ven el mover del poder
de Dios en las personas con las que se encuentran.
También hay un discípulo llamado Jimmy junto a quien he ministrado durante
décadas. Pocas personas evangelizan de la forma en que Jimmy lo hace.
Recientemente, cuando guió a alguien al Señor, le pidió: “Déjame dirigir
un estudio bíblico en tu casa”. Pronto, más personas del barrio estaban
llegando y siendo salvas. Jimmy hizo lo mismo en otro vecindario y luego en
otro. Estudios bíblicos están apareciendo por toda la ciudad gracias a un
cristiano radical que cree en el poder del Espíritu para mover corazones de
forma sobrenatural.
Jonathan es un discípulo en nuestra iglesia que tiene trece años de edad y
que ora con tal autoridad como si fuese alguien que ha pasado toda su vida en
misiones. Sus oraciones hacen que los adultos caigan de rodillas, porque vienen
de un corazón contrito y humillado. Jonathan tiene hambre de ver a Dios salvar
a los perdidos, y su hambre espiritual es contagiosa.
Los discípulos que estoy describiendo son cristianos del siglo veintiuno que
han recibido el poder del primer siglo. Del mismo modo, tú y yo hemos sido
llamados a ser equipados por el Espíritu de Dios para hacer la obra de Dios.
Creo que es hora de que muchos miembros de la iglesia ya no sólo sean meros
oyentes de la Palabra, sino también hacedores. Por supuesto que los estudios
bíblicos y los grupos de oración son buenos, pero una cosa es saber acerca de
Jesús y su gloria, y otra muy distinta es tener Su Espíritu viviendo dentro de
nosotros, de manera que ministremos como Él lo hizo. El Espíritu Santo ha
venido a morar en nosotros para que pueda lograr Sus propósitos a través de
nosotros.
Te insto a orar conmigo: “Señor, hazme ser poderoso en el aprendizaje de tu
Palabra e igual de poderoso en hacerla. Trae Pentecostés aquí hoy, Señor!
Amén”.
GARY WILKERSON
miércoles, 4 de diciembre de 2013
EL MAYOR ENGAÑO
El mayor engaño en la iglesia moderna es el asunto de usar la Palabra de Dios
para poner una etiqueta de aprobación sobre la codicia. Por fuera, la doctrina
de Jezabel funciona (ver 1 Reyes 21:14-16). Le dio a Acab lo que quería. Encima
de todo, era su derecho, porque cuando un hombre era apedreado por alta
traición contra el rey, todos sus bienes pasaban a manos del rey.
Nabot de Jezreel le había dicho a Acab que no le daría la heredad de sus
padres, porque el Señor le había prohibido hacerlo.
"…Y [Acab] se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió. Vino a
él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído tu espíritu, y
no comes? ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo
te daré la viña de Nabot de Jezreel" (1 Reyes 21:4-7).
Escucha la doctrina de Jezabel: "Tú eres el rey, el número uno, y tiene
derechos. Que nada te detenga de conseguir lo que quieres". Ella le dijo a
Acab: "¡Sé feliz! Te lo conseguiré". Ese es el falso evangelio en pocas
palabras. "No te preocupes. No te sientas triste o condenado por esos deseos
que te consumen. Te lo conseguiré". Al igual que los métodos engañosos que
Jezabel usó, estas doctrinas tuercen y manipulan las Escrituras.
Pero Acab no pudo disfrutar de lo que recibió debido a un molestoso profeta de
Dios. "Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: Levántate,
desciende a encontrarte con Acab…en la viña de Nabot, a la cual ha
descendido para tomar posesión de ella. Y le hablarás diciendo: Así ha dicho
Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? En el mismo lugar donde
lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu
sangre…Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? El respondió:
Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová" (1
Reyes 21:17-20).
Imagínate a Acab caminando en su nueva propiedad, diciendo: "¿No es bella la
vida? ¡Ah!, Jezabel, no estaré necesariamente de acuerdo con todos sus
métodos, pero sin duda lo logra". Sin embargo, detrás de cada paso suyo,
estaba el profeta Elías.
Así también es hoy. Dios ha enviado profetas, clamando a voz en cuello,
confrontando la doctrina de Jezabel del materialismo, incomodando a los
cristianos a disfrutar de sus juguetes y adquisiciones. Se han vendido. No
pueden verlo, pero el pecado está detrás de todo esto. Cada vez que me
pronuncio en contra de la doctrina de la prosperidad, siento el espíritu y el
poder de Elías sobre mí. Vas a oír más y más sobre esta doctrina de
Jezabel siendo desenmascarada. En todas partes, se oirán voces proféticas
altas y claras, clamando: "¡Pecado! Lo poseíste vendiéndote al pecado".
DAVID WILKERSON
martes, 3 de diciembre de 2013
EL PELIGRO DE NO RENUNCIAR AL PECADO OCULTO
Tres características particulares de la doctrina de Jezabel se hallan en la
Jezabel del Antiguo Testamento, la madre y la personificación de las falsas
doctrinas. De acuerdo a Jesús, su nombre es sinónimo de falsa doctrina,
cualquier doctrina que enseña que algo malo puede ser bueno, que lo profano
puede ser puro.
En hebreo, “Jezabel” significa "casta, virtuosa, sin idolatría".
¡Imagínate! La mujer más impía, idólatra, manipuladora y odiosa de toda la
Biblia se llama virtuosa, sin pecado. A algo muy malo se le ha llamado bueno. E,
irónicamente, inclusive "casto".
¿Cómo se convirtió en casta? "Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos
de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él. Porque le fue ligera
cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer
a Jezabel…y fue y sirvió a Baal, y lo adoró" (1 Reyes 16:30-31).
“Acab” significa"estampado con la naturaleza de su padre". Jezabel
representa la doctrina falsa y Acab es su víctima. La Biblia dice que no
bastó que Acab tuviera un corazón inclinado hacia el pecado, la idolatría y
la transigencia. Él trae a su vida una influencia satánica que lo confirmará
en su pecado. "A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo
malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba" (1 Reyes
21:25).
El mensaje es que la tendencia de los cristianos que no renuncian a la lujuria
y al pecado oculto, es a abrazar y a contraer matrimonio con una doctrina falsa
que sólo los emocionará y confirmará en sus pecados. Lo último que
necesitaba Acab era una Jezabel. Ella sacó lo peor de él, lo magnificó y
destruyó a Acab. Lo mismo ocurre con la falsa doctrina. Si hay algún pecado,
lujuria o mundanalidad en ti, lo último que necesitas es una doctrina que
sacará lo peor de ti.
Cuando David pecó con Betsabé, él no necesitaba un profeta falso con un
mensaje tranquilizante que le diga lo mucho que Dios lo amaba. Necesitaba al
inflexible profeta Natán, exclamando con un dedo señalador: "¡Tú eres el
hombre!".
Aquéllos que predican la doctrina de Cristo muestran a la gente la diferencia
entre lo bueno y lo malo. No hay mezcla en sus labios. "Y enseñarán a mi
pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a
discernir entre lo limpio y lo no limpio" (Ezequiel 44:23).
Tenemos toda una generación de chicos confundidos que ni siquiera puede
reconocer el mal cuando lo ven. Los falsos profetas los han engañado. Ellos
llaman bueno a los rockeros de cabello morado, que se visten como
sadomasoquistas, altaneros, contorsionándose sexualmente en el púlpito. Se
nos dice que el sexo fuera del matrimonio es bueno siempre y cuando estés
enamorado y respetes verdaderamente a la otra persona. Los falsos profetas se
han convertido en los defensores del pecado.
DAVID WILKERSON
lunes, 2 de diciembre de 2013
UN VERDADERO PENTECOSTÉS
En Hechos 11, leemos sobre un cambio histórico en la iglesia, el cual llegó a
través de creyentes anónimos, llenos del poder del Espíritu. Éstos fueron
los primeros en llevar las buenas nuevas de Jesús más allá de las barreras
del judaísmo, hacia los gentiles: "Pero había entre ellos…los cuales,
cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el
evangelio del Señor Jesús" (Hechos 11:20). Me encanta la frase "había entre
ellos" que se utiliza aquí. Estos creyentes anónimos y fieles no tenían ni
idea del papel fundamental que desempeñaron en la historia.
Pentecostés no es sólo un evento que ocurrió hace 2,000 años, sino un
fenómeno viviente que continúa sucediendo alrededor del mundo. En algún
lugar en este momento, hay pequeños grupos de personas clamando a Dios y Su
Espíritu está descendiendo sobre ellos, dándoles el poder para ser Sus
testigos delante de un mundo perdido.
Pentecostés está sucediendo ahora mismo en Varanasi, una ciudad al norte de
la India que visité hace no mucho tiempo. Menos del uno por ciento de la
población iba a la iglesia, cuando una joven cristiana llegó allí unos años
atrás. Ella empezó a conducir a las personas a Jesús, una por una; y los
convertidos, guiaban a otros al Señor. Esta joven no se guardó Pentecostés
para sí misma y hoy hay miles de creyentes dinámicos en la región, con un
poderoso testimonio para Cristo. Hay otras como ella en todo el mundo,
cristianos que claman al Espíritu para llevar el amor del Padre más allá.
En varias ocasiones, mi padre, David Wilkerson, me hablaba de lo que más le
dolía cuando pastoreaba una pequeña iglesia de Pensilvania en 1950. Era una
iglesia pentecostal, así que los servicios seguían un rumbo determinado. Una
hermanita tocaba el órgano y la congregación cantaba algunas canciones
tradicionales. Alguien se ponía de pie y pronunciaba un mensaje en lenguas,
seguido de otro que daba la interpretación. Entones Papá predicaba. Más
tarde, él hacía una oración y la gente venía al altar, clamando para que el
Espíritu Santo viniera. Luego, todos se iban a casa.
Esta iglesia no tenía campañas evangelísticas, ni ministerio de
misericordia. Muy pocas personas fueron traídas a Cristo durante los pocos
años que mi padre pastoreó. Eran cristianos que buscaban Pentecostés para
sí mismos, pero nunca conocieron el Pentecostés que Dios tenía en mente para
ellos. La oración del corazón quebrantado de mi padre lo decía todo: "Señor,
si de esto se trata Pentecostés, no lo quiero. Si se trata de tener un club de
"bendíceme” semana tras semana, no tendré nada que ver con ello".
Fue a causa de su deseo por un verdadero Pentecostés, que Papá dejó de ver
televisión y en lugar de ello, pasaba tiempo en oración. Lo demás es
historia. Durante las décadas posteriores, se distribuyeron varios millones de
copias de su libro “La Cruz y el Puñal”; habiendo más de 1,000 centros
“Desafío Juvenil” alrededor del mundo que trabajan para rescatar a los
perdidos y quebrantados. Todas estas obras proclaman el poder activo de Dios,
hoy, a través del Espíritu Santo.
GARY WILKERSON
viernes, 29 de noviembre de 2013
UNA PALABRA BUENA
Nuestro Señor tiene un plan maravilloso para cada uno de sus hijos que le ama
y ningún ataque satánico contra Sus hijos podrá alterar jamás esos planes.
Dios sabe las penas, luchas y aflicciones que podemos estar enfrentando hoy,
pero también sabe las cosas gloriosas que Él ha preparado para nosotros. Él
sabe la revelación que recibiremos, cuan útiles seremos, el fruto que
veremos, el gozo y la paz que poseeremos. ¡Él tiene una “palabra buena”
para todo aquel que le ama!
“…Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu” (1 Corintios 2:10).
El Señor desea mostrarnos Su “palabra buena” acerca de lo que ha preparado
para nosotros, y Su Espíritu es el mensajero que entrega esa palabra buena.
¡El Espíritu Santo dará alas a nuestro espíritu decaído con la revelación
de Dios para nosotros y volaremos como águilas saliendo de la trampa de
Satanás!
Escucha estas palabras maravillosas de Isaías:
“¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó
los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su
entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica
las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los
jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas
fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:28-31).
La obra del Espíritu Santo es alentarnos y nuestro trabajo es simplemente
confiar que Él cumplirá lo que el Padre le ha mandado a hacer.
Ve a tu habitación secreta ahora mismo, aún en tu estado de desaliento, y
guarda silencio ante el Señor. Aunque no tengas las fuerzas suficientes para
hablar, lo puedes alcanzar en espíritu con esta oración:
“Señor, yo sé que tu Espíritu habita en mí y sé que lo enviaste para
alentarme, fortalecerme y revelarme la mente de Cristo. Así que acudo a Ti
ahora mismo con la fe simple de un niño. Habla a mi corazón palabras de
consuelo porque ya no me quedan más fuerzas. Levántame y dirígeme.”
¡No vas a desmayar! Vas a salir de tu prueba victorioso, porque tu fe habrá
sido probada y tratada como oro. ¡Verás que el Señor cumplirá cada promesa
que te ha hecho!
DAVID WILKERSON
jueves, 28 de noviembre de 2013
BAJO ATAQUE
Cuando te está atacando el enemigo a través de un espíritu de desánimo, no
sentirás ganas de orar. Pero aun así debes ir al lugar secreto y estar en la
presencia de Jesús. No te preocupes por tratar de orar y forzar tu solución a
la desesperación. Este es el tiempo en el que el Espíritu de Dios obrará en
ti para sacarte del pozo.
Cuando te acerques al Señor, sé honesto con él acerca de lo débil e
impotente que te sientes. Hazle saber: "Jesús, estoy seco. No me quedan
fuerzas. Si alguna vez voy a salir de esta depresión, Tú tendrás que hacer
que suceda".
En esos momentos “bajos”, el Señor es muy paciente con nosotros. Él no
espera que tú y yo ejecutemos algún esfuerzo intenso y ferviente en la
oración. Él conoce nuestra condición, y él se identifica con nosotros.
Sólo siéntate en su presencia y confía que Su Espíritu hará lo que fue
enviado a hacer. No importa cuán derribado estés, ¡Él nunca te abandonará!
Tenemos la idea de que cada vez que fallamos al Señor, el Espíritu Santo
revolotea, alejándose como un ave, porque Él está ofendido. Pero, ¿cómo
podría el Espíritu de Dios abandonarme cuando más lo necesito? Si él me
dejara cada vez que fallo y caigo profundamente en desánimo, ¿cómo podría
ser mi Consolador?
Jesús nos prometió: " Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para
que esté con vosotros para siempre… No os dejaré huérfanos; vendré a
vosotros" (Juan 14:16, 18).
Cuando el pesado espíritu de desánimo del diablo se asienta sobre su vida,
puedes estar tan angustiado que ni siquiera puedes susurrar una oración. Pero
aun así, tú puedes hablarle a Jesús en tu espíritu. Sólo dile suavemente:
"Señor, ayúdame. Este ataque es demasiado para mí. No puedo hacer otra cosa
que sentarme aquí en fe. Confío que tu Espíritu me lo quitará de encima"
DAVID WILKERSON
miércoles, 27 de noviembre de 2013
LA PRUEBA DE FUEGO
En sus momentos de desánimo, David no podía entender por qué estaba tan
abatido. Se preguntó: "¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro
de mí?" (Salmo 42:5). Sin embargo, sus preguntas no eran dudas acerca de Dios.
De hecho, David comienza el salmo expresando su profunda sed del Señor: "Como
el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el
alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré y me
presentaré delante de Dios?" (Versículos 1-2).
En medio de su desánimo, David clamó por una revelación del Señor. Él
decía: "Dios, nunca ha habido un momento en que yo te haya amado más, así
que ¿por qué estoy sufriendo de este desánimo abrumador?"
A veces David experimentaba desesperación y depresión a causa de su pecado.
Él soportó el castigo del Señor por su orgullo cuando contó sus guerreros,
lo cual era contra de la ley de Dios. Y sintió el dolor de la vara de Dios
cuando cometió adulterio con Betsabé y dispuso que su marido muera asesinado.
Su corazón se quebrantó a causa del juicio que trajo sobre su familia a causa
de estos pecados.
Hoy en día, muchos creyentes están deprimidos porque el Espíritu Santo ha
querido llevarlos a la victoria, pero ellos se resistieron. Eligieron el camino
de la carne y éste siempre conduce al dolor y al desaliento.
Sin embargo, me estoy dirigiendo a los creyentes arrepentidos, aquéllos que
buscan a Dios con todo su corazón. Estos siervos fieles han sido presa de un
tipo diferente de desánimo, el tipo que viene sobre ellos repentinamente, de
la nada, sin ninguna razón aparente.
Cuando llegue el ataque, no pienses que es algo inusual. Dios permite este tipo
de pruebas de fuego en todos sus santos. Pedro escribe: "Amados, no os
sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa
extraña os aconteciese" (1 Pedro 4:12).
Si éste es tu caso, puedes estar absolutamente seguro de que estás bajo
ataque. Satanás ha enviado una nube de desánimo para agobiarte. Ésta ha sido
el arma favorita del enemigo durante siglos contra los elegidos de Dios, ¡pero
Él (Dios) siempre tiene la victoria!
DAVID WILKERSON
martes, 26 de noviembre de 2013
EL ESPÍRITU DE ANARQUÍA
“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad” (2 Tesalonicenses
2:7).
La palabra griega que Pablo usa para “iniquidad” en este pasaje, significa
literalmente, "anarquía". Por lo tanto, es un misterio de anarquía, lo que
significa que multitudes van a actuar sin restricción o ley.
Sin embargo, esta anarquía no es simplemente una rebelión contra el gobierno
del hombre. No se trata de una rebelión contra la autoridad civil o cometer
robo, violación o asesinato. Estas cosas sí provocan la ira de Dios, pero el
misterio de iniquidad es mucho más profundo. Es un rechazo total de la verdad
que está en Cristo, un rechazo a la Santa Palabra de Dios y ¡es una rebelión
contra las restricciones de la Escritura!
Este espíritu de anarquía está muy extendido en nuestro país hoy en día.
Es el poder detrás de la ley que busca eliminar a Dios de nuestra sociedad y
es el mismo espíritu que Satanás utilizó para engañar a Eva cuando le dijo,
en pocas palabras: "Dios es suave, Él no te castigará por desobedecer. Tú
puedes comer el fruto y satisfacer tu lujuria ¡y no tendrás que pagar por
ello!"
Hoy Satanás está usando esta misma mentira para convencer a las masas de
creyentes de que pueden disfrutar de sus pecados sin pagar ninguna penalidad.
Se trata de una artimaña demoníaca para pervertir el Evangelio de la gracia
de Cristo y convertirlo en un mensaje de libertinaje. Trágicamente, muchos
cristianos tibios están sucumbiendo a este espíritu de anarquía.
Pablo dice que el Anticristo llegará al poder porque la gente estará cegada y
engañada por su propio pecado: "…por obra de Satanás, con gran poder y
señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que
se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos" (2
Tesalonicenses 2:9-10).
Satanás engañará a las masas de personas, convenciéndolas de una sutil pero
poderosa mentira, como convenció a Eva: "¡Dios no castiga por el pecado!"
Pablo dice que este engaño vendrá "con todo engaño…por cuanto no
recibieron el amor de la verdad para ser salvos" (versículo 10). Luego añade:
"Por esto [motivo] Dios les envía un poder engañoso, para que crean la
mentira" (versículo 11).
El apóstol dice: "Aquellos que se niegan a obedecer o respetar la Palabra de
Dios caerán bajo el poder engañoso. Al principio le sonreirán a su pecado y
lo justificarán. Pero pronto buscarán activamente un mensaje de gracia
fácil. Inventarán una gracia que es mucho más de lo que Dios pretendió. Su
gracia nunca conduce al libertinaje, siempre lleva al arrepentimiento".
DAVID WILKERSON
viernes, 15 de noviembre de 2013
EL ESPÍRITU DE DESÁNIMO
"Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, ando enlutado todo el
día…Estoy debilitado y molido en gran manera; gimo a causa de la conmoción
de mi corazón…Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, y aun la
luz de mis ojos me falta ya…Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; y soy como
mudo que no abre la boca. Soy, pues, como un hombre que no oye, Y en cuya boca
no hay reprensiones" (Salmos 38:6, 8, 10, 13-14).
Mientras leo este salmo, me imaginaba a David cayendo en la desesperación. Tal
vez lo que más le preocupaba era que no podía entender por qué repentinamente
fue echado tan bajo. Este hombre tenía hambre del Señor, derramaba su corazón
diariamente en oración. Reverenciaba a Dios y escribía Salmos exaltando Su
gloria. Pero ahora, en un estado depresivo, lo único que podía hacer era
clamar: "Señor, estoy al final de mi camino y ¡no tengo ni idea de porqué
está sucediendo esto!".
Al igual que muchos cristianos desanimados, David trató de averiguar por qué
se sentía tan vacío y quebrantado en espíritu. Probablemente revivió cada
fracaso, pecado y acto necio en su vida y pensó: "Oh, Señor, ¿acaso todos
los actos imprudentes que hice en mi vida, me dejaron tan herido que ya no
tengo esperanza?"
Finalmente, David llegó a la conclusión de que Dios lo estaba castigando.
Clamó: "Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me castigues en tu ira"
(versículo 1).
Permíteme señalar que David no estaba escribiendo sólo acerca de su propia
condición en este Salmo. Él estaba describiendo algo que todos los amantes
devotos de Jesús enfrentan en algún momento de sus vidas: estar bajo el
ataque de un espíritu devastador de desánimo, que proviene directamente de
las entrañas del infierno. Ningún cristiano lo trae a sí mismo, tampoco el
Señor lo envía; y tal ataque, por lo general, no tiene nada que ver con
algún pecado o defecto específico del creyente.
Simplemente, el espíritu de desánimo es el arma más potente de Satanás
contra los escogidos de Dios. Muy a menudo, él la utiliza para tratar de
convencernos de que hemos atraído la ira de Dios sobre nosotros mismos por no
cumplir con Sus santas normas. Pero el apóstol Pablo nos exhorta a no caer en
la trampa del diablo: "Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros;
pues no ignoramos sus maquinaciones" (2 Corintios 2:11).
DAVID WILKERSON
jueves, 14 de noviembre de 2013
AHORA QUE SE OBTUVO LA VICTORIA
Como cristianos sabemos que Jesús ganó la victoria para nosotros en el
Calvario. Él venció a la muerte, a Satanás y al poder del pecado. La
pregunta que queda para los creyentes es: "¿Y ahora qué? Sé que Jesús ganó
mi victoria en la cruz, pero ¿qué pasa con mis luchas en el presente? ¿Dónde
está Su victoria de la batalla que se está llevando a cabo en mi vida en este
momento?"
Ésta es una pregunta importante y La Palabra tiene una respuesta para cada
cristiano. Comienza con esta escena: "Los filisteos juntaron sus ejércitos
para la guerra…en Soco, que es de Judá"(1 Samuel 17:1). Esta imagen presenta
una verdad espiritual que nunca cambia: Las fuerzas de la oscuridad están en
contra el pueblo de Dios.
Cuando Jesús vino a ser tu Salvador, Él te hizo una nueva creación y aunque
tú has cambiado, el mundo no lo hizo. A causa de ello, hay poderes que se
alinean en tu contra: el mundo, el diablo e incluso tu propia carne, que
batalla contra tu espíritu.
Algunas veces, tus batallas contra estas fuerzas son externas; ataques a tu
matrimonio, a tu economía, a tus hijos y a veces son internos. Nos agobian las
preocupaciones: "¿Podrá mi matrimonio sobrevivir a esta largo y frío
silencio?"
"¿Entregará mi hijo, su vida al Señor algún día?"
"¿Soy siquiera digno de llamarme cristiano?" Todas estas presiones nos empujan
hacia la duda y la desesperación, haciendo que nos preguntemos: "¿Dónde está
Dios en todo esto? No puedo verlo más allá de mis batallas diarias".
A veces clamamos: "¡Basta!" Y trazamos una línea en la arena. Nos decimos a
nosotros mismos: "Estoy cansado de ser golpeado por el enemigo", pero el diablo
continúa cruzando esa línea. Esto le sucedió a Israel cuando enfrentaba a los
filisteos. "Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba
sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos" (17:3). ¿Detuvo esto al
enemigo? No, en absoluto. Los filisteos trajeron un arma más grande en forma de
Goliat, un hombre gigante.
David sabía que no era rival para Goliat, pero también sabía que la batalla
no era suya sino de Dios. Cuando escuchó las burlas de Goliat, él testificó:
"Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré…y toda la tierra
sabrá que hay Dios en Israel…porque de Jehová es la batalla, y él os
entregará en nuestras manos"(17:46-47).
La victoria espiritual nunca es nuestra, viene de nuestro Libertador.
DAVID WILKERSON
miércoles, 13 de noviembre de 2013
PODEMOS ESCUCHAR HOY SU VOZ
Millones se han convertido porque un hombre se tomó el tiempo necesario hasta
escuchar la voz de Dios. Saulo “cayendo en tierra oyó una voz” (Hechos
9:4). Y cuando él llegó a ser Pablo, seguía oyendo esa voz. El Señor habló
con él, hombre a hombre.
Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la
azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz.
Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y
Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que
Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
En lugar de esperar que Su voz venga a nosotros, corremos buscando consejeros y
psicólogos cristianos. Corremos de una sesión a otra, leyendo libros,
escuchando grabaciones, anhelando oír de Dios. Queremos una palabra clara de
dirección para nuestras vidas y buscamos que los pastores nos digan lo que
está bien y lo que está mal.
Deseamos un líder a quien seguir, un diagrama para el futuro. Pero son pocos
los que saben cómo ir al Señor y oír su voz. Muchos saben cómo llamar la
atención de Dios, cómo tocar verdaderamente a Dios, pero no tienen idea de
cómo Dios los puede alcanzar.
“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Dios quiere sacudir la tierra una vez más. “Mirad que no desechéis al que
habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en
la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los
cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido,
diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el
cielo” (Hebreos 12:25-26).
A la última iglesia, la iglesia de Laodicea, el Señor le dice: “He aquí,
yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a
él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
DAVID WILKERSON
martes, 12 de noviembre de 2013
UNA LECCIÓN SOBRE ESCUCHAR
Dios tenía que enseñarle a Elías una lección sobre escuchar, así que lo
llevó a la cima del monte Horeb y le dio un sermón ilustrado.
“Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí
Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y
quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y
tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el
terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un
silbo apacible y delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su
manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una
voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?” (1 Reyes 19:11-13).
Cuando ese viento comenzó a rugir, yo creo que Elías pensó, “Ya era hora,
Señor. Que este viento remueva a Jezabel de su trono – que ella y sus amigos
pecadores sean arrojados a los vientos. ¡Destrúyelos a todos!” ¡Pero Dios
no estaba en el viento!
De repente, vino un gran terremoto y Elías dijo, “¡Eso los asustará en
sobremanera! Dios se encargará. ¡Él los sacudirá hasta que no quede nada de
ellos! Señor, tú estás vengando a tu siervo.” ¡Pero Dios no estaba en el
terremoto!
Después del terremoto, ¡un fuego! ¡Los cielos radiaban con el fulgor de
las llamas! Elías clamó, “Señor, ellos no aceptaron el fuego que cayó
sobre el altar - ¡Quémalos ahora! ¡Quema al impío Acab! Frita a Jezabel.
Que tu fuego consuma a los impíos. ¡Dios, yo sé que tú estás en este
fuego!” ¡Pero Dios no estaba en el fuego!
“Y tras el fuego un silbido apacible y delicado” (verso 12).
¿Puede usted imaginarse esto? Un profeta que no temía a un huracán ni a un
terremoto, ni al fuego del cielo, ahora está asustado por el susurro de una
brisa apacible. “Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto”
(verso 13).
¡Elías cubrió su cabeza con su abrigo! ¿Por qué? ¿No había hablado este
profeta con Dios varias veces? ¿No era él un gran hombre de oración? ¿No lo
había usado Dios grandemente? ¡Sí! ¡Pero para Elías esa voz apacible y
delicada era desconocida!
Cuando Elías finalmente permitió que aquella voz hablase – al estar solo,
callado, lejos de las muestras de poder – él recibió las direcciones más
específicas de todo su ministerio.
“Vuélvete por tu camino; por el desierto de Damasco; ungirás a Hazael por
rey de Siria; ungirás a Jehú por rey sobre Israel; y unge a Eliseo para que
sea profeta en tu lugar…” (ver 1 Reyes 19:15-16).
¿Cuántos hijos de Dios están tan ocupados hoy día y nunca han conseguido
que la voz venga a ellos? Ellos están ocupados testificando – haciendo el
bien – orando por un despertar espiritual – ayunando – intensos –
dedicados. Sin embargo, ellos han escuchado todo, menos la voz del Señor.
DAVID WILKERSON
lunes, 11 de noviembre de 2013
UNA MIRADA FUGAZ AL CORAZÓN DE JESÚS
“¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al
volver él del campo, luego le dice: ‘Pasa, siéntate a la mesa’? ¿No le
dice más bien: ‘Prepárame la cena, cíñete y sírveme hasta que haya
comido y bebido. Después de esto, come y bebe tú’?” (Lucas 17:7-8).
No tenemos ningún problema en identificarnos con el sirviente en su deber
hacia su amo. Ningún problema en ponernos nuestro delantal y servir al Señor
una mesa llena de alabanzas – un buen banquete de adoración. ¡Amamos
alimentar a nuestro Señor! Es nuestro mayor gozo, nuestra realización suprema
– ministrar al Señor.
Pero tenemos dificultad con la última parte – la parte del Señor.
“Después de esto, come y bebe tú”. Eso es demasiado para nuestro
entendimiento. No sabemos cómo sentarnos después de haberlo servido –
¡para permitirle el mismo gozo a él que nosotros experimentamos al servirle!
Le robamos a nuestro Señor el gozo de ministrarnos.
Creemos que nuestro Señor recibe suficiente placer de lo que hacemos por él,
pero hay mucho más. Él responde a nuestra fe y se regocija cuando nos
arrepentimos. Él le habla al Padre de nosotros y se deleita en nuestra
confianza como de niños. Pero yo estoy convencido de que su necesidad más
grande es tener una comunicación uno-a-uno con aquellos que dejó aquí en la
tierra. Ningún ángel en el cielo puede suplir esa necesidad. Jesús quiere
hablar con aquellos que se encuentran en el campo de batalla.
¿De dónde tengo yo la noción de que Cristo se siente solo y tiene una
necesidad desesperante de hablar? Está todo allí en el pasaje donde Cristo se
les aparece a los dos discípulos en el camino a Emaús. Jesús recién había
resucitado y ese mismo día dos de sus discípulos estaban caminando de
Jerusalén a Emaús. Ellos estaban tristes porque su Señor se había ido, pero
cuando él se les acercó, no lo reconocieron. Él quería hablarles; tenía
mucho que decirles.
“Y sucedió que, mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se
acercó y caminaba con ellos…Y comenzando desde Moisés y siguiendo por todos
los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”
(Lucas 24:15, 27).
No podía haber ninguna experiencia mejor para esos discípulos y se decían el
uno al otro, “¿No ardía nuestro corazón en nosotros mientras nos
hablaba?” Pensamos en el gozo de los discípulos, pero ¿qué hay del gozo de
Jesús? Yo puedo ver a un Señor resucitado, con lágrimas cayendo sobre sus
mejillas glorificadas, y con el corazón lleno de gozo. Él estaba satisfecho,
su necesidad había sido suplida, y lo veo gozoso en sobremanera. Él había
ministrado, y en su forma glorificada él había podido experimentar por
primera vez una comunión mutua. Él había derramado su corazón, pero su
corazón ya no se sentía solo y su necesidad había sido suplida.
DAVID WILKERSON
viernes, 8 de noviembre de 2013
EL PLAN DEL SEÑOR PARA NOSOTROS
El plan del Señor para nosotros siempre ha sido simple. Él ha dicho: “No
tienes que temer ningún poder que venga contra ti, Yo actuaré como tu
defensor en todo momento. Si simplemente confías en Mis promesas declaradas,
arrojándote a mi cuidado por la fe, seré omnipotente Dios para ti.
Conquistaré a todos tus enemigos y los derribaré delante de ti. ¡Serás
victorioso, más que vencedor, viviendo el resto de tus días en paz, sin
temor!”
Yo te pregunto: ¿Estás viviendo el resto de tus días sin temor, con un
espíritu calmado y una mente tranquila? La mayoría de nosotros no vivimos ni
una fracción de nuestro tiempo de esa manera. Entramos y salimos de nuestros
momentos de paz, pero no entramos completamente en el descanso de Dios.
Si estás atribulado, perplejo, angustiado por un pecado asediante, tienes que
entender que ¡Dios no está enojado contigo! Él no quiere disciplinarte o
juzgarte. ¡Todo lo contrario, Él anhela llenarte con Su poder omnipotente!
Dios dice esencialmente la misma cosa en todos Sus pactos: "¡Estoy buscando un
pueblo que crea que yo los libraré de todos sus enemigos!" "No olvidaréis el
pacto que hice con vosotros, ni temeréis a dioses ajenos; mas temed a Jehová
vuestro Dios, y Él os librará de mano de todos vuestros enemigos" (2 Reyes
17:38-39).
En el Antiguo Testamento, esos enemigos eran las naciones paganas: filisteos,
moabitas, heteos, jebuseos, cananeos. Todos estos poderes del mal buscaban
destruir al pueblo de Dios y llevarlos de vuelta a la esclavitud.
Hoy en día nuestros enemigos existen en el reino espiritual: poderes
demoníacos, lujurias de la carne, malos deseos. Y en el Nuevo Testamento, Dios
repite su promesa a su pueblo:
“Yo seré tu Dios y tú serás Mi hijo, Mi hija. De hecho, serás Mi hijo
desde ahora hasta la eternidad. Por lo tanto, recuerda el pacto que he hecho
contigo. No temerás a ningún hombre o poder, sino sólo a Mí. Te libraré de
las manos de todos tus enemigos, incluyendo el acoso demoníaco, tenaz lujuria,
hábitos dominantes y todos los pecados que te asedian”(Ver Hebreos 8:10)
DAVID WILKERSON
jueves, 7 de noviembre de 2013
CÓMO VENCER SOBRE LA TENTACIÓN
El poder para aguantar y no ceder a la tentación, no viene de llenar nuestras
mentes con versos de las Escrituras, o de hacer promesas y votos, o de pasar
horas en oración y ayuno, ni aún de entregarnos a alguna gran causa
espiritual. Estas cosas son todas loables y normales para el crecimiento
Cristiano, pero no es ahí donde se encuentra nuestra victoria.
El simple secreto para aguantar cualquier tentación es ¡romper el miedo que
tenemos al poder de Satanás! El temor es el único poder que Satanás tiene
sobre el hombre. Dios no nos da el espíritu de temor. ¡Eso es sólo de
Satanás! Pero el hombre le tiene miedo al diablo. Está atemorizado de los
demonios. Tiene miedo a fallar. Miedo a que sus apetitos y hábitos no puedan
ser alterados. Miedo a sus deseos íntimos, a que estos estallarán y
controlarán su vida. Miedo a que él sea uno entre mil que es diferente a los
demás, lleno de lujuria, y sin compostura.
El hombre tiene miedo a no poder dejar su pecado. Él acredita a Satanás con
poder que éste no tiene. El hombre clama, “¡Estoy atrapado y no puedo
parar! Estoy hechizado y en poder del diablo. ¡El diablo me hace hacerlo!”
El miedo tiene tormento. Mientras usted esté con miedo del diablo, usted nunca
podrá romper el poder de ninguna tentación. El temor le da alas a Satanás, y
los Cristianos que tienen miedo del diablo tienen poco o nada de poder para
resistir.
¡Todo está basado en una mentira! La mentira es que Satanás tiene poder para
derribar a los Cristianos que están bajo presión. ¡No es así! Jesús vino a
destruir todo el poder del diablo sobre los hijos de Dios que han sido lavados
en la sangre. Yo me he preguntado varias veces por qué Dios permite que las
personas espirituales sean tentadas. ¿Por qué Dios no remueve todas las
tentaciones en lugar de dar con la prueba “la salida para que podáis
soportarla” (1 Corintios 10:13)? La respuesta es simple. Una vez que usted se
da cuenta de que Satanás está sin poder – una vez que usted se da cuenta de
que él no puede hacerle hacer ninguna cosa – una vez que usted se da cuenta
que Dios tiene todo el poder para mantenerlo sin caída – de ahí en adelante
usted puede “aguantar” cualquier cosa que Satanás lance contra usted.
¡Usted podrá atravesar eso sin temor a fallar!
No somos librados de la tentación, pero sí del miedo al diablo que nos hace
ceder a ella. Seguiremos siendo tentados hasta que lleguemos al lugar de
“descanso” en nuestra fe. Ese descanso es la confianza inamovible de que
Dios ha derrotado a Satanás, de que Satanás no tiene en nosotros derecho ni
reclamo, y que nosotros emergeremos como oro probado en el fuego.
DAVID WILKERSON
miércoles, 6 de noviembre de 2013
NO OS TURBÉIS
una mente turbada es la que padece de un continuo descontento, que está
presionada, perturbada, inquieta, que se preocupa por el futuro y el pasado
así como por las circunstancias presentes. Estoy convencido de que hay más
mentes atribuladas hoy que en las generaciones pasadas.
Aparentemente muchos de los que aman a Jesús están tan atribulados en sus
mentes como las masas de incrédulos. Veo evidencia de esto en algunas de las
cartas que recibe nuestro ministerio. Un sin número de creyentes permanecen
despiertos por la noche, afligidos y angustiados. Van a la iglesia esperando
experimentar algún tipo de alivio de sus cargas, pero una vez salen del
servicio, sus problemas regresan.
Jesús advirtió que en los últimos días los corazones de las personas
estarían preocupados por todas las crisis que tomarían lugar en el mundo.
"Entonces habrá…angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del
mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de
las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos
serán conmovidas" (Lucas 21:25-26).
Jesús dijo que los eventos que vienen sobre el mundo asustarían tanto que las
personas caerían muertas literalmente de deficiencia cardiaca.
Años atrás llegó una carta de un predicador que tenía alrededor de noventa
años. Él recordaba que la inmoralidad en la década del 1920 trajo el juicio
sobre América a través de la Gran Depresión. Él ha sido testigo de dos
Guerras Mundiales, ha visto el cambio en el sistema de transporte desde
carruajes tirados por caballos a transbordadores espaciales, y el cambio de
las comunicaciones desde radios con interferencias sonoras al Internet. En
pocas palabras, lo ha visto todo.
Ahora él nos cuenta que la maldad que tiene lugar en nuestra nación hoy lo
aflige más que cualquier cosa de lo que ha sido testigo en la
vida. Difícilmente puede asimilarlo todo, dice, porque está pasando tan
rápido, y las profundidades de la depravación están más allá de la
comprensión.
Aún así Jesús nos da una palabra de consuelo a pesar de todo lo que vemos
que está tomando lugar. Él ordena: “…mirad que no os turbéis: porque es
necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin” (Mateo 24:6). Él
nos está diciendo: “¡No permitan que ninguna de las cosas malas de las
cuales les estoy advirtiendo, atribulen sus mentes!”
DAVID WILKERSON
martes, 5 de noviembre de 2013
LA MANIFESTACION DE SU PRESENCIA
Moisés buscaba de Dios una manifestación continua de su presencia diciendo:
“para que te conozca” (Éxodo 33:13). Y Dios le respondió: “Mi presencia
irá contigo, y te daré descanso.” (Versículo 14)
La petición de Moisés sería más que suficiente para la mayoría de los
creyentes. Todos queremos la presencia de Dios, dirigiéndonos, guiándonos,
dándonos poder y bendiciéndonos. Realmente, ¿Qué más puede desear todo
creyente? Sin embargo, tener la garantía de la presencia de Dios no fue
suficiente para Moisés. Él sabía que había algo más, y clamó: “Te ruego
que me muestres tu gloria.” (Versículo 18)
Dios le mostró a Moisés Su gloria, pero no apareció en alguna nube luminosa
ni en una demostración de poder que hiciera temblar la tierra. No, Dios
expreso Su gloria en una simple revelación de Su naturaleza:
“Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová!
fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y
verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la
rebelión y el pecado” (34:6-7). ¡La gloria de Dios fue una revelación de
su bondad, misericordia, amor y compasión!
He escuchado a muchos cristianos decir, “Oh, de qué manera descendió la
gloria de Dios en nuestra iglesia anoche! Hubo tal increíble alabanza y la
gente caía por el Espíritu.” Pero eso no es prueba de una manifestación de
la gloria de Dios. No tiene nada que ver con Dios mas allá de las emociones
humanas. ¡No incluye una revelación de quien es Él!
Algunos pueden argumentar: “Pero, ¿Y qué de la experiencia de los
discípulos en el Monte de la Transfiguración? ¿No era esa una manifestación
de la gloria de Dios? Hubo una poderosa luz y la aparición milagrosa de Moisés
y Elías.”
Pero la gloria de Dios no estaba en Moisés o Elías ni en la luz espectacular.
Más bien, Su gloria estaba en Jesús: “Y resplandeció su rostro como el sol,
y sus vestidos se hicieron blancos como la luz…y he aquí una voz desde la
nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él
oíd.”(Mateo 17:2,6)
Dios estaba diciendo, “Aquí está mi gloria personificada: ¡En Cristo!”
De hecho, Jesús es el cumplimiento de todo lo que Dios dijo que Él era para
Moisés: lleno de gracia, misericordioso, paciente, abundante en bondad y
verdad, que guarda misericordia a millares, y que perdona la iniquidad y la
transgresión de pecados. Y ahora Dios estaba diciendo: “Aquí está la
imagen viviente de Mi gloria ¡Está toda personificada en Mi hijo!”
DAVID WILKERSON
lunes, 4 de noviembre de 2013
DEPRIMIDO Y DESALENTADO
Debilidad, quebrantamiento, problemas, inquietud, luto, todas estas cosas
desalentaron el espíritu de David. Se sentía vacío, sin dirección, como si
no hubiese aprendido nada a través de los años. “…y aun la luz de mis
ojos me falta ya” (Salmo 38:10). David estaba diciendo, “He perdido mi
entendimiento espiritual. ¡No puedo llegar a Dios como lo hacía antes!”
Entiendo cómo se sintió David. He dirigido cruzadas evangelísticas en las
cuales miles han llegado a Cristo. He ayudado a conducir a multitud de
drogadictos y alcohólicos hacia la liberación en Jesús. Mi vida ha estado
repleta de muchas ricas bendiciones, pero a menudo, algunos días después de
estos eventos, he sido agobiado por el desaliento y he acabado pensando:
“Señor, ¡No he logrado nada para Ti!”
Esta es la obra del espíritu de desaliento que trae Satanás. ¡Nos hace un
blanco para los poderes del infierno momentos después de nuestra victoria
espiritual más grande!
Este abrumador espíritu demoníaco desalentó tanto a David que estaba mudo
ante la presencia de Dios. Él dijo: “Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; y
soy como mudo que no abre la boca. Soy, pues, como un hombre que no oye, y en
cuya boca no hay reprensiones.” (Salmo 38:13-14)
El significado de esta frase en hebreo es “un hombre que ya no tiene más
respuestas ni argumentos.” David estaba diciendo: “Señor, estoy tan
desalentado que ni siquiera puedo levantar mis manos a ti. No puedo orar,
porque estoy muy confundido para hablar. Estoy agotado y vacío. No tengo nada
que decir.”
David expresó el llanto universal del alma justa, que soporta un ataque de
desaliento: “Pero yo estoy a punto de caer, Y mi dolor está delante de mí
continuamente” (Salmo 38:17). La palabra hebrea para “caer” en este
versículo significa “desfallecer.” David le estaba diciendo a Dios, “No
lo lograré, Señor. ¡Estoy al final de mis fuerzas y a punto de
desfallecer!”
Le podemos expresar a Dios todo lo que queramos acerca de nuestros sentimientos
de fracaso, podemos contarle de nuestra desesperación por nuestros pecados y
errores tontos, pero nunca debemos albergar el pensamiento de que Él nos ha
abandonado.
David es nuestro ejemplo de una persona que se desalentó pero que mantuvo su
fe. Aún en su punto más bajo, David no se permitió a si mismo sumirse en la
incredulidad. Él proclamó, “Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú
responderás, Jehová Dios mío.”(Salmo 38:15).
DAVID WILKERSON
viernes, 1 de noviembre de 2013
CON TODO SU CORAZÓN
Dios asegura promesas especiales para aquellos que determinan buscarle con todo
su corazón. Una de esas promesas es el pacto de Su presencia. No obstante, este
pacto es estrictamente condicional. Las escrituras dejan en claro que si nos
atenemos a la regla de este pacto, gozaremos de la increíble bendición de la
presencia de Dios en nuestras vidas. Y esto no se refiere tan solo a asuntos de
salvación. Habla de ser tal buscador de Dios que Su impresionante presencia es
derramada sobre nosotros y es vista y conocida por todos.
Dios reveló este pacto de su presencia a través de un profeta anónimo quien
le entregó un mensaje a Elí, el sumo sacerdote de Israel. En ese tiempo, Elí
estaba descarriado. El Señor le había hablado, advirtiéndole en contra de
permitir el pecado y la transigencia, pero Elí había ignorado todas las
palabras de Dios. Y ahora, este profeta anónimo le dijo a Elí: “Por tanto,
Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu
padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca
yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian
serán tenidos en poco.” (1 Samuel 2:30).
La frase “tenidos en poco” tiene que ver con Dios quitando su presencia.
Esto no significa que una persona está maldita, sino más bien que tendrá que
caminar por el poder de su propia carne. Dios le estaba diciendo a Elí, “Mi
intención fue bendecir tu casa, favorecerte, pero me has menospreciado,
volviéndote suave con el pecado y permitiendo que tu lujuria me eche a un
lado. ¡Ahora quitare mi presencia de ti!”
Muchas personas vienen a Cristo con una gran explosión inicial de fe. Sin
embargo, al pasar el tiempo su celo se acaba, y comienzan a descuidar al
Señor. “Tienen en poco” sus mandamientos y vuelven a sus viejos caminos de
pecado. Aún así todavía creen que la presencia de Dios permanece sobre ellos.
Pero eso es una mentira, una ilusión. La Biblia deja en claro que si tú lo
abandonas, ¡Él te abandonará!
DAVID WILKERSON
jueves, 31 de octubre de 2013
EL ESPÍRITU DE JEZABEL
El espíritu de Jezabel aborrece a los profetas de Dios y las profecías
divinas. "Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de
cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a
Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si
mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos" (1
Reyes 19:1-2).
Los cristianos atados por la doctrina de Jezabel no tienen consideración
alguna por los santos profetas de Dios. Se sientan fríamente, tal como lo hizo
Jezabel, que estuvo inmóvil, mientras Acab observaba con detalles la milagrosa
escena de autoridad sobrenatural en el Monte Carmelo. Pero a Jezabel no le
impresionó. Todo lo que hizo fue endurecer más su determinación.
Así también es ahora. Los maestros de la doctrina de Jezabel y aquéllos que,
como Acab, son sus víctimas, no están abiertos a la convicción del Espíritu
Santo o al mensaje de arrepentimiento y santidad. Ellos oyen y luego siguen su
camino, más determinados que nunca en sus doctrinas. No hay temor de Dios
delante de sus ojos.
La señal más segura de un falso maestro y una doctrina de Jezabel es el
apagar las advertencias proféticas y rechazar el oír acerca del juicio. Lo
llaman negativismo y pesimismo. Se ríen, se burlan y lo ridiculizan. Jeremías
dice que esos pastores son ciegos y mudos, y el Señor les dijo que obedecieran:
"Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en
la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante"
(Jeremías 7:24).
Los que enseñan la doctrina de Jezabel dicen ser profetas, pero hay una prueba
para profetas verdaderos y falsos. Los profetas de Jezabel profetas sólo
profetizaban cosas buenas, sólo paz y prosperidad. "Y en los profetas de
Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en mentiras, y
fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su
maldad; me fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra. Por
tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He
aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de
los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra. Así ha
dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que
os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio
corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan:
Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su
corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros" (Jeremías 23:14-17).
Los que tienen el espíritu de Jezabel no hacen tornar de la maldad a la gente.
Hablan de sueños y actúan neciamente en el púlpito.
DAVID WILKERSON
miércoles, 30 de octubre de 2013
LA PROMESA DEL PADRE
Los capítulos 1 al 6 del libro de Hechos describen una de las más gloriosas
obras de Dios en la historia. Es una secuencia increíble de eventos llenos de
acción: poderosa predicación, conversiones masivas, sanidades milagrosas.
Todo era el cumplimiento de una promesa divina anunciada por Jesús.
Antes de Su resurrección, Cristo instruyó a los discípulos a que esperaran
en Jerusalén para recibir la “promesa del Padre”. “He aquí, yo enviaré
la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de
Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.” (Lucas
24:49)
Esa promesa comenzó su cumplimiento en el día de Pentecostés, la fiesta de
las “primicias” de Israel. El mundo estaba a punto de ver los primeros
frutos de la obra de Cristo en la cruz por nosotros.
Los discípulos no podían haber imaginado lo que Dios tenía en mente para
ellos. Probablemente pensaron, “¡Excelente! Esta promesa significa que Dios
está a punto de restaurar a Israel. Él nos liberará de los grilletes de la
esclavitud romana por siempre y seremos su pueblo de nuevo.”
Hoy día creo que quizás la Iglesia tendría una reacción similar si
escuchamos la misma promesa de Jesús. Podríamos pensar: “Cuando venga la
promesa de Dios, nuestras iglesias se llenarán a reventar. El Espíritu Santo
se moverá en otras ciudades y la gente viajará de todas partes sólo para
experimentarlo. ¡Seremos bendecidos como nunca antes!”
Debemos desear que el Espíritu Santo llene nuestros santuarios, para llevar
alegría y consuelo al pueblo de Dios. Pero cuando llegue la gloria de Dios, no
será solamente para nuestro beneficio. Jesús no dijo: "Cuando recibáis poder
de lo alto, me seréis feligreses, estudiantes de la Biblia, asistentes a las
reuniones de oración.” Él dijo: “Me seréis testigos hasta lo último de
la tierra.”
El poder de Dios está destinado a ir más allá de los muros de la iglesia
hasta alcanzar los lugares más lejanos del mundo. Eso es lo que vemos
desarrollarse en el libro de los Hechos. Cuando Pedro se levantó para predicar
a la multitud que se había reunido, tres mil fueron salvos. Más tarde, cuando
Pedro y Juan testificaban por todo Jerusalén, los seguían señales y
prodigios en liberaciones y sanidades milagrosas.
¡Pero eso fue sólo el principio! Si la obra del Espíritu se hubiese detenido
en Hechos 6, todo el poder de Dios habría permanecido en manos de los doce
apóstoles. En vez de eso, un cambio tectónico tuvo lugar. Dios dijo: “Mi
Espíritu ya no se moverá a través de sólo unos pocos escogidos. Voy a darle
poder a cada hombre, mujer y niño que lo pida en Mi nombre”.
GARY WILKERSON
martes, 29 de octubre de 2013
MANTENIENDO LA PRESENCIA DE DIOS
Dios incluye una condición para Su presencia en nuestras vidas y está en 2
Crónicas 15. En el capítulo anterior, el rey Asa había dirigido los
ejércitos de Judá a una gran victoria sobre el ejército de un millón de
hombres de Etiopía. Sin embargo, Asa testificó que fue la presencia de Dios
la que había dispersado al enemigo.
"Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay
diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas!
Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre
venimos contra este ejército…Y Jehová deshizo a los etíopes delante de
Asa" (2 Crónicas 14:11-12).
Mientras Asa y sus ejércitos llevaban la procesión triunfal de regreso a
Jerusalén, un profeta llamado Azarías les dio el alcance a la puerta de la
ciudad con este mensaje de parte de Dios: "Oídme, Asa…Jehová estará con
vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de
vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará. Muchos días ha estado
Israel sin verdadero Dios…pero cuando en su tribulación se convirtieron a
Jehová Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos"(15:2-4).
Aquí está el secreto de conseguir y mantener la presencia de Dios en tu vida.
El Señor recordó a Asa, a quemarropa, sin tapujos: "Asa, nunca olvides cómo
obtuvieron esta victoria. Me buscaron con todo su corazón cuando estaban en
problemas y Yo les envié Mi presencia. ¡Fue Mi presencia la que hizo huir a
sus enemigos!"
Ahora, Azarías le decía a Asa: "¿Te acuerdas cómo era el reino antes de que
fueras rey? Todo estaba fuera de orden, sin ley, sin orientación, sin
enseñanza justa. Nadie respetaba la ley, ¡cada cual hacía lo suyo!"
Ésta no es una teología complicada. Cualquiera puede tener la presencia
permanente del Señor si él o ella simplemente buscara al Señor para ello.
"[El Señor] será hallado de vosotros" (15:2). La palabra hebrea que se
encuentra aquí es matsa, que significa "Su presencia, brotando, para
bendecir". En resumen, este versículo nos dice: "Busquen al Señor con todo tu
corazón y Él vendrá a ustedes con Su presencia. De hecho, ¡Su presencia
será un poder omnipotente que emana de sus vidas! "
lunes, 28 de octubre de 2013
DIOS HA HECHO GRANDES COSAS
"Porque yo Jehová, Dios tuyo…te amé…No temas, porque yo estoy contigo"
(Isaías 43:3-5 ) .
Las historias del Antiguo Testamento de Abraham, Josué y todo Israel fueron
escritas para alentarnos y exhortarnos a buscar la presencia de Dios en
nuestras vidas. Podemos dar gracias a Dios por lo que hizo Su presencia para
ellos, aun así cada uno de nosotros tiene un poderoso testimonio de lo que la
presencia de Dios ha hecho por nosotros: guiando nuestras vidas, abriendo
puertas, moviendo obstáculos, derritiendo corazones y quitándonos el miedo.
He comprobado esta verdad en mi vida. Tú podrás decir: "¡Te estás
jactando!” ¡No, el hecho es que la presencia de Dios ha estado conmigo a
pesar de mí mismo!
Cuando empezamos la iglesia “Times Square” en Nueva York, la presencia de
Cristo emanaba de nosotros en todo lo que hacíamos. Recuerdo entrar en el
despacho de un famoso productor de Broadway en busca de un teatro para que sea
usado como iglesia. El secretario de este hombre y su personal se burlaron de
mí, sus palabras y actitudes me aseguraron de que yo, un ministro humilde, no
sería capaz de conseguir una cita. De hecho, pensé que me iban a expulsar.
Pero entonces el productor salió de su oficina y cuando me vio, ¡me invitó a
entrar!
Durante las siguientes semanas, el productor y yo pudimos conocernos. A veces
miraba por encima del escritorio y me decía: "No sé por qué estoy pasando
tanto tiempo con usted. Mi agenda está absolutamente ocupada". Pero cada vez
que entraba en su despacho, su secretaria me conducía a través de los demás
visitantes, diciendo: "¡Entre directamente, reverendo, él está
esperándole!"
Con el tiempo, este hombre nos vendió su teatro emblemático para usarlo como
la iglesia “Times Square”. Aun mientras firmaba los documentos de venta,
decía: "No sé por qué estoy haciendo esto". Sólo fue la presencia de Dios
la que lo llevó a vendernos dicha instalación. Pocos años después de que se
hizo el acuerdo, ¡él y sus abogados vinieron a rogarnos para comprarlo de
vuelta!
He visto a Dios cambiando los corazones de otras personas también. El dueño
del edificio del costado se negó a vendérnoslo para usarlo como un anexo.
Pero con el tiempo nos volvimos amigos, y poco después, nos vendió el
edificio. Siempre me decía: "¡Alguien allá arriba está trabajando para
usted!"
Ese es el poder de la presencia de Dios. Y cada cristiano puede testificar de
la misma manera: "¡La presencia de Dios me ha hecho grandes cosas!".
DAVID WILKERSON
viernes, 25 de octubre de 2013
LA DOCTRINA DE JEZABEL
Lee Apocalipsis 2:18-29 y verás que Cristo advirtió a la Iglesia en contra de
la doctrina de Jezabel: “…que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice
profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas
sacrificadas a los ídolos.” (Apocalipsis 2:20). La palabra griega para
Jezabel aquí es sinónimo de “falso maestro”. Ella claramente representa
falsas doctrinas, y Jesús lo aclara a continuación: “a cuantos no tienen
esa doctrina”. (Apocalipsis 2:24)
Aquí se muestra a un grupo del pueblo de Dios, lleno de buenas obras y amor,
que tienen una forma de fe y paciencia. Pero con todo lo bueno y loable que
sea, algo muy peligroso esta sucediendo, algo tan seductor, que Cristo advierte
que enviará juicio y hará de ellos un ejemplo para todas las iglesias. Algunos
miembros de las iglesias estaban vendiéndose a Satanás. Sus buenas obras,
amor, servicio, fe y paciencia fueron opacadas por la seducción de una falsa
doctrina. Estaban bajo el encanto de una falsa enseñanza, enseñanza que vino
disfrazada como la verdadera Palabra, pero era, de hecho, maligna.
Es peligroso sentarse a escuchar una doctrina errada y Cristo no toma este
asunto ligeramente. Sus ojos están penetrando a la Iglesia, y Él mismo ha
venido a advertir, exponer y salvar a Su pueblo de esta terrible seducción. A
qué iglesia vas, a quién estás escuchando y qué enseñanza se adueñó de
tu corazón, son asuntos muy, muy serios.
La marca de un cristiano seducido es que “es llevado de una parte a otra”
buscando enseñanzas nuevas, diferentes y extrañas. La Biblia advierte: “No
os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas” (Hebreos 13:9). Estamos
hablando de correr de un lugar a otro, de seminarios a convenciones, de iglesia
en iglesia, sin tener raíces en ningún lugar. Los oídos de tales personas
están siempre ansiosos de oír algo nuevo, sensacional, entretenido y
placentero a la carne. También llegan a la iglesia de Times Square aquí en
Nueva York: buscadores que deambulan sin destino, cabalgando en los vientos de
doctrinas. Ellos se asemejan a los atenienses quienes: “…en ninguna otra
cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.” (Hechos 17:21).
Pablo advirtió a Timoteo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana
doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme
a sus propias concupiscencias.” (2 Timoteo 4:3)
DAVID WILKERSON
jueves, 24 de octubre de 2013
APTOS PARA VIVIR
La Escritura nos provee de innumerables ejemplos de cómo la presencia de Dios
hace aptos a sus hijos a vivir para Él. Vemos uno de los ejemplos más
poderosos de esto en la vida de Moisés.
Moisés estaba convencido de que sin la presencia de Dios en su vida, era
inútil para él, intentar algo. Cuando habló cara a cara con el Señor, le
dijo: "Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí" (Éxodo
33:15). Estaba diciendo: "Señor, si Tu presencia no está conmigo, entonces no
iré a ninguna parte. ¡No voy a dar un solo paso a menos que esté seguro de
que Tú estés cerca! "
Moisés sabía que era la presencia de Dios en Israel, la que distinguía al
pueblo de las demás naciones. Y lo mismo puede decirse de la Iglesia de
Jesucristo, hoy. Lo único que nos distingue de los incrédulos es la presencia
de Dios "con nosotros", guiándonos y obrando Su voluntad en nosotros y a
través de nosotros.
A Moisés no le importaba cómo eran guiadas las otras naciones, cómo
elaboraban sus estrategias, cómo conducían sus gobiernos o cómo dirigían
sus ejércitos. Él decía: "Funcionamos bajo un solo principio. La única
manera de ser guiados o gobernados, para hacer la guerra y sobrevivir en esta
tierra seca, ¡es teniendo la presencia de Dios con nosotros!".
"Cuando la presencia del Señor está en medio de nosotros, nadie puede
hacernos daño. Pero sin Él no podemos hacer nada, somos reducidos a la nada.
Que todas las naciones de este mundo confíen en sus poderosos ejércitos, sus
carros de hierro, sus hábiles soldados y sus armas nuevas. ¡Nosotros
confiaremos en la presencia manifiesta de nuestro Dios!".
Dios respondió a la osada declaración de Moisés: "Mi presencia irá contigo,
y te daré descanso" (versículo 14). ¡Qué increíble promesa! La palabra
hebrea “descanso”, se refiere a: "un reposo cómodo y tranquilo". Dios
estaba diciendo: "¡No importa los enemigos o pruebas que enfrenten, ustedes
siempre podrán hallar un reposo quieto en mí!".
Piensa en esto: Si una iglesia tiene la presencia manifiesta de Dios en medio
de ella, no habrá ninguna prisa, afán, sudor o esfuerzo. Las reuniones de
adoración no se apresurarán, con tres canciones, una ofrenda y un corto
sermón. En su lugar, habrá una paz que calma y un reposo quieto ¡y todo el
que camine a través de las puertas lo sentirá!
DAVID WILKERSON
miércoles, 23 de octubre de 2013
LLAMADOS A LIBERTAD
"Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y
gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y
el gemido huirán" (Isaías 51:11).
¿Te atraen las siguientes palabras: Vida, gozo, preocupación por otros,
deleite, confianza, libertad? ¿Te imaginas tener ese tipo de deleite en tu
servicio a Cristo? ¿Cómo se puede obtener un gozo tan poderoso?
No vendrá de las obras de justicia. No tenemos el poder de ser justos por
nosotros mismos. Podemos hacer todo lo posible, esforzarnos por hacer lo mejor
y ofrecer sinceramente a Dios todo lo que tenemos y todo lo que somos, pero
seguiría siendo tan sólo trapos de inmundicia. "Si bien todos nosotros somos
como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos
todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento "
(Isaías 64:6).
La libertad viene a través de la sola justicia de Cristo. Cuando Su justicia
se hace nuestra, somos liberados del esfuerzo. Su Espíritu está en nosotros,
liberándonos de la ley del pecado y de la culpa y haciendo nuevas todas las
cosas. "Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de
la ley del pecado y de la muerte " (Romanos 8:2).
¡Esa libertad lo es todo! Significa libertad para llevar a cabo las
responsabilidades piadosas que Él nos llama a hacer. De pronto, somos capaces
de dar testimonio con abandono. Contamos con un denuedo que no lo podríamos
producir por nosotros mismos. La gracia fluye a través de nosotros en lugar de
que fluya un legalismo mortal y esclavizante.
Sólo hay una forma de caminar en la libertad y el gozo que Cristo ganó para
nosotros: Aceptando Su don de justicia. Hacer esto significa abrazar la gracia,
no las obras. Esto no significa eludir nuestras responsabilidades, por el
contrario, el venir bajo la cobertura de su gracia es la única manera de
asumir una verdadera responsabilidad. De otra forma, ¡no podemos lograr
absolutamente nada en Su!
"…a libertad fuisteis llamados" (Gálatas 5:13).
GARY WILKERSON
martes, 22 de octubre de 2013
A SALVO EN CADA SITUACIÓN
La Biblia dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:7).
¿Será que la actual recesión se convertirá en una profunda y larga
depresión? ¿Será esta la tormenta económica de la que tantos ministros y
economistas han advertido? ¿O se tratará simplemente de otro ajuste breve de
la economía?
Francamente, ningún ser humano en la tierra lo sabe. Los economistas dan
terribles previsiones opuestas, y los llamados “profetas” están enviando
todo tipo de advertencias confusas.
Hace varios años, cientos de cristianos preocupados me escribieron acerca de
una profecía que decía que la mayor parte de Florida sería inundada por un
maremoto. Muchos cristianos huyeron de Florida en la fecha prevista para unas
llamadas “vacaciones”, sólo en caso de que la profecía fuese correcta.
¡Florida todavía está bien!
Nadie sabe cuándo, cómo o dónde Dios enviará juicio. Los tiempos y las
épocas están todas en sus manos. Dios ha tratado conmigo personalmente acerca
del uso de fechas, nombres o lugares, y cuando desobedezco a Dios en este
asunto, termino especulando en lugar de verdaderamente profetizando. Toda
verdadera profecía debe ofrecer esperanza y consuelo para el pueblo de Dios
que vive por la fe.
¿Dónde vives? ¿En una zona de terremotos, tal vez cerca de una falla
geológica? ¿Vives en un barrio en expansión que parece menos seguro a medida
que pasan los días? ¿Ningún alimento almacenado? ¿No hay barras de oro o
dinero para protegerse contra la inflación? ¿No hay nada a que recurrir si la
economía colapsa? ¿Nada para vivir si pierdes tu trabajo? ¿Te sientes
excluido cuando los que te rodean se jactan de sus planes para el futuro?
¡No entres en pánico! Tienes todo lo que necesitas si tan sólo crees en la
promesa de protección de nuestro Señor. Todo hijo de Dios tiene un contrato
blindado de supervivencia. Cuanto más leo las palabras de Jesús, más creo
que Él está pidiendo que confiemos en Él como niños para mantenernos
seguros en cualquier situación.
Mi consejo es quedarse quieto y dejar de escuchar las voces que hacen
advertencias contrarias a la Escritura, “Pues Dios no es Dios de confusión,
sino de paz.” (1 Corintios 14:33)
“No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando
viniere, Porque Jehová será tu confianza, Y él preservará tu pie de quedar
preso.” (Proverbios 3:25-26)
DAVID WILKERSON
lunes, 21 de octubre de 2013
EL ESPÍRITU Y EL PODER DE ELÍAS
El Antiguo Testamento se cierra con esta increíble profecía de Malaquías:
“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de
Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los
hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera
la tierra con maldición.” (Malaquías 4:5-6)
Esta profecía fue cumplida en gran medida en el ministerio de Juan el
Bautista. Un ángel se le apareció a Zacarías y le profetizó que su hijo
Juan haría volver a muchos en Israel al Señor, y que “[iría] delante de
él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de
los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para
preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” (Lucas 1:17)
Jesús, hablando a Sus discípulos acerca de Juan el Bautista, dijo: “Y si
queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir” (Mateo 11:14). Y
añadió: “El que tiene oídos para oír, oiga” (11:15). Yo creo que Jesús
les estaba pidiendo que vean el significado espiritual de la venida de Juan,
como fue profetizado, en el espíritu y poder de Elías.
El mismo Juan negó enfáticamente que él haya sido Elías resucitado de entre
los muertos. Cuando los Judios le preguntaron explícitamente: “¿Eres tú
Elías?... Y respondió: No. Yo soy la voz de uno que clama en el desierto:
Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.” (Juan
1:21-23). Esta es la razón por la cual Jesús dijo a Sus discípulos que sólo
los ojos y oídos espirituales entenderían que Juan el Bautista era del mismo
tipo de ministerio que Elías el profeta. Juan era un predicador de la
justicia, al igual que Elías, enviado para despertar a la gente a preparar un
camino recto y estrecho de santidad.
Juan, ungido con el mismo espíritu intrépido y el poder que estaba sobre
Elías, vociferaba contra los pecados de los Judíos desobedientes, codiciosos,
y amantes del placer. Cristo estaba pronto a aparecer y este poderoso hombre de
la verdad repentinamente vino a preparar a un pueblo para el Señor. Este
profeta del desierto fue enviado para hacer volver los corazones de las
personas, lo cual es la definición verdadera del arrepentimiento. Juan
predicó el arrepentimiento, la restitución, la pureza del corazón, la
justicia, y un camino de practicar la santidad para corresponder con una
abierta confesión de pecados.
Creo que el profeta Malaquías (así como otros profetas del Antiguo
Testamento) hablan de un grupo de personas santas que será levantado justo
antes de segunda venida de Cristo. Ellos ministrarán bajo el mismísimo
espíritu y poder que estaba sobre Elías y Juan el Bautista.
Este grupo de creyentes de los últimos días prestará atención a la
profecía de Isaías: “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz
como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su
pecado.” (Isaías 58:1).
DAVID WILKERSON
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