lunes, 23 de diciembre de 2013
BOTAS DE VAQUERO
El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segará" (2 Corintios 9:6).
Hace varios años yo estaba sirviendo como pastor asistente en la Iglesia Times
Square en Nueva York. Anteriormente, cuando vivía en Texas, había comprado un
par de botas originales de vaquero de Texas y ¡eran preciosas! Las llevaba
puestas en mi oficina cuando un indigente entró. Él había estado a la deriva
y pidiendo aventones por todo el país y tenía una mala actitud.
"No sé por qué estoy aquí", dijo. "Todas las iglesias son iguales. Gastan su
dinero en edificios y ustedes, los pastores ricos, tienen autos y esas cosas".
Luego miró hacia abajo y dijo: "Mírate, tienes esas hermosas botas de vaquero
y yo tengo estos zapatos viejos y rotos de lona".
"¿Te gustan estas botas?" pregunté. Y antes de que pudiera responder, ni
siquiera lo pensé dos veces. Simplemente me quité las botas y se las di, y
luego volví descalzo a mi casa.
Unos seis meses después, recibí una llamada telefónica de un amigo que
pastorea en Greensboro, Carolina del Norte. "Gary", dijo, "no vas a creer esto.
Tengo frente a mí a un tipo sentado en mi oficina que dice que hace seis meses
tú le diste un par de botas de vaquero. Él no puede olvidarse de ti ni de tu
iglesia. Él ha estado pidiendo aventones por todo el país durante seis meses
y mientras camina, sigue mirando esas botas y pensando en el amor de Jesús".
Este hombre entró en la iglesia de mi amigo y le dijo: "Oye, este pastor en la
ciudad de Nueva York me dio estas botas de vaquero. Fui a una iglesia llamada
“Times Square” y él era uno de los pastores asistentes".
Steve preguntó: "¿Se llamaba Gary?".
"Sí, ése es el tipo. Se llamaba Gary".
Mi amigo Steve le dijo al hombre: "Bueno, durante seis meses, el Espíritu
Santo ha estado detrás de ti. ¿Estás listo para darle tu vida a Cristo?"
El hombre respondió: "Es por eso que estoy aquí. Vine a esta iglesia a dar mi
vida a Jesús hoy".
Quiero animarte a que, incluso si sientes como si estuvieras en una hambruna,
busques oportunidades. ¿Estás en una hambruna en tu matrimonio? Busca una
oportunidad de servir, de amar, de bendecir a tu cónyuge. ¿Estás en una
hambruna con tus hijos? ¿Hay división y tensión? Busca una oportunidad de
amar, de servir, de ordenar tu casa según los caminos del Señor .
¿Tienes dificultades económicas? Busca la manera de ser de bendición a otros
en medio de la hambruna y encontrarás las ventanas de los cielos abiertas. Dios
derramará ricas bendiciones sobre tu vida.
gary wilkerson
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