viernes, 27 de diciembre de 2013
DIOS HABLA EN SERIO
¿Te expones a una fuerte predicación que amorosamente descubre tu pecado? Si
es así, ¿permites que esa palabra te convenza de pecado? o ¿regresas a tu
pecado sin dolor en absoluto?
Si estás rechazando las advertencias de la restricción del Espíritu Santo,
desobedeciendo a Dios una y otra vez, sin ningún tipo de dolor de corazón,
entonces estás siendo reclutado para la secta del Anticristo. El diablo está,
silenciosamente, iniciándote en su “misterio de iniquidad", y cuando el
prometedor y milagroso Anticristo venga, ¡serás barrido por sus mentiras y
entregado a un engaño!
Escucha lo que Pablo dice sobre los creyentes transigentes, que ceden su
principios y rehúsan amar y obedecer la Santa Palabra de Dios: "A fin de que
sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron
en la injusticia" (2 Tesalonicenses 2:12).
Aquí están los resultados ominosos de no creer ni actuar en la verdad de
Dios:
* El corazón se endurece por el engaño del pecado.
* Satanás obra en el corazón que se endureció por justificarse a sí
mismo, por lo que se le aligera de todo temor a la sanción.
* El creyente llega a ser cegado por la mentira que dice que no hay paga del
pecado, ni día del juicio y que puede salirse libre con su placer lujurioso.
* El creyente cae presa de doctrinas de demonios, pensando que lo malo es
bueno y lo bueno es malo.
* Eventualmente se aleja tanto de Cristo y de la verdad, que se vuelve ciego
a quién es el Anticristo, y acaba por servirle y adorarle como a un dios
* En el Día del Juicio, Dios le dirá a tal persona: "¡Apártate de mí,
hacedor de maldad!”
Amado, no tiene por qué ser así para ninguno de nosotros. Dios ha hecho una
promesa de pacto de eliminar todo engaño de nosotros y darnos la victoria
sobre el pecado, a través del poder de la cruz de Cristo. Todo lo que pide es
que le declaremos la guerra a nuestro pecado, diciendo: "No voy a hacer la paz
con este hábito. Me niego a mantenerlo. Líbrame, Padre, por Tu Espíritu".
Cuando Él escucha esta oración, enviará tal poder del Espíritu Santo y
gloria desde el cielo, ¡que el diablo no va a tener ni una oportunidad!
Ora ahora mismo para que Dios implante en ti una gran reverencia por Su
Palabra. Pídele que te ayude a ser disciplinado en tu lectura de las
Escrituras y pide al Espíritu que te ayude a tomar en serio lo que lees y
¡cree que Dios habla en serio!
DAVID WILEKRSON
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