miércoles, 8 de agosto de 2012

¡EXISTE UN TIEMPO!

¡Existe un tiempo! Me refiero a cuando ha llegado el momento de levantarse y
entrar en acción.  El tiempo cuando es correcto decir, “Yo creo que Dios me
está llamando a ser una respuesta, una ayuda a aquellas personas que están
sufriendo.”

Existe un momento en el que usted escucha que su iglesia irá de misiones -un
tiempo en el que dice, “Dios bendícelos.” Existe un momento en que es
necesaria una fe en oración - y hay un tiempo en el que usted es quien debe
levantarse e ir. ¡Es momento de ponerse de pie y entrar en acción!

En Génesis 14:14-16 Abraham hizo justamente lo anterior cuando escuchó que su
sobrino había sido capturado. Él se levantó, armó a sus trescientos y
ochocientos hombres y se los llevó consigo. Sus contrincantes lo superaban por
diez mil personas pero Dios le dio un plan. Abraham dijo, “Nos vamos a dividir
en dos tropas e iremos por la noche.”

¿Puede observar usted lo que él estaba haciendo? Él  estaba empleando la
mente de  Cristo para su plan de guerra. Algunos de nosotros somos como Lot
cuando nos enojamos e incluso nosotros conocemos sus acciones que lo llevaron
al conflicto. Nosotros decimos, “Me levantaré pero tomaré acción en mis
propias fuerzas” en lugar de escuchar al Señor. No estoy hablando acerca de
levantarse en la carne y hacer algo porque usted es neoyorquino o porque sus
preferencias políticas  son diferentes a las de alguien más. Estoy hablando
acerca de hacer algo porque usted es seguidor de Jesucristo.

Usted se mueve acorde al Espíritu, usted camina en el Espíritu, y usted
escucha cuando el Espíritu le habla. De todo esto surge la confianza, una fe
de oración, y al mismo tiempo una vida activa, en movimiento, conectada y
vibrante donde usted se convierte en testigo y siervo. Usted forma parte de un
ministerio que hace una diferencia en las vidas de las personas. En cualquier
lugar donde usted esté involucrado, - si sus adolescentes están en problemas
o si su esposo(a) se encuentra lejos de Dios - usted habla a sus vidas. Usted
les está presentando un modelo que es diferente a lo que el mundo puede
ofrecerles.

Esposas ganan a sus maridos para el Señor a través de su humildad; a través
de su amor y de su servicio. Hombres ven a sus familias entregarse a Jesucristo
 cuando dejan de comportarse como ogros y empiezan realmente a servir, amar, y a
poner a los demás después que ellos.

El tipo de fe que el Espíritu Santo nos está llamando a ejercer dice,
“Dios, yo te necesito a tí y tú deseas que yo esté involucrado en tu
obra.”
Gary Wilkerson

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