“...y habrá un resguardo de sombra contra el calor del día, y un refugio y
escondedero contra la tempestad y el aguacero.” (Isaías 4:6). La gloria de
la presencia del Señor será nuestro refugio del calor. La palabra hebrea para
calor significa, “sequía, desolación. in fertilidad;” y aquí ésta es
empleada como un tipo de juicio de parte de Dios hacia una sociedad malvada.
En Apocalipsis 16, al cuarto ángel del juicio le es dado poder, “...le fue
permitido quemar a los hombres con fuego. Los hombres fueron quemados con el
gran calor y blasfemaron el nombre de Dios...” (Apocalipsis 16:8-9).
La gloria de Dios es nuestra defensa, nuestra cobertura - “...un
refugio...contra la tempestad y el aguacero” -y así nosotros descansaremos
en la fresca sombra de las alas de Jesús. Ahora mismo nosotros estamos viendo
tanto a la lluvia del Espíritu Santo siendo derramada como a los juicios de
Dios. Las nubes tempestuosas se están juntando, pero gracias a Dios habrá una
cobertura sobre Su santa iglesia remanente.
Usted podrá decir, “Yo no atiendo ninguna iglesia donde esté presente la
gloria. Todo lo que encuentro son iglesias centradas en el hombre. ¿Dónde
está mi cobertura del calor y de la tempestad?”
Su morada es la gloria de Dios en su corazón. Si Jesús está presente en
usted, manifestándose Él mismo en usted, entonces su cobertura está
completa. Si usted dirige sus corazón y ojos hacia Él, permitiendo que Su
Palabra lo examine, le dé convicción y lo corrija, Él se le revelará a sí
mismo. ¡Él lo ha prometido!
"El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me
ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él." (Juan
14:21).
Dios dice, “Yo estaré contigo. No importa cuán difícil sea la situación
que enfrentes, yo te sacaré adelante. ¡Yo nunca te dejaré, nunca te
abandonaré!”
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