“...y me dijo: “Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y
cobra aliento.” Mientras él me hablaba, recobré las fuerzas y dije:
“Hable mi señor, porque me has fortalecido.”(Daniel 10:19).
El alma de Daniel se encontraba en agonía. Él había estado guardando luto
por el pecado -orando, ayunando, sollozando - quedando totalmente agotado. Él
gimió “Pero uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces
abrí la boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: “Señor mío,
con la visión me han sobrevenido dolores y no me quedan fuerzas.” (Daniel
10:16).
Entonces Jesús vino a él y tocó su cuerpo, y repentinamente Daniel fue
inundado con paz y fortaleza. “Muy amado, no temas; la paz sea contigo;
esfuérzate y cobra aliento.” Mientras él me hablaba, recobré las fuerzas y
dije: “Hable mi señor, porque me has fortalecido.” (Daniel 10:19).
Jesús le dijo a Daniel “Daniel, yo te amo y quiero darte mi paz. Ahora,
¡párate y sé valiente!” Daniel recibió la palabra del Señor y fue lleno
de la fortaleza de Dios. Entonces él se puso de pie completamente libre del
temor.
El cristiano arrepentido puede estar cabizbajo, totalmente agotado, abrumado
por el dolor y cansancio. Sin embargo, ¡el Señor siempre viene a tocar su
cuerpo, a renovar su paz y fuerza!
Yo le pregunto: ¿Tiene usted un corazón arrepentido? Póstrese hoy y clame
por usted mismo, por su familia, por sus seres queridos, por su iglesia. Usted
recibirá una increíble revelación del Señor y usted empezará a hablar con
labios puros. Usted conocerá la paz y la fortaleza proveniente de la poderosa
mano de Dios y usted nunca más vivirá bajo ningún tipo de temor.
Lo mejor de todo es que cada uno de estos maravillosos beneficios serán
“recargados” diariamente: “¡Bendito sea el Señor! ¡Cada día nos colma
de beneficios el Dios de nuestra salvación!” (Salmo 68:19).
Es ahí donde usted conocerá el gozo de caminar en arrepentimiento.
DAVID WILKERSON
No hay comentarios:
Publicar un comentario