“Y una mano me tocó ...Me dijo: “Daniel, varón muy amado, está atento
a las palabras que he de decirte y ponte en pie, porque a ti he sido enviado
ahora...Entonces me dijo: “Daniel, no temas, porque desde el primer día que
dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios,
fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.” (Daniel
10:10-12).
Muéstreme a un cristiano que rehuse reconocer su pecado -quien diga, “Mis
manos están limpias” - y yo le mostraré a alguien con una piedad falsa. Tal
persona tiene una gran sonrisa, camina seguro y presume que todo está bien.
Pero, ¡todo es una máscara! La Biblia deja claro que si alguno se esconde en
su pecado, este no prosperará.¡Dios quita su Espíritu de él y su corazón
no arrepentido es lleno de miedo e inquietud!
Pero muéstreme a un cristiano arrepentido -a alguien que es sensible al
pecado, que desea ser encontrado y que clama, “¡Soy culpable, Dios!” - y
yo le mostraré a alguien que caminará sin una señal de temor. ¡Dios
extenderá su poderosa mano hacia el corazón de este creyente y arrancará
todas las raíces de temor para que este conozca el favor sin medida y la
bendición de Dios!
Amado, permita que Dios examine su corazón; pregúntele al Espíritu Santo que
le revele todo lo que usted ha dicho o hecho que lo haya lastimado a Él. Piense
en todas las personas que usted ha difamado o chismorreado, y admita la
gravedad de su pecado. Vaya con esa persona y pídale perdón.
Yo le prometo que si usted hace las cosas correctamente, ¡usted permitirá que
el favor de Dios sea derramado en su vida como nunca antes! El Señor le abrirá
sus ojos, sus oídos y entendimiento, y le será dada una revelación de las
cosas venideras: “He venido para hacerte saber lo que ha de sucederle a tu
pueblo en los últimos días, porque la visión es para esos días.” (Daniel
10:14).
DAVID WILKERSON
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