lunes, 1 de agosto de 2011

EL DELEITE DEL PADRE

El relato del hijo pródigo es muy familiar, así que no voy a entrar en los
detalles de la historia. Sin embargo, quiero decir que no se trata
principalmente del hijo perdido. Por el contrario, se trata del deleite del
padre.

Ciertamente, la parábola del hijo pródigo es acerca del retorno (Lucas
15:11-31), pero no es sólo del hijo que por fin vuelve a casa, sino también
de lo que le aguarda al hijo en casa. Se trata de la gracia, el perdón y la
restauración. Lea la historia de nuevo y se dará cuenta de que ésta no
termina cuando el hijo regresa, lo que resulta significativo.

¿Qué es lo que mantiene al hijo en casa? ¡Es el conocimiento de que su padre
se deleita en él! "Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido, estaba
perdido y lo hemos encontrado. Y comenzaron a regocijarse... [con] la música y
el baile "(Lucas 15:24-25).

El padre del hijo pródigo nunca le reprendió, no lo condenó, ni siquiera
habló de su fuga. En cambio, derrochó una gran fiesta e invitó a todos los
amigos de la familia y vecinos. El padre había estado esperando a que su hijo
volviera a casa y ahora esto había acontecido.

El hijo pródigo protestó al principio. Le dijo a su padre: "No, no. Yo soy
indigno." Pero su padre no le hizo caso, al contrario, pidió que le pusieran
vestido nuevo sobre sus hombros, anillos en sus dedos y zapatos en sus pies.
Ahora todo lo que el padre poseía una vez más estaba a disposición del hijo.
Y hubo gran alegría, con música, baile y fiesta.

Creo que el amor trajo a este joven a casa. Pero fue el deleite del padre lo
que le mantuvo allí. Observe que el hijo pródigo se mantuvo con el padre por
el simple hecho de levantarse cada día para ver que su padre estaba contento
con él en casa. Su padre estaba encantado de tenerlo presente con él.
Además, todo aquello que en la vida de aquel joven había sido comido por el
pulgón, estaba siendo restaurado.

He conocido a muchos ex adictos que son como el hijo pródigo. Ellos pueden
enfocarse sólo en lo que se perdió años atrás a causa de su hábito: un
cónyuge, hijos, ministerio. Ellos sienten que el Señor los amonesta y puede
ser doloroso, pero Jesús les dice en esta parábola: "Nada se pierde en mi
Reino. Vas a ser más fuerte a través de esto. Estás en casa ahora y mi
gracia te restaurará totalmente."


DAVID WILKERSON

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