martes, 30 de agosto de 2011
JOSÉ RESPONDIÓ AL LLAMADO DEL ESPÍRITU
El Espíritu de Dios siempre ha estado llamando a la humanidad hacia sí mismo
-a la santidad, a la pureza de corazón, a la vida consagrada- y en cada
generación un remanente responde a este llamado. José respondió al llamado
de Dios a una edad muy temprana. Sus diez hermanos mayores recibieron el mismo
llamado a la entrega y a caminar en rectitud pero ellos eligieron permanecer en
el mundo.
Por lo menos en dos ocasiones todos los hijos de Jacob recibieron el llamado
del Espíritu con toda claridad. La primera fue cuando Jacob erigió un altar
al Dios de Israel (Génesis 33:18-20). Jacob llamó a sus hijos hasta el altar
para adorar con él, arrodillarse ante el Señor y seguirlo, pero en lugar de
ello, los hermanos de José se tornaron a la venganza y al derramamiento de
sangre.
La segunda vez que Dios claramente llamó a estos diez, estaban en Betel. Jacob
sabía que sus hijos estaban atados a la idolatría y que se encontraban
rechazando el llamado de Dios a la pureza y a la justicia, por lo que él les
advirtió: "Quitad los dioses ajenos que están entre vosotros, y sean limpios,
cambien su ropa y levantémonos, vayamos a Betel, allí haré un altar a Dios
"(Génesis 35:2-3).
¡Este es uno de los más claros llamados en toda la Palabra de Dios! La frase
"cambiar de ropa" en hebreo significa una purificación moral y espiritual de
la mente y el corazón. En apariencia, los hijos de Jacob se rindieron: "Así
dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en su mano, y los zarcillos"
(versículo 4). Pero su arrepentimiento fue solo superficial, ellos nunca
tuvieron un verdadero cambio de corazón ¡Regresaron a su rebelión, odio,
envidia y contienda!
José era diferente a sus hermanos: su arrepentimiento había sido desde el
corazón. Respondió al llamado del Espíritu y se dispuso por completo a
seguir al Señor. En medio de un ambiente malo, perverso; José mantiene las
manos limpias y el corazón puro.
José fue enviado a los campos para ayudar a sus hermanos en el cuidado de los
rebaños de la familia. ¡Pero pronto se entristeció porque sus hermanos
hablaban y vivían como los paganos! Su corazón puro fue aplastado por la
maldad de su propia familia.
"Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos" (37:2), José descargó
su corazón a su padre: "No vas a creer la forma en que viven, ellos hablan en
contra de tu Dios, ¡ellos lo afligen...!"
Una marca de la Compañía José es que se lamentan por el pecado. Han
abandonado los ídolos y se enamoran de Jesús ¡Su corazón está encendido
con santidad! Ellos ven el pecado en la tierra, pero sobre todo se entristecen
por el pecado en la iglesia. Ellos gritan desde su alma: "¡Oh, Padre, mira lo
que está pasando entre tus hijos!" Si usted se hace parte de esta compañía
de los últimos tiempos, no puede pasar por alto el pecado. Más bien, algo
tiene que levantarse dentro de usted que dice: "¡Oh, Dios, no puedo soportar
lo que ellos hacen en tu nombre!" Entonces, usted orará -no contra las
personas- sino contra la incursión de los poderes demoníacos en la iglesia de
Jesucristo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario