martes, 28 de mayo de 2013

LOCA FE

¿Sientes que Dios está a punto de desatar algo tremendo en tu vida? Tal vez
Él ha hablado a tu corazón: “He preparado algo especial para ti. Pronto
entrarás en un caminar conmigo que nunca has conocido antes.” Tal vez tu
vida ya ha sido grandemente bendecida por Dios. Ahora el Espíritu Santo está
diciendo que Su promesa de tiempos antiguos está a punto de llegar a su pleno
cumplimiento, y te dejará pasmado. Si esto describe tu vida en este momento,
puedo decirte con la autoridad de la Escritura: Prepárate para examinar tu
corazón.

La siguiente parte es lo que yo llamo experimentar "una loca fe." Loca fe es
creer que no importa cuán buenas las cosas sean, lo mejor está por venir. Es
una fe que dice: “Por mucho que soñamos y hacemos grandes cosas para el
reino de Dios, Su visión es siempre mayor.” Lo que el Señor ha hecho en la
breve existencia de la iglesia que pastoreo ha superado mis expectativas. No
pasa una semana sin que alguien entregue su vida a Jesús. Siempre que
distribuimos alimentos a los pobres, muchos de los receptores preguntan,
“¿Por qué están haciendo esto?" Respondemos: “Es Jesús”, y ellos
entregan su vida a Él.

Todo está sucediendo milagrosamente. En tres años, nuestra iglesia ha crecido
de tres parejas, a cerca de 1.500 personas los domingos. Los nuevos creyentes
están madurando rápidamente y convirtiéndose en discípulos fieles,
creciendo en el conocimiento de Dios.

Dios no sólo supera nuestras expectativas, nos está mostrando cuáles son sus
expectativas, y nos deja pasmados. Todavía hay un cuarto de millón de personas
en nuestra área solamente que no conocen a Cristo, y el año pasado el Señor
nos movió a plantar dos nuevas iglesias.

Aquí está la parte más loca de todas: Creo que las cosas más grandes están
aún por venir. Estoy convencido de que Dios se revelará aún con más fuerza,
no sólo en salvaciones sino también en alcance, en ayudar a los pobres, en
impactar a la ciudad.

Suena increíble, ¿verdad? Por supuesto que sí. Pero ahora viene la parte
difícil. Es precisamente en este punto que Dios pide a su pueblo a que
examinen sus corazones.

Somos conscientes de que nuestra justicia es como trapos de inmundicia, de que
necesitamos de Su gracia. Pero el hecho es que, justo cuando estamos listos y
al borde de la mas grande obra de Dios en nuestras vidas, Él nos invita a
reflexionar sobre las siguientes preguntas: “¿Hay algo en mi corazón que no
le agrada al Señor? ¿He dejado de hacer algo que él me ha pedido?” ¡No
quiero tener nada en mi vida que impida lo que Dios quiere hacer!


GARY WILKERSON

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