miércoles, 2 de mayo de 2012

NO ESTE CIEGO ANTE LA BENDICIÓN

Soy padre de cuatro hijos, todos los cuales están casados y tienen sus propios hijos. Cada vez que mis hijos se enfrentan a algún tipo de dificultad, yo no me enojo con ellos; por el contrario, estoy encantado cuando me llaman, y de la manera en que pueda ayudarles, ya sea con oración, consejo o bendiciones financieras, encuentro gran placer tendiéndoles la mano y bendiciéndoles. ¿Cuánto más nuestro Señor Jesús se deleita en bendecir a sus hijos en momentos de necesidad? Él nos dice: "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que se lo pidan?" (Mateo 7:11). Usted puede buscar en todo el cuerpo de Cristo y ver a otros cristianos que parecen más talentosos y bendecidos. Algunos pueden memorizar y citar pasajes enteros de las Escrituras. Otros pueden predicar, enseñar o cantar para la gloria de Dios y Usted se dice a sí mismo: "¡Dios los ha bendecido mucho! Pero, ¡pobre de mí! Yo no soy lo suficientemente inteligente como para memorizar la Palabra de Dios, ni siquiera puedo recordar un sermón; no tengo los dones que mis hermanos y hermanas tienen para servir a Dios." Amado, Usted no sabe cuan bendecido es. ¿Es pobre de espíritu? ¿Es difícil para usted, incluso sonreír? ¿Usted se lamenta por no ver el crecimiento espiritual en su vida? ¿Sufre porque se siente inadecuado, excluido e innecesario? Jesús dice: "Bendito eres Tú, que no tienes nada de que estar orgulloso y de esa manera, ¡me puedes servir mejor! Porque ¡mi fuerza descansa en tu debilidad! Puedo usarte más fácilmente que a todos los demás." Jesús le dijo al apóstol Pablo: "Mi gracia es suficiente para ti, porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Corintios 12:9). ¡Qué bendición! Jesús nunca dijo: "Bienaventurados son los fuertes, los felices, los auto-suficientes o los poderosos." ¡No! Nuestro Señor bendijo a los débiles, los insultados, los perseguidos, los humillados, los que se consideran nada a los ojos de los demás. Él le está diciendo, "Tu sabes que tienes una gran necesidad de mí y por lo tanto, eres bendito". DAVID WILKERSON

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