lunes, 7 de mayo de 2012
GRACIA VERDADERA
Permítase ,presentarte el corazón del mensaje de la gracia verdadera: ¡No es
un evangelio permisivo sino uno que enseña santidad!
“La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad, y
nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en
este siglo sobria, justa y piadosamente, mientras aguardamos la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo.” (Tito 2:11-13).
De acuerdo con Pablo, nosotros no estamos caminando bajo la gracia hasta que
hemos roto con las corrupciones del mundo. Nosotros no conocemos la gracia de
Dios a menos de que andemos bajo el poder del Espíritu Santo para vivir vidas
santas y rectas, y esperando a la venida del Señor en todo momento. Muchos
cristianos quieren perdón, y nada más. Ellos no quieren ser librados del
mundo presente porque ellos lo aman. Ellos están atados a sus pecados, no
quieren renunciar a los placeres de esta tierra. Así que se agarran de la
doctrina que dice, “Yo puedo vivir como me plazca - mientras diga que yo
creo.”
Ellos no quieren escuchar sobre obediencia, arrepentimiento, auto negación,
recoger su cruz, tomar el yugo de Cristo. Ellos simplemente quieren una excusa
para el día del Juicio -para tener todas sus iniquidades cubiertas. ¡Ellos
esperan que Jesús abra las puertas perladas, ponga sus brazos a su alrededor
y los conduzca hacia las calles de oro donde les tiene una mansión reservada a
pesar de que ellos nunca rompieron con el espíritu de este mundo!
Pablo escribe, "No os conforméis a este mundo, sino transformados por medio de
la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2). ¡Debemos romper con
este mundo por completo y estar únicamente conformados a Cristo!
Jesús nos justifica a través de la fe con un propósito: Este es el darnos el
poder para resistir al diablo y vencer a este mundo.
“[Jesucristo] el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos
del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre...”
(Gálatas 1:4).
DAVID WILKERSON
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