jueves, 12 de junio de 2014
UN CAMINAR QUE AGRADE AL SEÑOR
Caminó, pues, Enoc con Dios” (Génisis 5:24). La palabra en hebreo para
caminó implica que Enoc caminaba hombro a hombro con Dios, conversando
continuamente con Él y acercándose cada vez más a Él. Enoc vivió 365
años, o un “año” de años. En él, vemos un nuevo tipo de creyente. El
Señor era toda su vida, tanto así que al final de su vida, no vio la muerte
(Ver Hebreos 11:5).
Enoc aprendió a caminar agradando a Dios en medio de una sociedad malvada. El
era un hombre común, con los mismos problemas y cargas que todos llevamos, no
era un ermitaño que estaba en una cueva “escondiéndose para ser santo”.
El tenía una vida, esposa, hijos, deberes y responsabilidades.
“Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”
(Génesis 5:24). Sabemos por Hebreos, que este versículo habla de cuando Enoc
fue traspuesto y del hecho de que no gustó la muerte. Pero también se refiere
a algo más profundo. La frase “y desapareció”, que se usa en Génesis 5,
también significa “él no era de este mundo”. En su espíritu y sus
sentidos, Enoc no era parte de este mundo impío, a medida que caminaba cada
día con el Señor, se desligaba aun más de las cosas de este mundo. Como
Pablo, moría diariamente a esta vida terrenal y era levantado en su espíritu
a un reino espiritual.
Aun así, mientras caminaba sobre esta Tierra, Enoc llevó a cabo todas sus
responsabilidades, pero ninguna de las exigencias de esta vida impedía su
caminar con Dios.
Hebreos 11:5 dice claramente: “Antes que [Enoc] fuese traspuesto, tuvo
testimonio de haber agradado a Dios”. ¿Qué había en Enoc que agradó tanto
a Dios? Era que su caminar con Dios producía en él, el tipo de fe que Dios
ama.
Estos dos versículos no pueden estar separados: “Antes que [Enoc] fuese
traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible
agradar a Dios” (Hebreos 11:5-6). A menudo oímos este último versículo,
pero rara vez en relación al anterior. Sin embargo, a lo largo de la Biblia y
de toda la historia, aquéllos que caminaron con Dios de cerca se volvieron
hombres y mujeres de profunda fe. Si la iglesia camina a diario con Dios,
teniendo comunión con Él continuamente, el resultado será un pueblo lleno de
fe, la verdadera fe que agrada a Dios.
DAVID WILKERSON
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario