lunes, 30 de diciembre de 2013
UN LUGAR DE PRUEBAS
Muchos creyentes llegan a lugares de pruebas. A veces el Señor nos lleva a
lugares similares a Mara, donde las aguas de la vida son amargas (ver Éxodo
15:22-23). Y una vez allí, nosotros también enfrentamos una sed insatisfecha,
preguntas problemáticas y dudas graves. Tú puedes protestar: "No, ¡no me
puedes comparar a esos israelitas idólatras y fornicarios! ¡No puedes decir
que soy como ellos!"
Pero los pobres israelitas no reconocieron estas cosas sobre ellos mismos; no
se dieron cuenta de lo que había en sus corazones hasta que llegó la hora de
la prueba. Creo que lo mismo es cierto para el pueblo de Dios hoy. El profeta
Jeremías escribe: "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y
perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9).
Recuerda que este es el mismo pueblo que más adelante, tembló delante del
Señor en el Monte Sinaí, después de oír Sus mandamientos, contestando
rápidamente: "Todo lo que Dios ha dicho, haremos. ¡Vamos a obedecer cada
orden!" Y los hijos de Israel fueron sinceros en cada palabra que decían.
Estaban llenos del temor de Dios y convencidos de que no fallarían en
honrarlo. Pero no tenían idea de lo que había en sus corazones; en realidad,
estaban en bancarrota espiritual.
Como ves, Israel vivía a través de la experiencia de su pastor y maestro,
Moisés. No tenían fe propia y cuando Dios quitó a Moisés de en medio de
ellos, ¡ellos apostataron en cuarenta días!
Lo mismo sucede con muchos cristianos hoy en día. Cuando oyen la Palabra de
Dios predicada, ansiosamente se comprometen a someterse a ella con todo su
corazón. Pero en realidad, están viviendo a través de la experiencia de
alguien más. Se alimentan de audios de enseñanza, seminarios, revelaciones de
sus pastores y no tienen su propia experiencia profunda con Cristo.
Amado, no puedes obtener la verdadera revelación de Dios a partir de alguien
más. Un predicador puede motivarte e inspirarte, y podrás aprender a recitar
preceptos bíblicos. Pero hasta que tengas tu propia experiencia con Jesús y
desarrolles una historia con Él, no podrás conocerlo. Su Palabra debe abrir
camino en tu corazón hasta que se vuelva una experiencia viva.
DAVDI WILKERSON
viernes, 27 de diciembre de 2013
DIOS HABLA EN SERIO
¿Te expones a una fuerte predicación que amorosamente descubre tu pecado? Si
es así, ¿permites que esa palabra te convenza de pecado? o ¿regresas a tu
pecado sin dolor en absoluto?
Si estás rechazando las advertencias de la restricción del Espíritu Santo,
desobedeciendo a Dios una y otra vez, sin ningún tipo de dolor de corazón,
entonces estás siendo reclutado para la secta del Anticristo. El diablo está,
silenciosamente, iniciándote en su “misterio de iniquidad", y cuando el
prometedor y milagroso Anticristo venga, ¡serás barrido por sus mentiras y
entregado a un engaño!
Escucha lo que Pablo dice sobre los creyentes transigentes, que ceden su
principios y rehúsan amar y obedecer la Santa Palabra de Dios: "A fin de que
sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron
en la injusticia" (2 Tesalonicenses 2:12).
Aquí están los resultados ominosos de no creer ni actuar en la verdad de
Dios:
* El corazón se endurece por el engaño del pecado.
* Satanás obra en el corazón que se endureció por justificarse a sí
mismo, por lo que se le aligera de todo temor a la sanción.
* El creyente llega a ser cegado por la mentira que dice que no hay paga del
pecado, ni día del juicio y que puede salirse libre con su placer lujurioso.
* El creyente cae presa de doctrinas de demonios, pensando que lo malo es
bueno y lo bueno es malo.
* Eventualmente se aleja tanto de Cristo y de la verdad, que se vuelve ciego
a quién es el Anticristo, y acaba por servirle y adorarle como a un dios
* En el Día del Juicio, Dios le dirá a tal persona: "¡Apártate de mí,
hacedor de maldad!”
Amado, no tiene por qué ser así para ninguno de nosotros. Dios ha hecho una
promesa de pacto de eliminar todo engaño de nosotros y darnos la victoria
sobre el pecado, a través del poder de la cruz de Cristo. Todo lo que pide es
que le declaremos la guerra a nuestro pecado, diciendo: "No voy a hacer la paz
con este hábito. Me niego a mantenerlo. Líbrame, Padre, por Tu Espíritu".
Cuando Él escucha esta oración, enviará tal poder del Espíritu Santo y
gloria desde el cielo, ¡que el diablo no va a tener ni una oportunidad!
Ora ahora mismo para que Dios implante en ti una gran reverencia por Su
Palabra. Pídele que te ayude a ser disciplinado en tu lectura de las
Escrituras y pide al Espíritu que te ayude a tomar en serio lo que lees y
¡cree que Dios habla en serio!
DAVID WILEKRSON
jueves, 26 de diciembre de 2013
PARA AQUELLOS QUE NO OBEDECEN
A lo largo de las Escrituras, Dios nos da una idea clara de lo importante que
es obedecer Su Palabra. Vemos un ejemplo así, en la vida del rey Saúl. Dios
le dio a Saúl, instrucciones claras y específicas a través del profeta
Samuel: "Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te
apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas,
ovejas, camellos y asnos" (1 Samuel 15:3).
¿Acaso Saúl obedeció esta orden del Señor? La Escritura nos dice: "Y Saúl
derrotó a los amalecitas…Y tomó vivo a Agag rey de Amalec…Saúl y el
pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los
animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron
destruir" (versículos 7-9).
Dios había hablado a Saúl en términos clarísimos. Pero Saúl fue a la
batalla, obedeció al Señor sólo en parte. En vez de destruir a todos y a
todo, perdonó el rey Agag y conservó incluso algunos de los despojos de la
batalla.
El dolor por esto golpeó fuertemente a Samuel. Le dijo a Saúl: "Y Jehová te
envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles
guerra hasta que los acabes. ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová,
sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?"
(Versículos 18-19).
En este punto, la Escritura nos da una Palabra dolorosa, escalofriante: "Y vino
palabra de Jehová a Samuel, diciendo: Me pesa haber puesto por rey a Saúl,
porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras"
(versículos 10-11).
¿Describe esto tu vida? ¿Te ha dicho Dios sin lugar a duda que trates con
cierto hábito en tu vida, y sin embargo sigues aferrado a él, negándote a
renunciar a él? Su Espíritu puede estar hablándote ahora mismo, con una voz
suave, amorosa, diciéndote: "Tu pecado se interpone entre nosotros,
interrumpiendo nuestra comunión. Ya no puedo bendecirte mientras persistas en
ello. Confía que Mi Espíritu te ayudará, hijo mío".
Samuel le dijo a Saúl: "Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y
como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra
de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey" (versículo 23).
Dios rechazó a Saúl por su desobediencia.
Dios nos está diciendo a través de este pasaje, que Él habla en serio. Él
está diciendo: "Yo te estoy mostrando lo que siento acerca de tu obediencia a
mí. Quiero todo tu corazón, ¡no sólo una obediencia a medias!"
DAVID WILKERSON
lunes, 23 de diciembre de 2013
BOTAS DE VAQUERO
El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segará" (2 Corintios 9:6).
Hace varios años yo estaba sirviendo como pastor asistente en la Iglesia Times
Square en Nueva York. Anteriormente, cuando vivía en Texas, había comprado un
par de botas originales de vaquero de Texas y ¡eran preciosas! Las llevaba
puestas en mi oficina cuando un indigente entró. Él había estado a la deriva
y pidiendo aventones por todo el país y tenía una mala actitud.
"No sé por qué estoy aquí", dijo. "Todas las iglesias son iguales. Gastan su
dinero en edificios y ustedes, los pastores ricos, tienen autos y esas cosas".
Luego miró hacia abajo y dijo: "Mírate, tienes esas hermosas botas de vaquero
y yo tengo estos zapatos viejos y rotos de lona".
"¿Te gustan estas botas?" pregunté. Y antes de que pudiera responder, ni
siquiera lo pensé dos veces. Simplemente me quité las botas y se las di, y
luego volví descalzo a mi casa.
Unos seis meses después, recibí una llamada telefónica de un amigo que
pastorea en Greensboro, Carolina del Norte. "Gary", dijo, "no vas a creer esto.
Tengo frente a mí a un tipo sentado en mi oficina que dice que hace seis meses
tú le diste un par de botas de vaquero. Él no puede olvidarse de ti ni de tu
iglesia. Él ha estado pidiendo aventones por todo el país durante seis meses
y mientras camina, sigue mirando esas botas y pensando en el amor de Jesús".
Este hombre entró en la iglesia de mi amigo y le dijo: "Oye, este pastor en la
ciudad de Nueva York me dio estas botas de vaquero. Fui a una iglesia llamada
“Times Square” y él era uno de los pastores asistentes".
Steve preguntó: "¿Se llamaba Gary?".
"Sí, ése es el tipo. Se llamaba Gary".
Mi amigo Steve le dijo al hombre: "Bueno, durante seis meses, el Espíritu
Santo ha estado detrás de ti. ¿Estás listo para darle tu vida a Cristo?"
El hombre respondió: "Es por eso que estoy aquí. Vine a esta iglesia a dar mi
vida a Jesús hoy".
Quiero animarte a que, incluso si sientes como si estuvieras en una hambruna,
busques oportunidades. ¿Estás en una hambruna en tu matrimonio? Busca una
oportunidad de servir, de amar, de bendecir a tu cónyuge. ¿Estás en una
hambruna con tus hijos? ¿Hay división y tensión? Busca una oportunidad de
amar, de servir, de ordenar tu casa según los caminos del Señor .
¿Tienes dificultades económicas? Busca la manera de ser de bendición a otros
en medio de la hambruna y encontrarás las ventanas de los cielos abiertas. Dios
derramará ricas bendiciones sobre tu vida.
gary wilkerson
viernes, 20 de diciembre de 2013
IMPEDIMENTOS PARA LA MANIFESTACION DE LA VIDA DE CRISTO EN NOSOTROS
Si tu impedimento es la ambición, Dios puede abrirte una tremenda puerta de
oportunidad. Puede ser el proyecto más grande y ambicioso de tu vida, y Dios
permitirá que te embarques en él, pensando: ¡Eso es! Al fin ha llegado mi
gran oportunidad.
Entonces el Señor permitirá que todo se desplome. Terminarás entre las
ruinas de tu sueño, llorando: ¡Señor, pensé que este proyecto era tu
voluntad! Pensé que tenía tu bendición. Oré fielmente a ti acerca del
asunto, y me dejaste llegar hasta aquí. ¿Cómo pudiste permitir que fracasara
tan miserablemente?
El fracaso de tu proyecto pretende ser la muerte a todo lo que impida que la
vida de Cristo se manifieste en ti.
Tu impedimento pueden ser las increíbles revelaciones que recibes de la
palabra de Dios. Te preguntarás: ¿Cómo puede ser que una revelación fresca
pueda ser un impedimento para un amante de Jesús? Un día te puedes estar
gozando por las nuevas verdades que te han sido reveladas, doctrinas profundas
que nunca antes habías visto. Tu confianza aumenta, porque constantemente
aplicas cada revelación nueva a tu caminar con el Señor.
De repente, sin ninguna razón aparente, tu alma entra en una etapa de sequía.
Pronto tu gozo y seguridad dan lugar a un sentir de fragilidad e inutilidad. Una
depresión inexplicable llena tu alma, y cada día se convierte en una carga
para ti.
Las Escrituras que una vez habían cobrado tanta vida en tu corazón ahora
parecen un libro cerrado. En lugar de recibir revelación, piensas si es que
alguna vez podrás volver a aprender algo, pero el problema no es tu intelecto.
Tu sequía pretende apresurar la muerte a toda confianza en tu carne. Es una
muerte a tu tendencia de gloriarte en la revelación que te ha sido entregada,
en vez de recibir tu gozo de Cristo.
El hecho es que la revelación tiende a producir orgullo. Esta es la razón por
la cual Dios permitió un aguijón en la carne de Pablo. Él estaba impidiendo
que Pablo se gloríe en sus muchas grandes revelaciones. Dios quería que su
fiel siervo se mantuviera humilde en todo.
Todo este proceso de tener que soportar “situaciones de muerte” puede
parecer cruel. Sin lugar a dudas, es uno de los aspectos más dolorosos de
nuestro caminar con Jesús. Pero si permitimos que la muerte termine su obra en
nosotros, la vida resucitada de Cristo fluirá libremente desde nosotros. Si,
por otro lado, resistimos la obra de la muerte, ¡nunca tendremos la vida de
Cristo en nosotros!
DAVID WILKERSON
jueves, 19 de diciembre de 2013
ENTREGADO A LA MUERTE
El apóstol Pablo escribe: “Porque nosotros que vivimos, siempre estamos
entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestra carne mortal.” (2 Corintios 4:11)
Cuando Pablo dice: “nosotros que vivimos”, está haciendo eco de las
palabras de Jesús en Apocalipsis 1:18 (NTV): “Yo soy el que vive”. Pablo
está hablando aquí de cristianos, aquellos que confían en Cristo y tienen Su
vida habitando en ellos. Sin embargo, Pablo está diciéndonos en efecto que
también hemos sido entregados a la muerte.
Así es, tal como el Padre entregó a su Hijo a la muerte, de igual manera Él
entrega a todos los que están en Cristo. Dios guía a cada uno de nosotros de
la mano a las mismas puertas de la muerte y dice: “Aquí, muerte, toma a
éste también. ¡Haz lo que tengas que hacer con él!” Y en ese momento, la
mano de Dios no nos protege, más bien, nos guía a las mismas fauces de la
muerte.
Te preguntarás por qué Dios haría esto. Él lo hace por la misma razón que
Él entregó su hijo a la muerte. Él sabe que la muerte, el dolor y la
tristeza no nos pueden envolver por completo ni destruir, ¡Porque tenemos
dentro de nosotros la vida de Cristo mismo!
Dios sabe que no hay riesgo para nosotros, como tampoco lo había para Jesús.
Y Él tiene un plan de victoria para nosotros, como también lo tuvo para su
propio Hijo. Sin embargo, esta victoria sólo puede lograrse en nosotros a
través de la muerte.
Pablo nos advierte: “Si tienes la vida resucitada de Cristo en ti, Dios te va
a lanzar a la muerte ¡todos los días de tu vida!
El apóstol añade: “Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo
el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.” (Romanos 8:36). El
significado griego aquí es: “Todos los días somos entregados a la
muerte.” En resumen, Pablo está diciendo: “Todos los días confronto una
nueva situación de muerte.”
Quisiera que entendieras que Pablo no se está refiriendo a la muerte física
aquí, sino que a un tipo de muerte que nos sucede diariamente en nuestro
caminar con Cristo. Cuando él testifica: “…cada día muero.” (1
Corintios 15:31), se está refiriendo a tribulación, aflicción, persecución,
peligro y problemas de todo tipo.
En esencia, Pablo está diciendo: “Nosotros que tenemos la vida de Cristo en
nosotros somos entregados constantemente a una situación de muerte tras otra.
Todos los días, alguna nueva prueba nos golpea. ¡Pero tenemos la vida del
Hijo de Dios dentro de nosotros!
DAVID WILKERSON
miércoles, 18 de diciembre de 2013
BENDECIDOS PARA SER DE BENDICIÓN
Dios quiere bendecirte y favorecerte. Él quiere enriquecer tu matrimonio y tu
vida espiritual. Él quiere que seas sabio, que puedas discernir y tomar
decisiones inteligentes que te conduzcan a tener bendición en tu vida.
Sin embargo, tenemos que ser cuidadosos con las bendiciones de Dios. No
cuidadosos porque Él nos bendice, sino que cuidadosos con lo que hacemos con
esas bendiciones. Muchos de nosotros recibimos las bendiciones de Dios, pero
luego las convertimos en algo egoísta.
En Lucas 12:16-19, Jesús habla de un hombre que fue bendecido: “La heredad
de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí,
diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?”
Dios es generoso y ama a derramar bendiciones sobre sus hijos. El hombre de
esta historia fue bendecido en abundancia, pero al mirar de cerca el conflicto
en esta historia, vemos que da un giro en la dirección equivocada.
Vemos que el hombre bendecido “pensaba dentro de sí mismo”. Allí es donde
a menudo el problema comienza, mi amigo. Dios comienza a bendecirnos y nosotros
empezamos a pensar: “¿Qué voy a hacer con esto?” Cuando comenzamos a
preguntarnos qué hacer con nuestros recursos, el egoísmo suele brotar. Mira
el lenguaje aquí: “Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré,
porque no tengo dónde guardar mis frutos?”
¿De quién son los frutos (bendiciones)? Pertenecen a Dios: ¡Todo pertenece a
Dios! Así que la mente de este hombre se estaba volviendo egoísta. Estaba
empezando a ver los dones de Dios, las relaciones, los talentos, como cosas que
se podrían utilizar para su propio beneficio, y el egoísmo comenzó a penetrar
en la fibra misma de quién era.
“Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y
allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos
bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe,
regocíjate.”
Debemos ser muy cuidados cuando escuchamos predicar acerca de las bendiciones
de Dios. Nuestra percepción de Sus bendiciones es de vital importancia.
¿Queremos amontonar bendiciones para nosotros mismos y así crear un pequeño
capullo perfecto para nuestra comodidad y placer? ¿O queremos mirar a nuestro
alrededor y bendecir a los demás? Somos bendecidos desde el mismísimo
principio del pacto de Dios de bendecir a la humanidad: ¡Bendecidos para ser
de bendición!
GARY WILKERSON
martes, 17 de diciembre de 2013
VIDA RESUCITADA
Mientras Jesús estaba en silencio en la tumba, Satanás y sus hordas se
alegraban. Ellos pensaron que habían ganado una victoria irreversible, pero en
todo momento, el plan predeterminado de Dios estuvo en marcha, ¡un plan para la
vida resucitada!
El Señor envió a Su Espíritu Santo a las mismas entrañas de la muerte y
allí el Espíritu vivificó el cuerpo de Jesús, levantándolo de los muertos.
Nuestro bendito Salvador salió de la tumba, atravesando la gruesa piedra, con
este testimonio:
"El que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los
siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades" (Apocalipsis 1:18).
Cristo está diciendo: "¡Yo soy el que tiene la vida eterna! Estuve muerto,
pero estoy vivo, ahora y para siempre. ¡Yo tengo en Mis manos las llaves de la
vida y la muerte!"
El momento en que Jesús salió de la prisión de la muerte, se convirtió en
la resurrección y la vida. Lo hizo no sólo para Sí, sino para todos los que
creyeran en Él desde ese día. Él nos trajo una vida de resurrección ¡más
allá del poder de la muerte! Por lo tanto, ya no hay ninguna razón para que
un cristiano tema a la muerte o la vea como un enemigo. Nuestro Señor la ha
vencido por completo: "al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte"
(Hechos 2:24).
Si has recibido a Jesús como tu Salvador y Señor, entonces Él vive en ti
como el gran poder de la vida resucitada. El mismo poder de resurrección que
Lo levantó de la tumba, te sustentará también. "¿O no os conocéis a
vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros?" (2 Corintios 13:5). Tú
tienes dentro de tu ser todo lo que está en Cristo, ¡una poderosa fuerza
vital que Satanás no puede destruir!
"Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os
dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el
hombre interior por su Espíritu" (Efesios 3:14-16).
DAVID WILKERSON
lunes, 16 de diciembre de 2013
ENTREGADO A LA MUERTE
En el Día de Pentecostés, el apóstol Pedro declaró a las multitudes en
Jerusalén: "Jesús nazareno…entregado por el determinado consejo y
anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos,
crucificándole" (Hechos 2:22-23).
¿Qué quiso decir Pedro al decir esto? Un diccionario griego traduce sus
palabras de esta manera: "Jesús fue entregado a los enemigos, entregado a
muerte de acuerdo con el plan predeterminado de Dios".
Qué extraño e incomprensible acto de un Padre celestial supuestamente
amoroso. ¡Dios deliberadamente entregó a su Hijo a la muerte! Era como si Él
hubiera llevado a propósito a Jesús a las manos de sus peores enemigos y les
hubiera dicho: "Aquí está Mi Hijo, hagan con Él lo que quieran". Luego se
quedó ahí, sin hacer nada para impedir que sus enemigos malvados lo mataran.
¿Qué tipo de plan predeterminado era éste? ¿Por qué entregaría Dios a Su
propio Hijo amado a la muerte? Pedro nos da la respuesta, justamente en el
siguiente versículo: "Por cuanto era imposible que fuese retenido por ella (la
muerte)" (Hechos 2:24).
Dios sabía que era imposible que Jesús fuera retenido de forma permanente en
las garras de la muerte. Así que no había riesgo para Él al entregar a Su
Hijo a la muerte, porque Él sabía que Jesús saldría de la tumba, como
Vencedor Glorioso sobre la muerte, ¡resucitado por el poder vivificante del
Espíritu Santo!
Es importante, sin embargo, entender los tiempos en los que Pedro habló estas
palabras. Hasta el Calvario, la muerte era algo muy aterrador para la
humanidad. Todavía estaba bajo el dominio del diablo, bajo su gobierno y
señorío; y por lo tanto era un enemigo a quien se debía temer.
Dios sabía que este poder de la muerte tenía que ser quebrantado y es por eso
que Él entregó a Su Hijo a la muerte.
"Para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,
esto es, al diablo" (Hebreos 2:14). Dios quería quitar el aguijón de la
muerte, para romper el poder de Satanás sobre la muerte de una vez por todas,
así que Él permitió que Jesús descendiera a la muerte, a fin de que ésta
sea sorbida.
DAVID WILKERSON
viernes, 13 de diciembre de 2013
ERES BENDECIDO
Todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto
oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto" (Génesis 26:4-5).
"Guardó" es una palabra clave en este pasaje porque la obediencia trae
bendición. Das un paso de fe y dices: "Dios, esto es difícil y ni siquiera
estoy seguro de que lo pueda hacer". Pero das el paso y dices: "Dios, voy a
obedecer" y cuando lo haces, las ventanas de los cielos se abrirán para ti. La
gracia nos da el poder para hacer lo que Dios nos llama a hacer.
Somos llamados a ser un pueblo santo, a ser apartados, a ser reverentes al
Señor, a obedecer Sus mandamientos. A menudo, la desobediencia nos priva del
favor, de la bendición y del cumplimiento de la obra que Él quiere hacer en
nuestras vidas.
No importa lo que Dios te diga que hagas, obedécele. Si te dice que des,
obedécele. Si te dice que vayas, obedécele. Si te dice que te quedes,
obedécele. No vivas de acuerdo a lo que tú quieras hacer, vive de acuerdo a
lo que Dios quiere que hagas y descubrirás que las bendiciones vienen a ti,
sobre ti y alrededor de ti. Las cosas que toques serán bendecidas por el
Señor.
"Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno"
(versículo 12). Vemos que Isaac sembró y cosechó una gran cosecha. Dios no
está ansioso o enojado acerca de la economía de los Estados Unidos. Él no
está preocupado por lo que está pasando en tu trabajo o en tu hogar. ¿Por
qué? Porque Él tiene toda la capacidad, todos los recursos, todo el poder en
el cielo para satisfacer todas tus necesidades conforme a Sus riquezas en
gloria.
Dios quiere que sepas que Él te está bendiciendo. Así es Su corazón.
Deshazte del concepto de un Dios irritado, pasado de moda, que está en el
cielo esperando que cometas un error para poder quitarte cosas. ¡No! Dios
quiere darte el poder de ser obediente porque Él ama bendecirte.
GARY WILKERSON
jueves, 12 de diciembre de 2013
SE ENCIENDE EL FUEGO
A mi regreso de un corto viaje de descanso, saludé a la gente de mi
congregación con algo importante en mi corazón.
“Hermanos y hermanas,” dije, “verdaderamente siento que he recibido
palabra de Dios acerca del futuro de nuestra iglesia. Durante el tiempo que
estuve ausente, estuve clamando a Dios pidiendo que nos ayudara, que me
ayudara, a comprender lo que Él más desea de nosotros. Y creo haber recibido
una respuesta.
“No se trata de algo elaborado, profundo o espectacular. Pero quiero decirles
hoy con toda la seriedad que me sea posible: Desde ahora en adelante, la
reunión de oración será el barómetro de nuestra iglesia. Lo que suceda el
martes por la noche será el indicador mediante el cual juzgaremos el éxito o
el fracaso porque esa será la medida por la cual Dios nos bendecirá.
“Si invocamos al Señor, nos ha prometido en Su Palabra que responderá, que
atraerá a Él a los que no han sido salvos, que derramará de su Espíritu
entre nosotros. Si no invocamos al Señor, no nos ha prometido nada, nada en
absoluto. Es así de sencillo. No tiene importancia lo que predique y lo que
proclamemos creer en nuestras mentes. El futuro dependerá de nuestro tiempo de
oración.
“Este es el motor que moverá a la iglesia. Sí, quiero que sigan viniendo
los domingos, pero la noche del martes es la que tiene verdadera
importancia”.
Por casualidad esa mañana estaba presente un ministro de Australia (o tal vez
era de Nueva Zelandia), lo cual era una rara ocurrencia. Lo presenté y lo
invité a decir algunas palabras. Se dirigió al frente e hizo un solo
comentario:
“Escuché lo que dijo su pastor. He aquí algo en que pensar: Puedes saber el
grado de popularidad de una iglesia por los que asisten el domingo por la
mañana. Puedes saber el grado de popularidad del pastor o evangelista por los
que asisten el domingo por la noche. Pero puedes saber el grado de popularidad
de Jesús por los que asisten a la reunión de oración”.
Y con eso, se bajó de la plataforma. Eso fue todo. Nunca lo volví a ver.
JIM CYMBALA
Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte
miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la
ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson, y un
orador frecuente en conferencias para pastores y líderes patrocinadas por
World Challenge en todo el mundo.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
¿HAS SIDO LIBERADO?
Quiero hacerte una pregunta, muy simple pero importante: ¿Has sido liberado?
Al principio, la respuesta podría ser muy fácilmente un “sí”, pero en
realidad, muchos de nosotros estamos viviendo en una forma de mundo imaginario,
fantasioso. Hemos sido liberados, lavados, redimidos y santificados; estamos
limpios, puros, lavados y viviendo para Dios en una especie de “otro mundo”
que está en algún lugar en las tierras de la sombra más allá de nuestro
entendimiento.
En realidad, en nuestro día a día, en nuestra existencia cotidiana, “donde
el cielo se encuentra con la Tierra”, por decirlo así, comenzamos a tener
una sensación diferente acerca de nuestra vida. ¿He sido realmente liberado?
Muchos de nosotros estamos clamando a Dios y rogándole todos los días:
"Señor, ¡por favor libérame! Libérame de la esclavitud, libérame del poder
del pecado, libérame de estos hábitos y adicciones”. Constantemente le
estamos pidiendo a Dios que nos libere.
La verdad es que, si ya te has encontrado con Jesucristo, si has sido lavado
por la sangre del Cordero y limpiado por Su preciosa sangre, has sido liberado
en Él. ¡Eres victorioso y eres una nueva creación en Cristo Jesús!
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien
nos reconcilió consigo mismo por Cristo” (2 Corintios 5:17-18).
No tienes que venir al altar y rogar y suplicar y revolcarte en desesperación
y culpa, gritando: "¡Oh Dios, libérame! Dios, por favor, cámbiame". No,
porque Él ya te ha cambiado. Él ya te ha hecho una nueva criatura. Él ya
puso en ti, convicción de injusticia y ha plantado Su justicia dentro de ti.
Como creyente en Jesucristo, tú no puedes obligarlo a Él a hacerte justo pero
si lo has hallado, Él ya ha te hizo justo y completo. ¡Aleluya! ¡Esas son
buenas noticias!
Gary Wilkerson
martes, 10 de diciembre de 2013
LA DESCENDENCIA DE ABRAHAM
Hay victoria disponible para nosotros sobre todas estas cosas que atribulan
nuestras mentes. Se encuentra envuelta en un pacto que Dios hizo hace años con
Abraham y sus descendientes:
“Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos
aborrecieron; para hacer misericordia con nuestros padres, y acordarse de su
santo pacto; del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, que nos había de
conceder que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en
santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.” (Lucas
1:71-75).
El juramento de Dios a Abraham y a sus hijos es claro como el cristal: ¡Él
nos librará de todos nuestros enemigos, para que podamos vivir sin miedo -
tranquilos y en reposo - todos los días de nuestras vidas!
Amados, este pacto se aplica a cada uno de nosotros que vivimos hoy en día.
Según Pablo, todos los que han recibido a Cristo como Señor por la fe son
“descendientes de Abraham.” “…No los que son hijos según la carne son
los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados
como descendientes.”(Romanos 9:8). “Sabed, por tanto, que los que son de
fe, éstos son hijos de Abraham.” (Gálatas 3:7).
Entonces, ¿Cómo podemos reclamar la promesa de este pacto? Abraham hizo una
pregunta similar al Señor, cuando él no vio ningún alivio para su dilema.
Él preguntó: “¿Qué me darás, Señor, ya que yo no tengo ningún hijo?”
Esta fue la respuesta de Dios: “… Yo soy tu escudo, y tu galardón será
sobremanera grande” (Génesis 15:1).
El Señor le dijo: “Abraham, Yo voy a darte a Mí mismo - y eso es todo. Yo
seré tu defensor y tu gran recompensa, porque Yo soy el que soy. ¡Nunca
necesitarás temer a otro enemigo mientras vivas, porque Yo seré Dios para
ti!”
El Señor nos da una promesa tan gloriosa como esta en su nuevo pacto cuando
dice: “Y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo;”
(Hebreos 8:10). De hecho, desde el mismo principio de la creación, a través
de toda la Escritura, oímos a Dios haciendo esta súplica a la humanidad:
“¡Yo quiero ser Dios para ti!”
DAVID WILKERSON
lunes, 9 de diciembre de 2013
TRISTEZA QUE PROVIENE DE DIOS
Creo que podemos conocer nuestro verdadero estado espiritual por cuán
atribulados nos sentimos por nuestros pecados más pequeños contra nuestro
Señor.
Algunos cristianos se afligen sólo por lo que ellos consideran los “grandes
pecados” como el adulterio, el abuso de las drogas, la bebida o decir
palabrotas. Pero la persona verdaderamente espiritual sabe que ningún pecado
es pequeño a la vista de Dios y se aflige cada vez que cuenta un chisme, dice
un chiste sucio o tiene un persistente mal pensamiento, pues sabe que estas
cosas salen de su corazón, el centro mismo de su ser.
Tu puedes desobedecer a Dios en tales “pequeñas cosas”, excusándote y
olvidándote de ellas. Pero si lo haces, nunca madurarás en Cristo. Tu
rectitud es medida por tu negativa a aceptar cualquier cosa que aflija a tu
bendito Salvador.
Hace poco dije algo no muy cristiano a mi esposa. Mis palabras estaban
totalmente fuera de lugar e inmediatamente caí bajo convicción de pecado.
Supe que había hecho algo mal en contra de ella, así que le pedí perdón.
Entonces la abracé y le dije que la amaba.
Pero mi mente todavía estaba atribulada y pensé: “¿Cómo pude ser capaz de
algo tan contrario al carácter de Jesús? Después de todo, nunca he estado tan
cerca del Señor, nunca he orado tanto como lo he hecho en el último año. Debo
ser absolutamente malo como para que esa cosa tan ruda haya salido de mi
corazón.”
En ese momento, el enemigo me susurró: “Esa pequeña metida de pata no fue
una gran cosa, fue algo muy pequeño.” Pero el Espíritu Santo inmediatamente
se alzó en mi corazón para refutar la voz del diablo. Él me tranquilizó:
“David, el mismo hecho de que estés afligido por este pecado es una prueba
de que Yo estoy trabajando en ti. Mientras más te aflijas incluso por la
trasgresión más pequeña contra Mi amor, estás más cerca de conseguir la
victoria”
Dios nos envió su Espíritu para hacer guerra contra nuestra carne con sus
deseos y lujurias. Así que, si no te sientes atribulado cuando fallas - si
puedes sacudirte el pecado sin sentido de culpa, pena o arrepentimiento -
entonces el Espíritu Santo no está dentro de ti para hacer la guerra.
“Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis
contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según
Dios...” (2 Corintios 7:9)
Si estás bajo convicción de pecado aún por la trasgresión más pequeña,
estás cerca de la verdadera victoria. ¡Él está ganando la batalla en tu
corazón al producir una tristeza que proviene de Dios, la cual te lleva al
arrepentimiento verdadero.
DAVID WILKERSON
viernes, 6 de diciembre de 2013
¡TRAE VIDA!
Me hubiese gustado conocer a Pablo en los maduros, últimos días de su caminar
con el Señor. Le hubiese preguntado: “Hermano, ¿Qué evitó que desmayaras y
te dieras por vencido? Fuiste constantemente atribulado por todos lados”.
Yo creo que Pablo me hubiese contestado: “Si, fui atribulado, pero no me
angustié por nada de eso.”
“Pero escribiste a menudo que estabas en apuros por tus pruebas”, le diría
yo.
“Cierto, pero nunca caí en la desesperación”, podría haberme contestado.
“Tú también fuiste perseguido más que nadie”.
“Si, es cierto. Pero el Señor nunca me desamparó a través de todo eso.”
“Fuiste derribado muchas veces con enfermedades y problemas”.
“Claro, pero nada de eso me destruyó”.
Hoy en día Pablo le testifica al mundo: “Estamos atribulados en todo, mas no
angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados;
derribados, pero no destruidos” (2 Corintios 4:8-9). Él quiere que el pueblo
de Dios sepa que: “Todos tus problemas son leves aflicciones momentáneas. Y
que ellas producen en ti un peso eterno de gloria, mas allá de lo que puedas
comprender” (Ver versículo 17)
Pablo nos dice: “De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la
vida.”(2 Corintios 4:12). El apóstol afirma claramente: “Esta es la razón
por la cual Dios nos entrega a muerte. ¡Lo hace para que la vida de Cristo
fluya desde nosotros hacia los demás! Si permitimos que la muerte termine su
obra, la vida de Cristo se manifestará en nosotros. ¡Y nuestro testimonio
producirá vida en todo aquél que lo escuche!”
Recuerda, cuando los problemas financieros te golpean, cuando los dolores
físicos te atacan, cuando tu nombre y reputación son difamados, todos los
ojos están sobre ti. Tus colegas, los miembros de tu familia, tus hermanos y
hermanas en Cristo, hasta los extraños te están observando y esperando tu
reacción.
¿Qué ven ellos fluir de ti en tales momentos? ¿Ven fe, confianza y entrega?
¿O ven a un cristiano murmurador y desesperado que no confía su vida al poder
de resurrección de Jesús? Amado, ¡permite que la muerte termine su obra en
ti! Deja que quite todo lo que impide que la vida de Cristo fluya desde ti
hacia otros.
Dile al Señor: “Padre, yo sé que estos problemas no me están sucediendo
porque estás enojado conmigo. Tú estás tratando de alcanzar algo en mi alma.
Trata con eso, Señor. ¡Llévalo a la muerte, y de esa muerte trae vida!
DAVID WILKERSON
jueves, 5 de diciembre de 2013
UN NUEVO CAPÍTULO
Hay 28 capítulos en el libro de los Hechos, pero durante siglos Dios ha estado
escribiendo un nuevo capítulo a través de decenas de miles de discípulos
suyos. Sus nombres no son Felipe o Tabita o Timoteo, mas bien, hoy en día
tienen nombres como Jenny, Jimmy y Jonathan.
Jenny es una pelirroja australiana que asiste a nuestra iglesia en Colorado
Springs. Ella tiene la sonrisa más divertida que jamás haya oído y está
loca por el evangelio. Todos los días, ella y su marido ven el mover del poder
de Dios en las personas con las que se encuentran.
También hay un discípulo llamado Jimmy junto a quien he ministrado durante
décadas. Pocas personas evangelizan de la forma en que Jimmy lo hace.
Recientemente, cuando guió a alguien al Señor, le pidió: “Déjame dirigir
un estudio bíblico en tu casa”. Pronto, más personas del barrio estaban
llegando y siendo salvas. Jimmy hizo lo mismo en otro vecindario y luego en
otro. Estudios bíblicos están apareciendo por toda la ciudad gracias a un
cristiano radical que cree en el poder del Espíritu para mover corazones de
forma sobrenatural.
Jonathan es un discípulo en nuestra iglesia que tiene trece años de edad y
que ora con tal autoridad como si fuese alguien que ha pasado toda su vida en
misiones. Sus oraciones hacen que los adultos caigan de rodillas, porque vienen
de un corazón contrito y humillado. Jonathan tiene hambre de ver a Dios salvar
a los perdidos, y su hambre espiritual es contagiosa.
Los discípulos que estoy describiendo son cristianos del siglo veintiuno que
han recibido el poder del primer siglo. Del mismo modo, tú y yo hemos sido
llamados a ser equipados por el Espíritu de Dios para hacer la obra de Dios.
Creo que es hora de que muchos miembros de la iglesia ya no sólo sean meros
oyentes de la Palabra, sino también hacedores. Por supuesto que los estudios
bíblicos y los grupos de oración son buenos, pero una cosa es saber acerca de
Jesús y su gloria, y otra muy distinta es tener Su Espíritu viviendo dentro de
nosotros, de manera que ministremos como Él lo hizo. El Espíritu Santo ha
venido a morar en nosotros para que pueda lograr Sus propósitos a través de
nosotros.
Te insto a orar conmigo: “Señor, hazme ser poderoso en el aprendizaje de tu
Palabra e igual de poderoso en hacerla. Trae Pentecostés aquí hoy, Señor!
Amén”.
GARY WILKERSON
miércoles, 4 de diciembre de 2013
EL MAYOR ENGAÑO
El mayor engaño en la iglesia moderna es el asunto de usar la Palabra de Dios
para poner una etiqueta de aprobación sobre la codicia. Por fuera, la doctrina
de Jezabel funciona (ver 1 Reyes 21:14-16). Le dio a Acab lo que quería. Encima
de todo, era su derecho, porque cuando un hombre era apedreado por alta
traición contra el rey, todos sus bienes pasaban a manos del rey.
Nabot de Jezreel le había dicho a Acab que no le daría la heredad de sus
padres, porque el Señor le había prohibido hacerlo.
"…Y [Acab] se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió. Vino a
él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído tu espíritu, y
no comes? ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo
te daré la viña de Nabot de Jezreel" (1 Reyes 21:4-7).
Escucha la doctrina de Jezabel: "Tú eres el rey, el número uno, y tiene
derechos. Que nada te detenga de conseguir lo que quieres". Ella le dijo a
Acab: "¡Sé feliz! Te lo conseguiré". Ese es el falso evangelio en pocas
palabras. "No te preocupes. No te sientas triste o condenado por esos deseos
que te consumen. Te lo conseguiré". Al igual que los métodos engañosos que
Jezabel usó, estas doctrinas tuercen y manipulan las Escrituras.
Pero Acab no pudo disfrutar de lo que recibió debido a un molestoso profeta de
Dios. "Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: Levántate,
desciende a encontrarte con Acab…en la viña de Nabot, a la cual ha
descendido para tomar posesión de ella. Y le hablarás diciendo: Así ha dicho
Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? En el mismo lugar donde
lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu
sangre…Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? El respondió:
Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová" (1
Reyes 21:17-20).
Imagínate a Acab caminando en su nueva propiedad, diciendo: "¿No es bella la
vida? ¡Ah!, Jezabel, no estaré necesariamente de acuerdo con todos sus
métodos, pero sin duda lo logra". Sin embargo, detrás de cada paso suyo,
estaba el profeta Elías.
Así también es hoy. Dios ha enviado profetas, clamando a voz en cuello,
confrontando la doctrina de Jezabel del materialismo, incomodando a los
cristianos a disfrutar de sus juguetes y adquisiciones. Se han vendido. No
pueden verlo, pero el pecado está detrás de todo esto. Cada vez que me
pronuncio en contra de la doctrina de la prosperidad, siento el espíritu y el
poder de Elías sobre mí. Vas a oír más y más sobre esta doctrina de
Jezabel siendo desenmascarada. En todas partes, se oirán voces proféticas
altas y claras, clamando: "¡Pecado! Lo poseíste vendiéndote al pecado".
DAVID WILKERSON
martes, 3 de diciembre de 2013
EL PELIGRO DE NO RENUNCIAR AL PECADO OCULTO
Tres características particulares de la doctrina de Jezabel se hallan en la
Jezabel del Antiguo Testamento, la madre y la personificación de las falsas
doctrinas. De acuerdo a Jesús, su nombre es sinónimo de falsa doctrina,
cualquier doctrina que enseña que algo malo puede ser bueno, que lo profano
puede ser puro.
En hebreo, “Jezabel” significa "casta, virtuosa, sin idolatría".
¡Imagínate! La mujer más impía, idólatra, manipuladora y odiosa de toda la
Biblia se llama virtuosa, sin pecado. A algo muy malo se le ha llamado bueno. E,
irónicamente, inclusive "casto".
¿Cómo se convirtió en casta? "Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos
de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él. Porque le fue ligera
cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer
a Jezabel…y fue y sirvió a Baal, y lo adoró" (1 Reyes 16:30-31).
“Acab” significa"estampado con la naturaleza de su padre". Jezabel
representa la doctrina falsa y Acab es su víctima. La Biblia dice que no
bastó que Acab tuviera un corazón inclinado hacia el pecado, la idolatría y
la transigencia. Él trae a su vida una influencia satánica que lo confirmará
en su pecado. "A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo
malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba" (1 Reyes
21:25).
El mensaje es que la tendencia de los cristianos que no renuncian a la lujuria
y al pecado oculto, es a abrazar y a contraer matrimonio con una doctrina falsa
que sólo los emocionará y confirmará en sus pecados. Lo último que
necesitaba Acab era una Jezabel. Ella sacó lo peor de él, lo magnificó y
destruyó a Acab. Lo mismo ocurre con la falsa doctrina. Si hay algún pecado,
lujuria o mundanalidad en ti, lo último que necesitas es una doctrina que
sacará lo peor de ti.
Cuando David pecó con Betsabé, él no necesitaba un profeta falso con un
mensaje tranquilizante que le diga lo mucho que Dios lo amaba. Necesitaba al
inflexible profeta Natán, exclamando con un dedo señalador: "¡Tú eres el
hombre!".
Aquéllos que predican la doctrina de Cristo muestran a la gente la diferencia
entre lo bueno y lo malo. No hay mezcla en sus labios. "Y enseñarán a mi
pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a
discernir entre lo limpio y lo no limpio" (Ezequiel 44:23).
Tenemos toda una generación de chicos confundidos que ni siquiera puede
reconocer el mal cuando lo ven. Los falsos profetas los han engañado. Ellos
llaman bueno a los rockeros de cabello morado, que se visten como
sadomasoquistas, altaneros, contorsionándose sexualmente en el púlpito. Se
nos dice que el sexo fuera del matrimonio es bueno siempre y cuando estés
enamorado y respetes verdaderamente a la otra persona. Los falsos profetas se
han convertido en los defensores del pecado.
DAVID WILKERSON
lunes, 2 de diciembre de 2013
UN VERDADERO PENTECOSTÉS
En Hechos 11, leemos sobre un cambio histórico en la iglesia, el cual llegó a
través de creyentes anónimos, llenos del poder del Espíritu. Éstos fueron
los primeros en llevar las buenas nuevas de Jesús más allá de las barreras
del judaísmo, hacia los gentiles: "Pero había entre ellos…los cuales,
cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el
evangelio del Señor Jesús" (Hechos 11:20). Me encanta la frase "había entre
ellos" que se utiliza aquí. Estos creyentes anónimos y fieles no tenían ni
idea del papel fundamental que desempeñaron en la historia.
Pentecostés no es sólo un evento que ocurrió hace 2,000 años, sino un
fenómeno viviente que continúa sucediendo alrededor del mundo. En algún
lugar en este momento, hay pequeños grupos de personas clamando a Dios y Su
Espíritu está descendiendo sobre ellos, dándoles el poder para ser Sus
testigos delante de un mundo perdido.
Pentecostés está sucediendo ahora mismo en Varanasi, una ciudad al norte de
la India que visité hace no mucho tiempo. Menos del uno por ciento de la
población iba a la iglesia, cuando una joven cristiana llegó allí unos años
atrás. Ella empezó a conducir a las personas a Jesús, una por una; y los
convertidos, guiaban a otros al Señor. Esta joven no se guardó Pentecostés
para sí misma y hoy hay miles de creyentes dinámicos en la región, con un
poderoso testimonio para Cristo. Hay otras como ella en todo el mundo,
cristianos que claman al Espíritu para llevar el amor del Padre más allá.
En varias ocasiones, mi padre, David Wilkerson, me hablaba de lo que más le
dolía cuando pastoreaba una pequeña iglesia de Pensilvania en 1950. Era una
iglesia pentecostal, así que los servicios seguían un rumbo determinado. Una
hermanita tocaba el órgano y la congregación cantaba algunas canciones
tradicionales. Alguien se ponía de pie y pronunciaba un mensaje en lenguas,
seguido de otro que daba la interpretación. Entones Papá predicaba. Más
tarde, él hacía una oración y la gente venía al altar, clamando para que el
Espíritu Santo viniera. Luego, todos se iban a casa.
Esta iglesia no tenía campañas evangelísticas, ni ministerio de
misericordia. Muy pocas personas fueron traídas a Cristo durante los pocos
años que mi padre pastoreó. Eran cristianos que buscaban Pentecostés para
sí mismos, pero nunca conocieron el Pentecostés que Dios tenía en mente para
ellos. La oración del corazón quebrantado de mi padre lo decía todo: "Señor,
si de esto se trata Pentecostés, no lo quiero. Si se trata de tener un club de
"bendíceme” semana tras semana, no tendré nada que ver con ello".
Fue a causa de su deseo por un verdadero Pentecostés, que Papá dejó de ver
televisión y en lugar de ello, pasaba tiempo en oración. Lo demás es
historia. Durante las décadas posteriores, se distribuyeron varios millones de
copias de su libro “La Cruz y el Puñal”; habiendo más de 1,000 centros
“Desafío Juvenil” alrededor del mundo que trabajan para rescatar a los
perdidos y quebrantados. Todas estas obras proclaman el poder activo de Dios,
hoy, a través del Espíritu Santo.
GARY WILKERSON
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