jueves, 6 de junio de 2013
SU MISERICORDIA
Hemos de predicar sobre la misericordia del Señor a toda la humanidad. David
dijo: “He publicado tu fidelidad y tu salvación; no oculté tu misericordia
y tu verdad en grande asamblea.” (Salmo 40:10).
David no sólo se apropió de este maravilloso mensaje para sí mismo, él
sabía que era sumamente necesario para toda la congregación y para un mundo
que sufre. David estaba agradecido de Dios por tan grande amor, porque estaba
rodeado de sus propios fracasos: “Me han alcanzado mis maldades” (Salmo
40:12). No importa cuán gravemente la gente haya pecado, Dios aun los ama. Por
eso envió a Su Hijo. ¡Y eso es lo que deberíamos estar predicando al mundo!
¿Puedes decir con David: “No oculté tu misericordia en grande asamblea”?
Tal vez uno de los versículos más citados y cantados en toda la Palabra de
Dios es éste: “Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te
alabarán.” (Salmo 63:3). Te puedes preguntar, “¿Qué quiere decir con que
Su misericordia es mejor que la vida?” ¡La vida es corta! Se desvanece como
la hierba, que está aquí una temporada y luego desaparece. Sin embargo, su
misericordia perdurará para siempre. En mil millones de años a partir de
ahora, Jesús será tan tierno y cariñoso con nosotros como lo es ahora.
Pueden quitarte la vida, pero no pueden quitarte Su misericordia.
La mayor proclamación de Su misericordia es la alabanza gozosa. Detente y
piensa por un momento: Dios no está enojado contigo. Si estás listo para
renunciar a tus pecados, puedes ser perdonado y restaurado en este mismo
momento.
La Palabra dice que nada puede interponerse entre el Señor y nosotros: ni
pecado, ni culpa, ni pensamientos condenatorios. Puedes decir: “Mi vida es
una bendición para el Señor, y puedo regocijarme y alabar a Dios. ¡Estoy
limpio, libre, perdonado, justificado, santificado y redimido!"
Si realmente entendieras lo tierno Él es hacia ti, lo paciente, lo cariñoso,
lo dispuesto a perdonar y bendecir, no serías capaz de contenerte.
¡Gritarías y lo alabarías hasta quedar sin voz!
Amado, Jesús viene, y estamos listos para irnos. Tienes un Padre tierno y
amoroso que se preocupa por ti. Él ha guardado cada lágrima que has
derramado. Él ha visto cada necesidad y sabe cada pensamiento, y ¡Él te ama!
DAVID WILKERSON
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