martes, 7 de enero de 2014
LA FE QUE AGRADA A DIOS
Cristo confrontó a la iglesia de Laodicea, que representaba a la Iglesia de
los últimos tiempos. Le dio esta advertencia que se extiende a través de los
siglos para hablarte a ti y a mi hoy en día: “Pero por cuanto eres
tibio…te vomitaré de mi boca.”(Apocalipsis 3:16). ¡Qué increíbles
palabras! ¿Cuál es el delito, el pecado inimaginable cometido por la Iglesia
moderna? Escuche las palabras de Aquel que, por encima de todo, busca nuestra
fe, confianza y entrega: “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido,
y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado,
miserable, pobre, ciego y desnudo… He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo.” (Apocalipsis 3:17 y 20).
Este pasaje de la Escritura, tantas veces citado y aplicado totalmente fuera de
contexto, no se está dirigiendo a un mundo perdido en la necesidad de “dejar
a Jesús entrar”. Más bien, es una llamada directa y solemne a los creyentes
modernos que están recostados perezosamente en la cama de indiferencia,
bastante contentos con ellos mismos y la porción que les toca. Esta
generación ha sido cegada diabólicamente a la revelación espiritual de que
sin una fe ardiente es imposible agradar a Dios. Jesús está literalmente y de
forma espectacular de pie afuera de la puerta de una iglesia autosuficiente y
autocomplaciente que confía en métodos, estrategias, tácticas y cambios de
paradigma “vanguardistas” tomados del mercado secular. Él está pidiendo a
gritos, “¡Déjenme Entrar! ¡Arrepiéntanse! ¡Aléjense de esas cisternas
rotas que no ofrecen agua viva! Hago un llamamiento a un pueblo cuya fe y
confianza se mantenga exclusivamente en Mis promesas. ¡Anhelo un pueblo cuya
fe les permita ver lo invisible, creer lo increíble, y recibir lo
imposible!”
Puede haber adoración, fantásticos programas musicales, edificios imponentes,
asistencia impresionante, enseñanza dinámica, toda iglesia y programa social
imaginable, incluso jerga cristiana y citación de pasajes de la Biblia, pero
¡sin fe es imposible agradar a Dios! Dios se deleita en mover montañas y
liberar profusamente todos los recursos del cielo para intervenciones divinas
impresionantes cuando una persona sincera simplemente se vuelve a Él con fe
verdadera y apasionada.
La fe ardiente que pide con valentía todavía abre los cielos, mueve Su
corazón y Su mano, y nos da acceso ilimitado a recursos sobrenaturales,
milagrosos, inexplicables, inagotables y sorprendentes. Dios dice: “¡Amo la
fe! ¡La fe me mueve! ¡La fe verá Mi poder y obtendrá Mi favor!”. Como
pastor en Montreal, sólo necesito dar una mirada general a los miles de
rostros reunidos un domingo por la mañana, para recordar los milagros
modernos, las historias y los testimonios que anuncian con alegría a nuestro
mundo pesimista y escéptico de que ¡la fe que agrada a Dios!
Claude Houde es el pastor principal de la Iglesia de la Nueva Vida (Eglise
Nouvelle Vie) en Montreal, Canadá; y es un orador frecuente en conferencias
para pastores y líderes dirigidas por World Challenge en todo el mundo. Bajo
su liderazgo la Iglesia de la Nueva Vida se ha incrementado de ser un puñado
de personas, a más de 3500 miembros, en una parte de Canadá donde pocas
iglesias protestantes han alcanzado éxito.
Claude Houde
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