domingo, 5 de enero de 2014
EL SIGNIFICADO DE TENTAR A DIOS
El salmista escribe sobre el pecado de Israel: "Tentaron a Dios en su corazón"
(Salmo 78:18). El significado en hebreo de esta frase indica que los israelitas
fueron "probados más allá de la resistencia". Esto quiere decir que ya no les
quedaban medios humanos para valerse por sí mismos. Cuando llegaron a este
lugar, ellos creyeron que Dios los había abandonado, que guardaba silencio y
que se mantenía fuera de su vista.
En resumen, esto es lo que significa tentar a Dios. Ocurre cuando Sus
escogidos, Sus benditos, son puestos en el fuego de la prueba y su crisis crece
con más intensidad hasta que el miedo se apodera de sus corazones, y claman:
"Señor, ¿dónde estás? ¿Dónde está mi liberación? ¿Por qué no estás
en la escena? ¿Estás conmigo o no?"
Es imposible que un inconverso tiente al Señor, ya que tal persona no reconoce
a Dios en ningún área de su vida. Para él, todo lo que sucede es, ya sea,
buena suerte o mala suerte. Sólo los que están más cerca del Señor, pueden
tentarlo, los que han visto Su poder, los que han gustado Su misericordia y Su
gracia, y han sido llamados a caminar por fe.
Incluso el justo Juan el Bautista enfrentó la clase de prueba que puede llevar
a tentar a Dios. Mientras estaba en la prisión, debió haberse preguntado
dónde estaba Dios en su situación. Las voces que hablaban de las maravillas
que Jesús estaba haciendo, habían llegado a él: sanando gente, haciendo
milagros, atrayendo multitudes que alguna vez habían acudido a él. Y ahora
estaba sentado solo, esperando su ejecución.
Juan sabía que tenía que menguar para que Cristo pudiera crecer. Pero ahora
un pensamiento cruzaba su mente: "Menguar, sí, pero ¿morir? ¿Por qué tengo
que morir, si Jesús es verdaderamente Dios? Si Él está haciendo todas estas
maravillas por otros, ¿por qué no me puede librar? Señor, esto es demasiado
para soportar" (Recuerde que Cristo todavía no había quitado el aguijón de
la muerte).
Las últimas palabras que Jesús envió a Juan fueron increíblemente
significativas: "Bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí" (Mateo
11:6). Cristo le estaba diciendo a este siervo piadoso: "No te ofendas conmigo,
Juan. Tú sabes que yo sólo hago lo que veo y oigo del Padre. Él tiene un plan
en todo esto, y es digno de que confiemos en Él. Si Él hubiera querido que yo
vaya a liberarte, sabes que Yo estaría allí en un momento. Puedes estar
seguro de que lo que salga de esto, será para Su gloria. ¡Y significará la
gloria eterna para ti!
"Estás soportando tu prueba final, Juan. No dejes que la duda te robe tu fe.
En lugar de ello, descansa en el amor del Padre y en Su fidelidad para contigo.
No estás siendo juzgado. Al contrario, estás siendo grandemente honrado en Sus
ojos. ¡Sólo mantente firme!"
Yo creo que Juan soportó. Cuando finalmente fue decapitado por Herodes, se fue
a casa, a la gloria, ¡lleno de fe y de honor!
DAVID WILKERSON
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