jueves, 28 de febrero de 2013

¡SOMOS SU CUERPO!

"Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese
cuerpo" (1 Corintios 12:27). ¡Somos los propios miembros del cuerpo de Cristo!
Por la fe, somos hueso de sus huesos y carne de su carne. Y ahora, hemos sido
adoptados en una familia: "También nosotros, siendo muchos, formamos un solo
cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás." (Romanos
12:5).

Note como de la tumba llegó un hombre nuevo. Y desde el momento de la cruz,
todos los que se arrepienten y creen en este hombre nuevo se reúnen en Él:
"Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo
—ya seamos judíos o gentiles, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a
beber de un mismo Espíritu.  Ahora bien, el cuerpo no consta de un solo
miembro sino de muchos." (1 Corintios 12:13-14).

Ya no hay más negro, blanco, amarillo, marrón, Judío, musulmán o gentil.
Somos todos una sangre en Cristo Jesús. Y a causa de la obra de Cristo en la
cruz, el hombre ya no puede tratar de ser santo por guardar la ley y los
mandamientos. No puede llegar a ser santo por las buenas obras, hechos justos,
esfuerzo humano o afanes de la carne.

“Para reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo mediante la cruz, por la
que dio muerte a la enemistad." (Efesios 2:16). "Pues anuló la ley con sus
mandamientos y requisitos. Esto lo hizo para crear en sí mismo de los dos
pueblos una nueva humanidad al hacer la paz" (v. 15).
Sólo un hombre sería aceptado por el Padre, ¡El Hombre nuevo, resucitado! Y
cuando este hombre nuevo presentó ante su Padre a todos los que tenían fe en
Él, el Padre respondió: "¡Yo los recibo a todos como santos, porque están
en mi santo Hijo!" "Él nos hizo aceptos en el Amado" (1:6).

Además, hemos sido sellados con el Espíritu Santo: "para llevarlo a cabo
cuando se cumpliera el tiempo: reunir en él todas las cosas, tanto las del
cielo como las de la tierra.... En él también ustedes, cuando oyeron el
mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron,
fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido." (1:10,13).

Entonces, note como la santidad no es algo que hacemos, o alcanzamos, o vamos
trabajando en. Más bien, es algo que creemos. Dios nos acepta como santos
sólo si tenemos fe en Cristo y permanecemos en él. ¡El camino a la santidad
no es a través de la capacidad humana, sino por la fe!

GARY WILKERSON

miércoles, 27 de febrero de 2013

ANHELANDO LA VENIDA DEL SEÑOR


¿Usted ha estado esperando y anhelando la venida del Señor? ¿Usted anhela el
día en que va a aparecer?

"Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro
gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2:13). "Por lo demás está guardada para
mí una corona de justicia que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y
no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Timoteo 4:8).

Este mundo no es nuestro hogar. Pero le pregunto: ¿Está echando raíces o
está arrancando raíces y orando que Jesús mantenga su corazón despierto?

¿Son los enemigos de Dios sus enemigos? ¿Esta usted comprometido en la
batalla contra los enemigos de Dios? ¿Se ha levantado usted a luchar contra la
carne, el mundo y el diablo?

Sí, Jesús dijo que debemos amar a nuestros enemigos, pero ¿qué pasa con Sus
enemigos, los que le odian, niegan su gracia y misericordia, aquellos que
difaman su nombre y se arrastran a través de la inmundicia? No debemos odiar a
los hombres sino que debemos odiar el pecado que hay en sus corazones y los
poderes demoníacos que los gobiernan. ¡Debemos odiar la maldad que hay en el
mundo!

¿Es para usted un hábito abandonar la casa de Dios? "No dejando de
congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto
más, como veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10:25).

No es un accidente que el siguiente versículo en este pasaje se refiera al
"pecado voluntario" después de que la verdad ha sido revelada. “Porque si
continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento
de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados" (Hebreos 10:26).

Es un hecho probado históricamente: La gente se vuelve más descuidada y
negligente justo antes de la sentencia y la calamidad.

Si usted se ha juzgado a sí mismo y se queda corto, entonces ore esto desde su
corazón:

"Jesús, te necesito. Tengo que ser perdonado y amado por Ti. Confieso todos
mis pecados y mi obstinación. Te he olvidado, Señor. No te he puesto primero
y desde este día en adelante, te hago a Ti mi vida, mi todo.

GARY WILKERSON

martes, 26 de febrero de 2013

GRACIA QUE HACE UNA VIDA PELIGROS

El ángel Gabriel le habló a María, la madre de Jesús, y le dijo:
“¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo;…mas ella…se turbó por
sus palabras” (Lucas 1:28-29).

Yo creo que María se turbó cuando el ángel le habló porque ella estaba
consciente de la historia de su pueblo. Ella sabía lo que le había sucedido a
los israelitas que hallaron gracia delante de Dios. El resultado fue bendición,
es cierto, pero no siempre era agradable. Considere estos ejemplos:

Abel halló gracia delante de Dios a través de su sacrificio agradable al
Señor. Pero el hermano de Abel, Caín, estaba celoso porque él no halló el
mismo favor - y Abel pagó con su vida.

Noé halló gracia ante Dios. Él vivió rectamente en una generación malvada
y fue salvado de la destrucción del diluvio. Sin embargo, todas las
comodidades que Noé conoció en la tierra fueron aniquiladas. La historia de
la construcción de la sorprendente arca no fue un cuento para niños, sino que
era una historia triste de juicio en una escala mundial. Aunque Noé y su
familia sobrevivieron, perdieron todo lo que tenían en gran estima.

Lot halló gracia delante de Dios y fue capaz de escapar al juicio. Dios lo
libró de Sodoma, una ciudad preparada para enfrentar la destrucción ardiente.
Pero al escapar, Lot perdió casi todo lo que estimaba, incluyendo a su esposa.

José halló gracia delante de Dios y fue bendecido con sueños proféticos.
Pero el don que distinguió el favor de José también enfureció a los que lo
rodeaban.

Mi punto es que hallar gracia ante Dios es peligroso - y María lo sabía. Las
Escrituras hebreas lo dejan claro historia tras historia: Hallar gracia puede
ir acompañado de peligro, dificultades, presión, persecución, dolor y
tribulaciones. Lamentablemente, gran parte de la iglesia americana no reconoce
esto en cuanto al favor de Dios. Muchos pastores enseñan que hallar gracia
significa ser próspero, tener una linda casa o auto, nunca ser perseguido,
vivir sin dificultades y siempre estar en la cima.



María lo sabía muy bien y lo demostró en su respuesta al ángel: “He aquí
la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38).
¡Esa es la respuesta que quiero tener! No importa qué tan peligroso sea
hallar gracia ante Dios, no quiero cambiarlo por una vida fácil y cómoda. Yo
no quiero ser librado de los problemas si es que eso significa perder Su favor.

GARY WILKERSON

lunes, 25 de febrero de 2013

LA PROVISIÓN DE NUESTRO PADRE

Nunca en mi vida había hablado con tantas personas asustadas como lo hice en
los últimos tres meses. ¡América está absolutamente aterrorizada!    

Constructores, profesionales de Wall Street, minoristas, ejecutivos, abogados,
propietarios de pequeñas empresas están diciendo lo mismo: “Esta peor de lo
que la mayoría de la gente piensa. Y se va a poner aun peor. Estamos en una
carrera hacia tiempos muy duros”.    

A nadie le gusta escuchar este tipo de noticias, de hecho, puede ser muy
deprimente. Pero los puritanos tenían un dicho: "Nuestros afectos sobornan a
nuestro discernimiento". Nos gusta vivir en América y nos gusta nuestra forma
de vida, pero si no nos enfrentamos a la verdad de que tiempos difíciles
están viniendo sobre nuestras naciones y de hecho, están sobre nosotros,
nunca vamos a tener la confianza que vamos a necesitar.    

Tenga la seguridad de que nada está tomando a Jesús por sorpresa. Él ve todo
lo que va a venir. El que ha contado los cabellos de la cabeza de cada persona y
ha contado cada gorrión caído, sabe de antemano lo que sus seguidores
enfrentarán en los últimos días.      

Él sabe a donde va a ir cada dólar en el presupuesto federal y Él sabe que
su arriendo y los impuestos están aumentando. El sabe de cada despido laboral
al que Sus hijos se están enfrentando y sabe todo acerca de sus cuentas por
pagar. Él sabe que usted tiene hijos y cuantos son. No hay una sola cosa que
nuestro bendito Salvador no supiera cuando nos dijo muy específicamente en
Mateo 6:25-33: "Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su
Padre celestial ya conoce todas sus necesidades"

Usted se pregunta cómo un cristiano necesitado puede no pensar en su estado
físico, yo le digo que no podemos rehuir la promesa que Jesús nos dio, Sus
palabras son eternas: "Yo os digo..." De hecho, usted puede tomar esas mismas
palabras delante del trono de Dios y decir a Jesús: "Estas son las palabras en
letras rojas: ‘¡Yo digo que no pienses en tus necesidades!’"

No importa cuántos bancos quiebran o que tanto crecen las filas de
desempleados, ¡nuestro Señor alimentará a las aves del cielo, vestirá los
lirios del campo y proveerá para las necesidades diarias de un océano lleno
de peces! "Vuestro Padre celestial los alimenta" (Mateo 6:26). Ni una sola
criatura sufrirá sin que nuestro Señor lo sepa.

Los tiempos duros nunca detendrán la provisión de nuestro Padre: "¿No son
ustedes mucho más que ellas? . . . ¿No hará mucho más por vosotros?"(Mateo
6:26, 30).
DAVID WILKERSON

viernes, 22 de febrero de 2013

ALEGRÍA Y CONFIANZA EN EL DÍA DEL JUICIO

“y todas las naciones serán reunidas ante él. Entonces él apartará a los
unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos. Pondrá
las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda, y entonces el Rey dirá
a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino
preparado para ustedes desde la fundación del mundo."(Mateo 25:32-34).

En el día del juicio, lo primero en la agenda del Juez será separar las
ovejas de los cabritos. Él no permitirá que Sus justos sean contados entre
los transgresores.
La Biblia es muy clara que aquellos que han permanecido en Cristo y esperan su
venida tendrán audacia y confianza en ese día:

“Y ahora, hijitos, permanezcan en él para que, cuando se manifieste,
tengamos confianza, y cuando venga no nos alejemos de él avergonzados." (1
Juan 2:28). "En esto se perfecciona el amor en nosotros: para que tengamos
confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este
mundo." (1 Juan 4:17).

¿Cómo puede usted tener esa audacia, esa alegría y esa confianza en el día
del juicio? Viene sólo a través del conocimiento del juez como su amigo,
hermano, pariente redentor, sumo sacerdote, abogado, intercesor, Señor. ¡el
amor de su corazón, su misma vida!

Si usted sabe en su corazón que no está listo para presentarse ante Jesús -
y ese momento viene muy pronto - entonces usted tiene que responder por lo que
he escrito aquí. Este mismo mensaje es suficiente para condenarle al infierno
eterno si lo rechaza. Se levantará como un testigo en el juicio final.

¿Tienen sus intereses su trabajo, sus posesiones o incluso su ministerio más
importancia para usted que los intereses del Señor? ¿Ha descuidado a su
familia? ¿Está satisfecho porque va a la iglesia el domingo y dice: "Yo he
hecho mi parte por Dios"? La Palabra de Dios para usted es clara: ¡No es
suficiente!
Si usted se ha juzgado a sí mismo y se queda corto, entonces ore esto desde su
corazón:
"Jesús, te necesito. Tengo que ser perdonado y amado por Ti. Confieso todos
mis pecados y mi obstinación. Te he olvidado, Señor. No te he puesto primero
y desde este día en adelante, te hago a Ti mi vida, mi todo.


DAVID WILKERSON

jueves, 21 de febrero de 2013

CONFIANZA TOTAL EN CRISTO

Cuando hablo de confianza total en Cristo, me refiero no sólo confianza en Su
poder para salvarnos, sino a la confianza en Su poder para guardarnos. Debemos
confiar en que Su Espíritu hará nuestra vida conforme a la Suya, esto es, nos
guardará en Cristo.

Hubo un tiempo en que eras extraño, estabas separado de Dios, haciendo malas
obras. Entonces, ¿Qué buena obra hiciste para arreglar las cosas con Él?
¡Ninguna! Nadie jamás ha sido capaz de ser santo. Antes, somos llevados a la
santidad de Cristo únicamente por la fe, aceptando lo que la Palabra de Dios
dice: “Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro
1:16).

Sí, Él quiere que tu caminar práctico y diario esté a la altura de tu
caminar de fe. Pero el hecho es que tenemos que creer en Él incluso para eso.
Debemos confiar en Su promesa de darnos el Espíritu Santo y Él nos
conformará a la semejanza de Cristo en nuestro caminar diario.

“Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en
vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de
carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e
irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en
la fe”.  (Colosenses 1:21-23).

“Si …permanecéis …en la fe”. Por favor ten en cuenta que Jesús está
diciendo: “Solamente sigue confiando en Mí, viviendo por la fe, y yo te
presentaré limpio e impecable, santo ante el Padre” Esa es la obra
santificadora del Espíritu Santo.

Ningún cristiano es más santo que otro, porque no hay grados de santidad,
sólo grados de madurez en Cristo. Tú puedes ser un bebé cristiano y aún
así ser absolutamente santo en Jesús. Todos somos medidos por un estándar:
la santidad de Cristo. Si estamos en Cristo, Su santidad es nuestra en igual
medida.

Nunca más debes volver a mirar a otro líder cristiano o miembro de la iglesia
y decir: “Oh, me gustaría ser tan santo como él es”. Puede que no tengas
la vida de oración de esa persona, puede que cometas más errores que ella,
pero esa persona no es más aceptada por el Padre que tú. ¡No debes
compararte con nadie, porque nadie es más amado ante los ojos del Padre que
tú!
DAVID WILKERSON

martes, 19 de febrero de 2013

NO TENGAS MIEDO

“No temas, porque has hallado gracia delante de Dios” (Lucas 1:30).

Cuando Dios nos anuncia que este es el año de Su gracia, quiere decir este
año. Dios está hablándote acerca de encontrar Su gracia ahora, este mes,
esta semana, hoy día.

Cuando prediqué este mensaje de la gracia de Dios en la Iglesia “The Springs
Church”, en Colorado Springs, una mujer alcohólica estaba sentada en el
servicio. Ella escuchó que el Espíritu Santo le decía a su corazón:
“Aunque has perdido las esperanzas, Mi favor es contigo. Verás un giro de
180 grados en tu vida”. La mujer le dio todo al Señor en ese servicio,  y ha
estado sobria desde hace meses.

En Nueva York, un hombre joven que había vivido en la calle durante un año se
tropezó con la Iglesia “Times Square Church”. Estuvo sentado durante el
servicio, pero cuando éste terminó, se fue pensando: “Odio este lugar. No
voy a volver a venir” Sin embargo, algo lo empujó a volver. Vino de nuevo a
la semana siguiente y pasó lo mismo. Una vez más se fue, diciendo: "No voy a
volver nunca más."

Este patrón se repitió y finalmente, después de un año completo, el joven
volvió a levantarse de su asiento cuando terminó el servicio, sólo que esta
vez dijo: “Te amo, Jesús, y te necesito en mi vida”. Se dirigió hacia el
altar y dio su vida a Cristo.

Los pastores de la Iglesia “Times Square Church” sintieron que había un
llamado especial para la vida de este joven. Ellos lo ayudaron a ir a la
escuela bíblica, donde resultó ser un estudiante brillante. Terminó con un
promedio de calificaciones excelente (equivalente a grado A) y se inscribió en
el seminario, completando una licenciatura de tres años en sólo dieciocho
meses. Cuando le preguntaron si quería quedarse en el seminario como profesor,
él declinó, diciendo: “No, yo soy un pastor”.

El mismo día en que yo entregué este mensaje en la Iglesia “The Springs
Church”, este joven estaba predicando en la iglesia “Times Square
Church”. El favor de Dios había recaído sobre un vagabundo, una vida
insignificante, y Dios hizo toda la diferencia!

Que esta verdad comience a resonar en tu corazón, como lo hizo con María.
Dios está concibiendo algo nuevo, transformando tu período de prueba en Su
gloria. Puede que no sientas su presencia, pero Su mano está sobre ti. Confía
en Él con todo - tu corazón, tu familia, tu situación - y verás Su gloria.


GARY WILKERSON

lunes, 18 de febrero de 2013

EL SIERVO INÚTIL

El “siervo inútil” es el que “escondió” su talento. Demasiado flojo
como para invertir su vida y tiempo en los intereses de Dios, se convirtió en
un “perezoso” en las cosas de Dios. Estos son el típico hombre o mujer,
siempre ocupados, que vienen a la casa de Dios una vez por semana para mantener
la apariencia de religión.

Sin embargo, esto es lo que el Señor dirá de ese descuidado y desganado
servicio para Él:

“Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré…Por tanto,
debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido
lo que es mío con los intereses… Y al siervo inútil echadle en las
tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” [Mateo
25:26-27,30].

Cuánto llorará y lamentará el siervo inútil en el momento que se abra su
libro. El Juez mostrará al mundo cuanto tiempo y esfuerzo utilizó para hacer
dinero, buscando seguridad personal, haciendo crecer sus cuentas bancarias, en
preocupaciones, ignorando a su familia, olvidando a Dios y abandonando la
reunión de los creyentes.

En ese día Dios expondrá el registro de cada una de las veces que descuidó
las reuniones de la iglesia, y de toda actividad perezosa y centrada en sí
mismo. Entonces, ante los ojos de este siervo aparecerá todo aquello que
estuvo acumulando durante toda su vida: casas, automóviles, muebles, botes,
ropa, joyas y valores.

Una chispa de los ojos del Juez prenderá fuego a todo como una bomba de
hidrógeno. Un ángel estará de pie ante el Juez y en sus manos recogerá un
puñado de polvo. El Señor volteará hacia el siervo inútil y dirá: “Este
es el valor total de los negocios que hiciste durante toda tu vida. Yo te
necesitaba y te llamaba, pero tú fuiste negligente. Me diste tan poco de tu
tiempo que al final me sacaste de tu vida completamente. ¡Desperdiciaste tu
vida por un puñado de polvo, a pesar de que fuiste advertido que  todo se
quemaría como paja en el horno!”¡Oh, cómo se arrepentirá en aquel día el
que no tuvo tiempo para Dios! El que asiste al servicio obligatorio del domingo
por la mañana con su esposa e hijos, porque “es la costumbre”, pero no
tiene un corazón para Dios!


DAVID WILKERSON

viernes, 15 de febrero de 2013

EN SU PRESENCIA

"A fin de que en su presencia nadie pueda jactarse." (1 Corintios 1:29). Este
versículo no es sólo una verdad del Nuevo Testamento fue cierto en los días
de Moisés también. Moisés no pudo liberar al pueblo de Dios por su propia
fuerza. Él tuvo que ser enseñado, una vez y para siempre, que la obra de Dios
no se realiza a través de la capacidad humana, sino por la confianza y
dependencia total del Señor.

Eso es cierto para todos los cristianos de hoy. Es necesario quitar de una vez
todo lo que la carne intenta para llevarnos a Dios. En efecto, Dios nos dice
como lo hizo con Moisés: "Sólo hay un fundamento sobre el que puedes
acercarte a mí, y es tierra santa. ¡No puedes tener confianza en la carne
porque ninguna carne estará de pie en mi presencia!"

Al hablar con Moisés, Dios puso énfasis en los zapatos (ver Éxodo 3:5)
porque nuestros pies son dos de las partes más sensibles de nuestro cuerpo.
¿Y qué son los zapatos, sino una protección de nuestra carne? Ellos nos
protegen de la intemperie, de las piedras, de las serpientes, de la suciedad,
del polvo y del pavimento caliente.

¿Nota lo que Dios le estaba diciendo a Moisés aquí? Él estaba usando algo
cotidiano, ordinario para enseñar una lección espiritual, tal como Jesús lo
hizo más tarde cuando usó las monedas, las perlas, los camellos y las
semillas de mostaza. Dios estaba diciendo: "Moisés, te pones traje de
protección para preservar tu carne de una lesión. Pero ninguna protección
carnal será capaz de preservarte cuando te envíe a Egipto, ese antro de
iniquidad, para hacer frente a un duro dictador. Estarás en una situación en
la que solamente Yo podré librarte. Así que, a menos que dejes de lado toda
confianza en tu carne, tu mansedumbre, celo y humildad, no serás capaz de
hacer lo que te estoy pidiendo que hagas. Todas tus habilidades no tendrán
ningún valor a menos que Yo las santifique".

En efecto, Moisés enfrentó todo tipo de pruebas y dificultades mientras
conducía a unos tres millones de personas en el desierto. Sin supermercados,
centros comerciales ni siquiera un pozo de agua, él tuvo que depender
enteramente de Dios para todo.


Moisés ya había tratado de actuar como un libertador en el poder de la carne.
Cuarenta años antes, había tomado la espada en la mano y mató a un cruel
egipcio conductor de esclavos. Y ahora Dios estaba diciendo: "Moisés, tu celo
tiene que ser santificado o te destruirá. ¿Estás dispuesto a deponer tu
espada y poner toda tu confianza en mí?"



DAVID WILKERSON
 

jueves, 14 de febrero de 2013

EL LIBRO DE LA VIDA

Dios ha registrado cada pasión y motivo de toda persona, cada uno de sus
pensamientos, palabras y obras. Los motivos del cristiano están en un “libro
de memoria”, el cual es Libro de la Vida y en el día del Juicio, Cristo
recordará a todos los que están en ese libro:

“Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y
Jehová… oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que
temen a Jehová …Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los
ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que
perdona a su hijo que le sirve”. [Malaquías 3:16-17]

Si amas a Jesús con todo tu corazón y estás purificado por Su sangre,
entonces tu nombre está inscrito en el Libro de la Vida. Este mensaje no
debiese producir temor; de hecho, debería traer gran regocijo a tu corazón
cuando ves todo lo que Dios tiene planeado para aquellos que le aman!

Existen libros pero también existe “El Libro”. La Biblia dice que cada
persona tiene su propio libro, un registro de todo su tiempo de vida aquí en
la tierra:

“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del
cual huyeron la tierra y el cielo…Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de
pie ante Dios; y los libros fueron abiertos…y fueron juzgados los muertos por
las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar
entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los
muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”.
[Apocalipsis 20:11-13]

Los malvados e inicuos serán juzgados por todo lo que está escrito en esos
libros, uno por uno, ante el Juez de toda la tierra!

Las Escrituras dicen que cada persona tendrá un cuerpo resucitado en ese
tiempo. Los pecadores tendrán un cuerpo “preparado para destrucción”
[Romanos 9:22], pero a los santos les será dado un cuerpo nuevo, como el del
Señor! Y cuando el Juicio termine, el Cordero se levantará de Su trono y
guiará a Su rebaño al paraíso eterno.


DAVID WILKERSON

miércoles, 13 de febrero de 2013

TESTIGOS

En el día del Juicio el Juez, Jesucristo, llamará a Sus testigos y ellos
testificarán ya sea a favor o en contra tuya.

El primer testigo es la Palabra de Dios misma: “El que me rechaza, y no
recibe Mis palabras, tiene quien le juzgue; la Palabra que he hablado, ella le
juzgará en el día postrero.” [Juan 12:48]

Habrá que dar cuentas de cada sermón o canto evangelístico escuchado; de
cada versículo de la Biblia o folleto leído. Jesús dice: “Cada palabra que
he hablado te juzgará en ese día. ¡Mi Palabra será testigo!”. Se
levantarán testigos tales como los hombres de Nínive, los hombres de Sodoma y
la reina de Sabá.

Jesús dice: “Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta
generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación
de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar. La reina del Sur se
levantará en el juicio con esta generación, y la condenará”. [Mateo
12:41-42]

Cuando estés ante el Juez y su libro sea abierto, la vasta multitud de
ninivitas darán un paso al frente, los que murieron en el holocausto de Sodoma
y Gomorra vendrán al frente, así como los de Tiro y Sidón. Los malvados te
rodearán, asombrados de la gran lista de oportunidades que tuviste de recibir
la Palabra de Dios: Biblias, radio, televisión, maestros, testigos, amigos,
familia.

Ellos clamarán: “El juicio de éste hombre debe ser peor que el nuestro.
¿Cómo pudo rechazar tantas oportunidades y negar tan poderosa luz?. Nosotros
no tuvimos Biblia, ni recordatorios constantes, ninguna segunda oportunidad.
¡Pero él tuvo todo esto!”

Jesús dice que Sodoma se hubiera arrepentido si hubiera escuchado una pequeña
parte de la predicación del evangelio que tú has escuchado: “Porque si en
Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría
permanecido hasta el día de hoy” [Mateo 11:23].

Predicadores y pastores serán llamados como testigos: “Y será predicado
este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las
naciones” [Mateo 24:14]

Nosotros los pastores tendremos que ponernos de pie y pasar a testificar que
tú asistías a la casa de Dios, que escuchaste la predicación del Evangelio y
 confirmar ante el Juez de toda la tierra de cada verdad que escuchaste, sea
esto a favor o en contra tuya.


DAVID WILKERSON

viernes, 8 de febrero de 2013

UN EVANGELIO DE PODER

El evangelio de Jesucristo no se trata solamente de evangelismo sino que de
santificación. El poder que nos salva es el mismo poder que nos guarda y
necesitamos ocuparnos en eso con temor y temblor. Necesitamos aprender el
manejo de las armas de nuestra milicia y comenzar a crecer y madurar.

Digo todo esto, pero también tengo buenas noticias para ti: ¡Hay un poder
disponible, una obra del Espíritu que es profunda, gloriosa y dinámica!
Cuando el Espíritu de Dios entra a los corazones de los creyentes que se
mantienen firmes en su fundamento y fe, crecen en madurez. Una liberación de
poder que los sana por dentro  viene a ellos y cierra la puerta al exterior. Me
encanta lo que Nehemías (el cual es una figura del Espíritu Santo) le dice a
los que tratan de lograr la entrada a Jerusalén:

“Y les amonesté y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del
muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. (Nehemías 13:21)

¡Me imagino a Jesús estando en pie a la puerta de mi vida! Cuando Satanás
viene para zarandearme, Jesús está de pie entre mí y el enemigo, y le dice:
“Te lo advertí una vez: ¡Retrocede! Estás en el lugar equivocado.
Comenzaste algo que no puedes terminar. Estas lidiando con alguien más grande
que tu”.

Me imagino el poder de Dios en la pared de mi vida. Por dentro estoy limpio,
pero oigo esas cosas que reclaman en el exterior gritando: “No puedes
mantenerte  limpio”.

Pero yo puedo mantenerme limpio porque tengo a Jesús en la pared de mi vida
diciendo: “¿Quién te crees que eres, Satanás? ¿Qué tienes que ver con mi
hijo, mi hija, quienes están cubiertos por la sangre del Cordero, limpiados,
santificados y hechos santos? ¿Quién eres tú para decir estas cosas viles?

“En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos
amó”. (Romanos 8:37)

¡Jesús ha hecho que todos seamos vencedores en Él!

GARY WILKERSON

jueves, 7 de febrero de 2013

LLÉVALO A LA CRUZ

Bajo el Antiguo Pacto, se requería obediencia absoluta. La ley de Dios no
permitía ni la más mínima desobediencia. En sencillas palabras, el alma que
pecaba, moría.

Esos mandamientos fueron presentados claramente, describiendo la perfecta
obediencia que un Dios santo requiere. Sin embargo, la ley no proveía nada en
la carne para tal obediencia y el hombre se vio totalmente incapaz de cumplir
con las demandas de la ley. Pablo llamó a la ley “un yugo sobre la cerviz
que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar” (Vea Hechos 15:10).

Sin embargo, Pablo también describe la ley como un “ayo, para llevarnos a
Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gálatas 3:24). La
ley expone nuestros corazones y nos enseña que somos de voluntad débil,
indefensos como bebés y que necesitamos un salvador.

A estas alturas, te estarás preguntando, “¿Por qué Dios demandaría
obediencia perfecta de parte nuestra, y sin embargo no nos proporcionaría el
poder para cumplir?” La Biblia lo deja en claro: Dios nos tenía que llevar
un punto en donde nos demos cuenta que no teníamos poder para escapar de
nuestro pecado.

A Israel le tomó cuatrocientos años de aflicción aprender que no podían
producir su propia liberación. No pudieron librarse del dominio de la
esclavitud en sus propias fuerzas. Ellos necesitaban tener un libertador, un
Dios que les extienda la mano y los saque de su esclavitud.

Y pasaron siglos, hasta el tiempo de Zacarías, para que Israel reconozca su
necesidad de un redentor. Finalmente se convencieron que necesitaban un
salvador que sería “a ellos un muro de fuego en derredor, y que estaría
para gloria en medio de ellos” (Vea Zacarías 2:5). ¡Dios mismo será el
fuego alrededor de ellos y la gloria dentro de ellos!

Sin embargo, muchos cristianos de hoy en día todavía no han aprendido esta
lección. Ellos están viviendo bajo la ley, esforzándose en su carne,
haciendo promesas a Dios, tratando de liberarse de sus pecados. Se despiertan
cada día diciendo: "Este es el día, Señor! Voy a encontrar la fortaleza y la
fuerza de voluntad para romper estas cadenas. ¡Con sólo un poco más de
esfuerzo, voy a ser libre! "


¡No! Nunca va a suceder. Eso solo terminará en más culpa. La ley tiene el
propósito de conducirnos a la cruz para reconocer nuestra incapacidad, nuestra
necesidad de un redentor.

DAVID WILKERSON

 

miércoles, 6 de febrero de 2013

ENTREGUE SUS CARGA








Dejar sus cargas requiere un poderoso acto de determinación y un tipo de
cirugía espiritual que sólo el Espíritu Santo puede realizar.
Esto lo vemos ilustrado en el libro de Nehemías. En ese momento, los
israelitas fielmente y  con diligencia habían reconstruido las puertas de
Jerusalén. Pero una vez que las puertas estaban de vuelta en su lugar, la
gente completamente pasó por alto la observancia de sábado. Cada semana,
largas filas de cargados animales pasaron por las puertas de Jerusalén yendo y
viniendo al mercado de la ciudad lleno de mercancías.

Nehemías se enojó cuando vio toda esta actividad en el día de reposo (véase
15). Él advirtió a la gente para que entregaran todas sus cargas y honraran el
Sabbat de Dios, pero cuando ellos no escucharon, subió el nivel de su
advertencia: "Entonces reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué
mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo?”
(Versículo 17). Él estaba diciendo, "los reprendí, les prediqué, les
advertí. Pero nada funcionó."

Finalmente, Nehemías había tenido suficiente, así que tomó medidas
drásticas: " Antes del día de reposo, cuando ya empezaba a oscurecer y las
puertas de Jerusalén todavía estaban abiertas, ordené cerrarlas y no volver
a abrirlas hasta que el día de reposo hubiera pasado. Y para impedir la
entrada de cualquier tipo de carga, puse como guardias a algunos de mis
siervos."(Versículo 19).

Nehemías puso centinelas en las puertas. Pero incluso entonces la gente que
llevaba las cargas no sería disuadida. Ellos acamparon durante toda la noche,
llevando sus cargas alrededor mientras esperaban que las puertas se abrieran.
(Ver versículo 20).

Amados, sus cargas estarán siempre acampando fuera de su mente, esperando una
oportunidad para entrar de nuevo exactamente como hacían antes. Usted puede
dejarlas en la noche, pero por la mañana van a estar allí, las preocupaciones
e inquietudes de siempre esperando que usted las recoja de nuevo.

Entonces, ¿qué hizo Nehemías para detener todo el transporta de carga? Él
dijo: "Entonces los llamé y les advertí: “¿Por qué se quedan fuera de la
muralla? Si vuelven a hacerlo, los voy a encarcelar.” Y desde entonces
dejaron de venir en día de reposo." (versículo 21).

Cuando Nehemías llegó al extremo de su resistencia, amenazó con la fuerza.
Y, amado, eso es lo que debemos hacer para mantener todas las cargas fuera de
las puertas de nuestras mentes. Al igual que Nehemías, tenemos que gritar
desde nuestra alma: "¡Esto no es a la manera de Dios! Yo vivo en el día de
reposo, El Sabbat, pero mi alma esta de cualquier modo menos en reposo. Todo lo
que me afecta y mis preocupaciones entran y salen cuando les place. ¡Yo debo
tomar dominio sobre estas cargas, a toda costa! "

DAVID WILKERSON
 

martes, 5 de febrero de 2013

NO PASE LA PUERTA CON CARGAS

"Sin embargo, si ustedes me obedecen, y en el día de reposo no meten ninguna
carga por las puertas de esta ciudad, sino que el día de reposo lo santifican
y no hacen ningún trabajo en él, Palabra del Señor, los reyes y los
príncipes que ocupan el trono de David entrarán por las puertas de esta
ciudad en carros y en caballos, lo mismo que sus príncipes, los varones de
Judá y los habitantes de Jerusalén. Y esta ciudad será habitada para
siempre."(Jeremías 17:24-25). Creo que este pasaje es profético acerca Cristo
y de su iglesia.

Sabemos que Cristo es la simiente de David. Y sabemos que Él se sienta como
rey en el trono de David. Pero ¿quiénes son los reyes y príncipes que
Jeremías describe aquí, y los habitantes de Jerusalén montando a caballo y
en carros?

Nosotros somos esa gente y se nos ha dado una increíble promesa: Dejando todas
nuestras cargas sobre aquel que las debe cargar, viviremos en paz para siempre,
libres de toda esclavitud. En efecto, el mandato de Jesús acerca de poner
nuestras cargas sobre Él, no es una opción. Tenemos que hacerlo como un
asunto de confianza en Él.

"Sin embargo, si no me escuchan y se niegan a guardar como sagrado el día de
descanso, y si ese día pasan mercadería por las puertas de Jerusalén como si
fuera cualquier otro, entonces quemaré estas puertas. El fuego se extenderá a
los palacios y nadie podrá apagar las llamas rugientes" (versículo 27).

El profeta está diciendo: "Si no obedeces el mandato de Dios de dejar de
llevar tus cargas, terminarás siendo consumido por ellas." Trágicamente, esto
describe muchos creyentes hoy en día. Algunos casi no pueden dormir por la
noche porque nunca dejan de pensar en sus problemas. Reviven las cosas una y
otra vez en su mente, preguntándose: "¿Qué hice mal? ¿Cómo puedo hacer las
cosas bien?"

Cuando despiertan, sus mentes van directamente a sus cargas, en la ducha,
mientras se visten y, luego en la mesa del desayuno. En el momento en que salen
por la puerta principal, están tan agobiados que ni siquiera pueden sonreír.

¡Tales cristianos no conocen ni una hora de reposo en Jesús… ese descanso
que Él da libremente!

DAVID WILKERSON

lunes, 4 de febrero de 2013

NO RELAJES TU VIGILIA DE ORACIÓN

Dios quiere asegurarse de que tu corazón está dispuesto a perseverar, no
importa el tiempo que tarde Su respuesta. Jesús nos dio una parábola para
demostrar que Él espera que nosotros estemos determinados a no rendirnos. Es
la parábola de la viuda afligida que repetidamente se presentaba al juez
pidiendo justicia (vea Lucas 18:2-8). El juez finalmente concedió la petición
de la viuda solamente porque no quería ser molestado por su constante ruego.
“Sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que
viniendo de continuo, me agote la paciencia” (versículo 5). Jesús añadió:
“¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y
noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia”
(versículos 7-8).  

Tú dices: "Pero ¿No parece que Jesús habla en paradoja en este pasaje?
Primero dice que Dios ‘se tardará en respondernos’ y luego dice que
‘pronto nos hará justicia’".  

Muchos de nosotros malinterpretamos este pasaje completamente. Jesús no está
hablando de demorar por mucho tiempo, para nada! Él dice que Dios desea
responder rápidamente, pero Dios esta "demorando algo" que necesita paciencia
de Su parte. Él está diciendo, "Voy a tolerar esto que veo en tu corazón,
voy a soportarlo contigo hasta que estés dispuesto a esperar por la respuesta
como es debido"

Al mirar atrás algunas de las cosas por las que he perseverado en oración,
veo al Señor diciéndome: "Estoy sosteniendo esta solicitud tuya como un
espejo. Y a través de ella, te voy a mostrar lo que hay en lo profundo de tu
corazón"

He visto duda…temor…incredulidad…cosas que han hecho que me tire a los
pies de Jesús y clame: "¡Oh, Señor, ya no estoy interesado en las
respuestas, sólo quiero sacar este espíritu de mí, no quiero dudar de Ti!"

La parte más difícil de la fe es la última media hora. Cuando parece como
que Dios no responderá, nos damos por vencidos y pasamos a otra cosa. Al hacer
esto, pensamos que nos estamos entregando a la providencia de Dios, dependiendo
de Su voluntad soberana. Decimos: "Bueno, Dios, quizás no querías eso
después de todo"

DAVID WILKERSON

viernes, 1 de febrero de 2013

MUCHOS ESTÁN SUFRIENDO HOY

Sé que mi familia y yo no somos los únicos que sufren y soportar grandes
aflicciones. Recibo muchas cartas desgarradoras de los cristianos piadosos que
están pasando por la mayor prueba que hayan conocido.

Nunca tantos se han venido abajo con el cáncer. Nunca ha habido tantos heridos
por el divorcio, con sus compañeros abandonando la casa y renunciando al
matrimonio. Nunca tantos han sido agobiados por los problemas financieros.
Nunca ha habido un momento igual de tanta prueba, confusión, dolor y profundas
heridas. Los más queridos hijos de Dios están pasando por el fuego de
refinación. Si bien es cierto que "muchas son las aflicciones del justo",
también es cierto que "el Señor lo librará de todas ellas" (Salmo 34:19).

He estado orando, "Dios, Tú nos dijiste que nos acerquemos confiadamente a Tu
trono de la gracia para alcanzar misericordia para ayudarnos en nuestro tiempo
de necesidad. Necesitamos desesperadamente tu misericordia".

¿Hay esperanza para alguno de nosotros en estos tiempos difíciles sin la
misericordia del Señor? ¿Qué es lo que hacemos como creyentes cuando el
enemigo viene como una inundación? ¿Por qué aquellos que están tan
profundamente dedicados a Cristo tienen que soportar pruebas tan inusuales?

No tengo todas las respuestas. Sé que el justo sufre y sé que muchas personas
piadosas leyendo este mensaje están heridas y pueden preguntarse por qué
tienen que soportar tanto dolor. También sé que cuando usted toma su lugar en
el Santo de los Santos usted descubre pruebas desconocidas para los que están
en el patio exterior.

Las noticias diarias están llenas de horror y de violencia, pero ni por un
momento deje que eso estropee su visión de la iglesia gloriosa que se levanta
en medio de la ruina y la confusión para tomar dominio y autoridad.

Un cuerpo santo, perdonado y descansado, sosteniendo a Cristo, la cabeza; se
está revelando en clara medida. Este victorioso cuerpo se esta poniendo a
punto, con una vista bien definida, fuerte y ejercitando su músculo
espiritual, pone en peligro los mismísimos poderes de Satanás.
¡El pronóstico para el cuerpo de Cristo es increíblemente glorioso y nada en
este mundo impío puede afectarle de manera adversa o cambiar su propósito!

DAVID WILKERSON