viernes, 1 de febrero de 2013

MUCHOS ESTÁN SUFRIENDO HOY

Sé que mi familia y yo no somos los únicos que sufren y soportar grandes
aflicciones. Recibo muchas cartas desgarradoras de los cristianos piadosos que
están pasando por la mayor prueba que hayan conocido.

Nunca tantos se han venido abajo con el cáncer. Nunca ha habido tantos heridos
por el divorcio, con sus compañeros abandonando la casa y renunciando al
matrimonio. Nunca tantos han sido agobiados por los problemas financieros.
Nunca ha habido un momento igual de tanta prueba, confusión, dolor y profundas
heridas. Los más queridos hijos de Dios están pasando por el fuego de
refinación. Si bien es cierto que "muchas son las aflicciones del justo",
también es cierto que "el Señor lo librará de todas ellas" (Salmo 34:19).

He estado orando, "Dios, Tú nos dijiste que nos acerquemos confiadamente a Tu
trono de la gracia para alcanzar misericordia para ayudarnos en nuestro tiempo
de necesidad. Necesitamos desesperadamente tu misericordia".

¿Hay esperanza para alguno de nosotros en estos tiempos difíciles sin la
misericordia del Señor? ¿Qué es lo que hacemos como creyentes cuando el
enemigo viene como una inundación? ¿Por qué aquellos que están tan
profundamente dedicados a Cristo tienen que soportar pruebas tan inusuales?

No tengo todas las respuestas. Sé que el justo sufre y sé que muchas personas
piadosas leyendo este mensaje están heridas y pueden preguntarse por qué
tienen que soportar tanto dolor. También sé que cuando usted toma su lugar en
el Santo de los Santos usted descubre pruebas desconocidas para los que están
en el patio exterior.

Las noticias diarias están llenas de horror y de violencia, pero ni por un
momento deje que eso estropee su visión de la iglesia gloriosa que se levanta
en medio de la ruina y la confusión para tomar dominio y autoridad.

Un cuerpo santo, perdonado y descansado, sosteniendo a Cristo, la cabeza; se
está revelando en clara medida. Este victorioso cuerpo se esta poniendo a
punto, con una vista bien definida, fuerte y ejercitando su músculo
espiritual, pone en peligro los mismísimos poderes de Satanás.
¡El pronóstico para el cuerpo de Cristo es increíblemente glorioso y nada en
este mundo impío puede afectarle de manera adversa o cambiar su propósito!

DAVID WILKERSON

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