martes, 2 de julio de 2013
ACCESO TOTAL
Cada cuatro años, Estados Unidos inviste a un nuevo presidente en lo que se
llama “la oficina más poderosa de la tierra.” Su firma es ley. Él comanda
el ejército más poderoso del mundo. Pero el poder que tiene es nada comparado
con el poder que Jesús nos ha dado a ti y a mí.
Tenemos acceso total a la mismísima presencia del Creador, ¡El Dios vivo!
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por
la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo...acerquémonos con corazón
sincero, en plena certidumbre de fe” (Hebreos 10:19-22).
La palabra libertad en este versículo significa “actuar abiertamente con
confianza o asegurar publicidad.” Amado, esa “publicidad” es por causa
del diablo. Esto significa que podemos decir a todos los demonios en el
infierno: “¡Tengo derecho por la sangre de Jesucristo a entrar en la
presencia de Dios y hablar con Él, y Él conmigo!"
¿Crees que tienes este derecho, que Dios está dispuesto a salir y encontrarse
contigo? ¡Acerquémonos a Él con un corazón lleno de la seguridad de la fe!
No venimos por la sangre de un ave o de una cabra o de un toro, sino por la
sangre de nuestro Señor Jesucristo.
“Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido
eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y
las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la
purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante
el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará
vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
(Hebreos 9:12-14).
Nada estremece más el corazón de Dios que ver a sus hijos viniendo a Él con
valentía, sin timidez. Él quiere que vengamos diciendo: “Tengo derecho a
estar aquí. E incluso si mi corazón me reprende, Dios es más grande que mi
corazón” (1 Juan 3:20).
DAVID WILKERSON
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