“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu
Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en
público.” (Mateo 6:6)
Cuando Jesús habla de ir al aposento secreto para buscar al Padre, Él está
hablando de algo mucho más grande que un lugar físico. El Antiguo Testamento
nos dice que Dios dividió su pueblo en dos categorías: Aquellos que lo
buscaban regularmente en su lugar secreto de oración, y aquellos que no lo
buscaban.
Cuando Dios se enojó contra Israel debido a su idolatría, Moisés levantó su
tienda de oración fuera del campamento. Las escrituras dicen: “Y cualquiera
que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del
campamento.” (Éxodo 33:7). En medio de toda la idolatría que estaba tomando
lugar en Israel, el pueblo de Dios todavía dedicaba tiempo para buscar al
Señor. Este remanente que buscaba a Dios sabía que tenía que ir fuera del
campamento no sea que ellos, también, cayeran en la apostasía que estaba
engañando al pueblo.
Siglos después, el pueblo bajo el dominio del Rey Asa entendió porqué Dios
los bendijo y prosperó, manteniéndolos en paz con todos sus enemigos:
“Porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios; le hemos buscado, y Él nos ha
dado paz por todas partes. Edificaron, pues, y fueron prosperados.” (2da
Crónicas 14:7)
En un punto determinado del reinado de Asa, un ejército de un millón de
etíopes vino en contra de Israel. “Y clamó Asa a Jehová su Dios, y
dijo:…Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre. Y
Jehová deshizo a los etíopes delante de Asa…y huyeron los etíopes…fueron
deshechos delante de Jehová.”(2da Crónicas 14:11-13). Cuando Asa fue
atacado, se postró sobre su rostro y se volvió a Dios en oración, y Dios
respondió dándoles la victoria.
Poco tiempo después de ese triunfo, sin embargo, Azarías el profeta vino a
Asa y le dijo: “Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con
Él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, Él
también os dejará.”(2da Crónicas 15:2). En otras palabras: “Si dejas de
buscar a Dios y de clamar a Su nombre en todo lo que haces, Él te
abandonará.”
Cada vez que Israel buscó al Señor después de eso, Dios los bendijo: “Pero
cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová Dios de Israel, y le
buscaron, Él fue hallado de ellos.” (2da Crónicas 15:4). Israel disfrutó
el descanso cuando buscaron a Dios en oración y Él siempre los libró y les
dio orden y fuerza.
DAVID WILKERSON
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