El Antiguo Testamento enumera muchos tiempos de prueba del pueblo de Dios. Tal
vez el mayor ejemplo fue la crisis en el Mar Rojo. Esta crisis fue arreglada
completamente por Dios y creada por las órdenes que dio al pueblo de Israel.
La Escritura dice que fue Dios quien endureció el corazón del Faraón, causó
que los egipcios persiguieran a Israel, y permitió que el ejército egipcio
los alcanzara junto al mar.
Dios le dijo al pueblo que acampara entre Migdol y Pi-hahirot, un lugar situado
entre dos puertos de montaña, con el mar al borde de un tercer lado (véase
Éxodo 14). La única vía posible de escape era ir de nuevo al desierto y fue
bloqueada por el ejército de Faraón que se acercaba. Los israelitas estaban
horrorizados por su situación, pero ¡su Dios los había llevado allí!
Permítanme señalar algo: Dios podría haber golpeado las ruedas de los carros
de los egipcios en cualquier momento, dejándolos varados y matándolos de
hambre en el desierto. Pero, en cambio, esperó hasta que estuvieron entre las
paredes del mar dividido.
Dios podría haber enviado la nube sobrenatural sobre el campamento de los
egipcios para confundirlos. Los soldados habrían corrido entre la niebla
confundidos durante días. Pero, en cambio, eligió enviar la nube detrás de
los israelitas como protección.
O Dios pudo haber enviado un solo ángel para matar a todo el ejército egipcio
en un abrir y cerrar de ojos. De hecho, Él podría haber elegido destruirlos en
cualquier momento. Pero el Señor no hizo ninguna de esas cosas. En cambio, Él
apretó a Israel en esta situación difícil y alarmante, una crisis de la que
era imposible escapar por medios humanos.
Creo que el Señor tenía dos objetivos al permitir esta situación imposible
para su pueblo:
* Estaba decidido a aniquilar a los enemigos de Israel, nunca más tendrían
que mirar por encima del hombro con miedo. Dios estaba diciendo en esencia:
"Voy a esparcir cuerpos de tus enemigos a lo largo de la costa para que pueda
ver cada uno de ellos muerto. ¡Entonces sabrás que tengo todo el poder!"
* Dios quería dar una oportunidad a su pueblo para poner sus vidas en Sus
manos, estar quietos y confiar en Él para darles dirección.
¿Cómo sabemos que Dios ha colocado esta situación terrible para poner a
prueba a su pueblo? Su propia Palabra lo dice: "Debes recordar todo el camino
por el que Jehová tu Dios te ha traído estos cuarenta años en el desierto,
para afligirte, y para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si
habías de guardar sus mandamientos, o no". (Deuteronomio 8:2).
DAVID WILKERSON
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