martes, 11 de diciembre de 2012

ENCONTRANDO LAS CLAVES DE LA VICTORIA

Tan pronto como comencé a estudiar el Nuevo Pacto, comenzaron a salir verdades
gloriosas de los acuerdos de Dios con Israel en el Antiguo Testamento. Pablo
afirma: "Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para
amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos" (1
Corintios 10:11). Sentí al Señor preguntándome: "David, ¿quieres las claves
de la victoria? ¿Quieres saber cómo vencer el pecado, la carne y el diablo?
¿Quieres saber cómo batallar contra el enemigo? Entonces ve a mi Antiguo
Testamento y aprenderás de los ejemplos que hay allí. Yo los he escrito todos
para ti, para que puedas aprender las lecciones de la obra divina".

En la noche de Pascua, ni un solo israelita estuvo en peligro  cuando el ángel
de la muerte arrasó Egipto. Cada hombre, mujer y niño de Dios descansó
protegido y seguro bajo la cobertura de sangre que fue rociada en los postes de
las puertas de sus casas (Éxodo 12). Este cuadro de seguridad representa el
poder protector de la sangre de nuestro Señor sobre Sus hijos hoy en día.
Como cristianos, tenemos que creer y confiar que tenemos la sangre de Cristo
derramada en los postes de las puertas de nuestro corazón.

La confianza de Israel en la sangre del cordero sacrificado logró muchas cosas
en sus vidas. No sólo los protegió del ángel de la muerte, sino que también
los sacó de Egipto y los libró de la esclavitud del Faraón. Sin embargo,
había otros enemigos de los cuales Israel necesitaba librarse. Asimismo hoy,
nuestra confianza en la sangre de Cristo va más allá que el obtener la
salvación para la eternidad. También implica descansar en el poder de Dios
para librarnos de toda fortaleza del enemigo.

Por favor, no me malinterpreten. Si eres salvo - vives bajo la cobertura de la
sangre de Cristo, confiando por la fe en Su obra en la cruz por ti – eso es
absolutamente maravilloso. Pero, ¿Qué hay acerca de tu batalla constante
contra el poder del pecado que se libra dentro de ti? ¿Qué pasa con tu
hábito que te acosa? ¿Qué poder tienes para batallar contra estos enemigos
de tu alma?

El hecho es que, incluso si hemos sido salvados y asegurados por la sangre de
Cristo, todavía estamos inmersos en una batalla contra abrumadores
principados, poderes satánicos y fortalezas demoníacas. Tenemos que reclamar
el poder que está disponible para nosotros a través del Nuevo Pacto de Dios,
¡Pero ese poder viene sólo por la fe!

DAVID WILKERSON

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