viernes, 17 de febrero de 2012

Él SE DELEITA EN LA MISERICORDIA


“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino
de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de
ella han sido ejercitados.” (Hebreos 12:11).

Aquí Dios está hablando acerca de su propio corazón así como del nuestro.
Para Dios, el disciplinarnos no le produce gozo sino tristeza y dolor. Sin
embargo, cuando Él juega el rol de juez, Él permanece a lado de sus hijos
mientras los disciplina. Inclusive Él espera la más mínima señal de
arrepentimiento para terminar con su juicio y disciplina. Él anhela decir,
“Suficiente - no más. Me duele mucho corregirte.”

Amado, usted debe estar de acuerdo con este asunto sobre el dolor de Dios.
Cuando otros tratan de lastimarlo, usted debe traer sus pensamiento cautivos, y
decir, “¡O Dios, déjame orar por mis enemigos, por aquéllos que están
tratando de herirme.”

Dios ama al más malvado, al pecador más vil que vive en la calle, y si Él
ama a esa persona, ¿cuánto más Él ama al cristiano que lo hiere a usted y
que se ha hecho su enemigo?

Tal vez usted ya tiene idea de cuan lejos estamos del corazón de Dios.
Todavía tenemos mucho que aprender sobre Su corazón. No, Él no se deleita en
enjuiciar. Él no encuentra placer en la destrucción del malvado, ni en la
corrección de Sus hijos. Por el contrario, el hacer esto le provoca un
terrible dolor.

Déjeme decirle a usted en lo que el Señor se deleita:

"¿Qué Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del
remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en
la misericordia. Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará
nuestras iniquidades y echará a lo profundo del mar todos nuestros pecados.”
(Miqueas 7:18-19).


DAVID WILKERSON

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