miércoles, 20 de julio de 2011

LA GRAN PREOCUPACIÓN DE DIOS

En medio de esta global “agitación de todas las cosas”, ¿en qué está
enfocada la preocupación de Dios? ¿Será en los eventos del Medio Oriente?
No. La Biblia nos dice que La mirada de Dios está puesta sobre sus hijos.
“He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en
su misericordia” (Salmos 33:18).

Nuestro Señor es consciente de todo lo que se mueve en la Tierra, de todo lo
que respira. Aun así, su mirada está primordial mente enfocada en el bienestar
de sus hijos. Él ha fijado sus ojos en los dolores y necesidades de cada
miembro de su cuerpo espiritual. Dicho de una forma simple, cualquier cosa que
nos afecte, le preocupa a Él.

Para demostrarlo, Jesús dijo: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas
el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y
el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28). Incluso, en medio de las grandes
guerras mundiales, el primer enfoque de Dios no está en los tiranos. Su
enfoque está en cada circunstancia que sucede en las vidas de sus hijos.

Cristo dijo en el versículo siguiente: “¿No se venden dos pajaritos por un
cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre” (Mateo
10:29). En los días de Cristo, estos pajaritos eran la carne de los pobres y
se vendían a dos por un centavo. Sin embargo, Jesús dijo que ninguna de ellos
caía a tierra sin que lo supiera nuestro Padre.

El uso que le da Jesús al verbo “caer” en este versículo, va más allá
de la muerte de un ave. El significado arameo es “posarse sobre la tierra”,
en otras palabras, “caer”, aquí indica hasta el mínimo sobresalto que un
pequeño pajarillo hace.

Con esto Cristo nos está diciendo: “La mirada de tu Padre está puesta sobre
el pajarillo, no sólo cuando muere, sino cuando se posa en tierra. A medida que
el pajarillo aprende a volar, cae del nido y comienza a brincar sobre la tierra.
Y Dios ve hasta la lucha más pequeña que éste tiene. Él se preocupa de cada
detalle de su vida.”

Luego, Jesús añade: “Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos
pajarillos” (Mateo 10:31). De hecho, Él está diciendo: “Pues aun vuestros
cabellos están todos contados” (Mateo 10:30). En otras palabras, Aquél que
creó y contó cada estrella, que monitorio cada acto del Imperio Romano, que
guarda a las galaxias en sus órbitas, tiene sus ojos fijados en ti. Y, Jesús
pregunta: “¿No valéis vosotros mucho más que ellos?”

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