jueves, 15 de agosto de 2013
VIVIR LA VIDA EMPODERADOS POR DIOS
Muchos de nosotros queremos conocer el camino de Dios y escuchar la verdad del
evangelio, pero evitamos vivirlo. Tristemente, en la iglesia de hoy es
aceptable disfrutar de sermones y adoración, sin embargo, volver a casa sin un
cambio.
Pablo dijo de su propio testimonio: “ni mi palabra ni mi predicación fue con
palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu
y de poder” (1 Corintios 2:4). Si no estamos viviendo una vida empoderada por
Dios, el problema es con nosotros, no con el Señor.
Dios no dejó de dar a Su pueblo Su poder en el año 100 D.C. Jesús nunca
dijo: “y aun mayores [obras] harán...hasta la Reforma”. Pablo predicó un
mensaje del Evangelio de poder y él quería ese poder para Timoteo por una
razón específica: “También debes saber esto: que en los postreros días
vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos,… aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia
de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”. (2 Timoteo
3:1-5).
Pablo está hablando aquí de feligreses, pero describe que tienen sólo
“apariencia de piedad”. A estos cristianos no les importaba ir a la
sinagoga, leer textos espirituales o tomar parte en actividades religiosas. Sin
embargo, el consejo de Pablo a Timoteo era: “evítalos”. Él estaba
diciendo, “Es peligroso estar cerca de esas personas. Puedes empezar a pensar
que lo que hacen es aceptable. Pueden parecer piadosos, pero el Señor mira el
corazón, y Él ve la impiedad y la soberbia”.
Pablo dijo de esos cristianos “siempre están aprendiendo, y nunca pueden
llegar al conocimiento de la verdad”. (3:7). En otras palabras, escucharon
todas las enseñanzas del Evangelio, pero nunca les hicieron caso. Eso los hizo
incapaces, dijo Pablo, ya que se “resisten a la verdad” (3:8).
Note como Pablo comienza este pasaje: “en los postreros días vendrán
tiempos peligrosos.”(3:1). Él deja claro que el cristianismo “normal” no
será sostenible en los días que vienen, esos tiempos peligrosos marchitarán
una fe superficial. Soy probablemente el menor profeta cristiano vivo, pero
hasta yo puedo ver los malos tiempos vislumbrándose. Cuando las economías
mundiales tambalean, el estadounidense promedio se enfrenta a un desastre
financiero, y la agitación política se agudiza, entonces algo tiene que
ceder.
¿Qué va a hacer la mayoría de los cristianos cuando las cosas realmente
empeoren? ¿Están nuestros corazones verdaderamente preparados para hacer
frente a tiempos difíciles? Ruego que reaccionemos como lo hizo la iglesia en
Hechos cuando se enteraron que venía una hambruna. No acumularon bienes para
hacer frente a la crisis, en lugar de eso, tomaron una ofrenda para ayudar a
las otras iglesias que sabían que sufrirían.
GARY WILKERSON
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