martes, 6 de agosto de 2013
ORACIONES ABORTADAS
No estamos en libertad de orar al azar por cualquier cosa que nuestras mentes
egoístas puedan concebir, ni estamos autorizados a entrar en Su presencia y
ventilar nuestras ideas tontas y divagaciones sin sentido. Si Dios aprobara
todas nuestras peticiones sin criterio, terminaría entregando su gloria.
Hay una ley de la oración, una ley destinada a eliminar las oraciones
egoístas, mientras que al mismo tiempo hace posible que los íntegros pidan
confiadamente. En otras palabras, podemos orar por cualquier cosa queramos,
siempre que sea Su voluntad.
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera
cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”(1
Juan 5:14-15).
Los discípulos no estaban orando de acuerdo a la voluntad de Dios cuando
oraron con afán de venganza. Ellos pidieron a Dios de esta manera: “Señor,
¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo…y los consuma? Entonces
volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué
espíritu sois” (Lucas 9:54-55).
Job, en su dolor, le suplicó a Dios que le quitara su vida. ¿Y si Dios
hubiese contestado su oración? Tal oración es contraria a la voluntad de
Dios. La Palabra advierte: “No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se
apresure a proferir palabra delante de Dios” (Eclesiastés 5:2).
Daniel oró de la manera correcta. En primer lugar, fue a las Escrituras y
buscó cual era la mente de Dios. Entonces, después de recibir instrucciones
claras, y estando seguro de la voluntad de Dios, corrió hacia el trono de Dios
con una poderosa confianza. “Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole
en oración” (Daniel 9:3).
Sabemos demasiado acerca de lo que queremos y muy poco acerca de lo que Dios
quiere. Nuestras oraciones son abortadas cuando no están de acuerdo con Su
voluntad.
DAVID WILKERSON
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