No deberíamos tener que viajar más allá de nuestro propio vecindario para
tener el más grande avivamiento imaginable. Dios dice que si nosotros damos
nuestro pan al hambriento, si albergamos a los pobres en nuestra casa, si
cubrimos al desnudo y saciamos al alma afligida, Él nos pastoreará siempre y
nos proveerá continuamente, seremos como huerto de riego, y como manantial de
aguas, cuyas aguas nunca faltan. (Ver Isaías 58:7, 10-11)
Dios nos está diciendo: “¡Enfócate en ayudar a otros! Extiende tu mano al
pobre y al que sufre, y Yo te responderé, te guiare y te satisfaré. Serás
como un manantial de vida para otros, y tus bendiciones nunca faltarán”.
Si no estás conforme con esta enseñanza del Antiguo Testamento, escucha lo
que Jesús dice en el Nuevo Testamento:
“Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de
beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis;
enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le
responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento,
forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les
responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de
estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo
eterno, y los justos a la vida eterna” (Mateo 25:42-46).
“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y
cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? " (1 Juan
3:17).
A estas alturas puedes estar diciendo: “Me gustaría ser mas compasivo, para
ayudar al necesitado. ¿Cómo puedo hacer un cambio?”
Yo solamente puedo decirte que Dios responderá esta oración: “Señor, veo
todas las necesidades humanas alrededor de mí y sé que el único Jesús que
mi ciudad puede ver en la vida es aquel que verán a través de mi y de mi
iglesia. Dios, Tú tienes que dirigirme, yo estoy listo con mi billetera, mi
casa, mi tiempo, muéstrame dónde ir, Señor” Puedes estar seguro que Dios
traerá esas necesidades a la entrada de tu puerta.
DAVID WILKERSON
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