lunes, 16 de julio de 2012

EL CAZADOR

“...pero la adúltera busca la vida del hombre.” (Proverbios 6:26).

La adúltera en este versículo se refiere a Satanás. Él caza a aquéllos que
son preciados para Dios. El diablo trata de seducir a todos los que tienen
hambre del Señor. ¿Por qué piensa que usted está siendo probado en gran
manera? Usted puede tener una vida llena de pruebas, pero esto no es porque
usted es malvado. No, esto se debe a que Satanás sabe cuán preciado es usted
ante los ojos de Dios y ¡esta vida preciada es la que Satanás anda cazando!

Durante una cruzada evangelista en la costa oeste, conocí a un joven que
era brujo. De hecho, él era el líder de un grupo de brujos. A pesar de que
este muchacho estaban grandemente involucrado en ocultismo, él no creía en
que Satanás y sus demonios podían poseer le.

Una noche, mientras este joven intentaba dormir, él vio horribles caras
  demoníacasen el techo de su habitación lanzándole miradas lascivas. Mientras
dichas caras se juntaban como una nube y formaban un embudo, el joven se dio
cuenta que estaban a punto de conducirse a su corazón.

Él se encontraba petrificado. Entonces él recordó algo de su niñez y
exclamó, “¡En el nombre de Jesús, váyanse!” Y todos los demonios
desaparecieron.

La siguiente noche estas fuerzas vinieron en legiones aún mayores. Mientras el
joven se encontraba durmiendo, él escuchó un sonido. Él miró hacia arriba y
vió toda su habitación llena de horribles criaturas. Éstas volvieron a
formar un embudo. Esta vez el joven se levantó de su cama y gritó, “¡Clamo
la sangre de Jesús!” Y de nuevo los demonios huyeron.

Este joven pensó, “La siguiente vez que vengan no podré manejar la
situación.” Así que se comunicó con un amigo cristiano y le preguntó si
lo acompañaba a una mis cruzadas.

Durante el servicio, el joven fue tocado por el Espíritu Santo y entregó su
vida a Cristo. Él testificó que incluso su familia tenía antecedentes en el
ocultismo; él recordó que cuando tenía seis años de edad, él estaba
enamorado de Jesús. “Recuerdo claramente cuando iba al bosque detrás de
nuestra casa y predicaba,” él dijo.

Yo he visto este mismo amor por Dios en mis propios hijos y nietos. Yo tenía
ese tipo de corazón cuando era niño, así que sabía lo que este joven me
estaba hablando.

De repente, me dí cuenta por qué el diablo había tratado de poseer a este
joven y de destruirlo. Se debía a que él era preciado para Dios.

DAVID WILKERSON

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