miércoles, 4 de mayo de 2011

ESPERANZA EN LA TORMENTA QUE SE AVECINA

David nos da una idea clara de la actitud de Jesús frente a la tormenta que se
avecinaba. El habla proféticamente de Cristo, diciendo: "Veía al Señor
siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido" (Hechos
2:25). El significado literal aquí es, "yo estaba siempre en Su presencia,
contemplando su rostro." David citará a Jesús diciendo: "Por lo cual mi
corazón se alegró, y se gozó mi lengua, aun mi carne descansará en
esperanza" (2: 26).

Aquí está el secreto: ¡Jesús mantuvo siempre al Padre delante de su rostro!
Jesús continuamente buscó lugares secretos para estar a solas con su Padre. Y
fue sólo después de estar en la presencia de Dios que Cristo salió a
ministrar, plenamente convencido de que su Padre siempre estaba con él. "Él
está a mi mano derecha y nada en esta tierra me podrá mover." Aquí la
palabra griega para mover significa "agitado, sacudido o alterado." Jesús
decía: "Ninguno de estos problemas, males o acontecimientos que vienen podrán
destruirme o sacudir mi confianza. Mi Padre está en completo control".

Amados, si vamos a enfrentar la tormenta que se avecina, entonces tenemos que
estar preparados para que nada perturbe nuestro espíritu; y la única manera
de hacerlo es pasar tiempo en la presencia del Padre contemplando su rostro.
Tenemos que estar a solas con Él - de rodillas, experimentando su presencia,
buscándole a Él- hasta que estemos completamente convencidos de que Él está
a nuestra mano derecha.

Dios nos está diciendo claramente: "No seas movido o agitado por nada de lo
que ves. Mantén tus ojos enfocados en mí y conserva tu gozo”. Y, de acuerdo
con David, Jesús declaró, "Tú me llenas de alegría con tu rostro" (Hechos
2:28). Es como si Cristo nos estuviera diciendo, "Yo afronté todo lo que vas a
enfrentar en los últimos días de los tiempos. Tuve los mismos sentimientos de
presagio, porque vi la tormenta que se avecinaba. Pero corrí a la presencia de
mi Padre, y Él quitó de mí todas mis preocupaciones. Él me mostró el
resultado de todo ello; y en su presencia encontré todo el gozo, la esperanza
y el descanso que necesitaría para el final. Tengo paz y alegría porque he
estado con Él. "

"Mi carne descansará en esperanza" (2:26).

DAVID WILKERSON

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