jueves, 22 de noviembre de 2012

EL ÉXITO Y LA OBEDIENCIA

"Ahora los burros de Cis, padre de Saúl, se habían perdido. Así que dijo Cis
a Saúl su hijo: Toma uno de los hombres jóvenes, y levántate, ve a buscar las
asnas "(1 Samuel 9:3, NVI).

Cuando la Escritura nos habla de algo que se perdió, como en esta historia o
en la parábola de la oveja perdida que Jesús contó; nos esta enseñando
sobre el corazón de Dios por los perdidos. Dios quiere que su pueblo esté
dispuesto a ir al rescate de los perdidos, exactamente como estaba ocurriendo
aquí en el relato con respecto a Saúl.

"Y él pasó a través de la región montañosa de Efraín" (versículo 4).
Subir y bajar las colinas de Efraín era una manera difícil de iniciar, pero
el padre de Saúl le había dado una misión y él iba a llevarla a cabo.

Luego, el versículo 4 continúa: "[Ellos] pasaron a través de la tierra de
Salín, pero no los encontró." Saúl había pasado por la montaña y ahora por
un segundo territorio sin encontrar los burros. Debió sentirse un poco
desesperado, preguntándose: "¿Es que nunca voy a encontrar estos burros?"

El corazón de Saúl se había comprometido con la búsqueda porque: "Mi padre
me pidió que hiciera esto y quiero ser obediente a su llamado. Estos asnos
perdidos le importan a mi padre y yo voy tras ellos con todo mi corazón."

"Ellos pasaron por la tierra de Salín, pero no estaban allí. Después pasaron
por la tierra de Benjamín, pero no los encontró "(versículo 4,
continuación).

Finalmente Saúl dijo a su criado: " Vámonos. Debemos regresar, no sea que mi
padre comience a preocuparse más por nosotros que por las burras." (Versículo
5).

Saúl estaba diciendo: "Realmente lo intentamos. Teníamos una visión y de
verdad pensé que podíamos hacer esto, pero no podemos."

Para algunas personas su aprensión acerca de renunciar a la fe es realmente un
miedo al fracaso. Ellos no hacen lo que Dios les ha llamado porque tienen miedo
de no tener éxito.
Escuche con atención. Cuando Dios le llama a algo, Él no siempre está
llamando a tener éxito, ¡Él le llama a obedecer! El éxito del llamado es
cosa de Dios, la obediencia es cosa suya.
GARY WILKERSON

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