Busqué en mis libros de referencias y encontré una lista de pasos para
“curar¨la incredulidad, pero ninguno de esas docenas de opciones me
convenció. Por tanto le pedí a Dios por algo sencillo y Él me dió dos ideas
para quitar la incredulidad del corazón:
1. Toma toda preocupación, temor y carga, y entrégaselas todas a Jesús.
¡Déjalas en Sus hombros!
“Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
(1 Pedro 5:7).
Amado, ésta es la invitación personal de Dios para usted. Su petición es:
“¡Deposita todo en Mí! No cargues más. ¡Yo tengo cuidado de todo lo que
estás pasando y soy suficientemente grande para tomar todo lo que hay en
tí!”
No hace mucho tiempo, alguien en una situación extremadamente estresante me
llamó pidiéndome una palabra de exhortación. Pero ese día yo me encontraba
abrumado por muchos problemas, así que no podía sobrellevar uno más. Por
tanto, le contesté, “Lo siento, pero me tendrás que llamar en otro momento.
Estoy sobrecargado.” Gracias a Dios que ¡Él nunca está estresado! ¡Nunca
está abrumado! ¡Sus hombros pueden tomar todas las cargas de Sus hijos! ¡Él
nos llama a “depositar todo en Él!”
“Echa sobre Jehová tu carga y él te sostendrá; no dejará para siempre
caído al justo.” (Salmo 55:22). Revisa tu lista ahora mismo: “Dios, te doy
esto, y eso, y aquéllo. Te doy esta carga, esta dificultad, esta relación,
este problema.” ¡Esté convencido de qué Él tiene cuidado de usted!
2. Lánzece con total fe en la Palabra escrita de Dios. ¡Tome el reto del
Señor de vivir por Su Palabra!
“No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios" (Mateo 4:4). Usted debe ser capaz de decir, “¡Voy a vivir y a morir
por la palabra de Dios en mí!”
Le pregunto a usted: ¿Cómo es que nosotros podemos confiar en Su Palabra para
nuestra salvación eterna y no para nuestras necesidades y problemas diarios?
Nosotros podemos creerle en la parte más difícil. ¿Por qué nos resulta más
complicado creer por ayuda, guianza y poder sobre el pecado? “A aquel que es
poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha delante de su
gloria con gran alegría” (Judas 24). Dios le ha prometido esto a usted. Así
que ¡deje a un lado las cargas que le están agobiando! Acuda al Señor y rete
Su Palabra. ¡Dígale que usted se jugará su vida en Su Palabra! ¡Muéstrele
cómo usted confía en cada una de Sus palabras- y será bendecido!
DAVID WILKERSON
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