Abro mi corazón a Ti, querido Dios, y permito que Tu paz llene mi ser. En Tu presencia, siento paz, serenidad, confianza y fortaleza.
Siento calma bajo Tu cuidado amoroso, querido Dios, y entrego todas mis inquietudes a Ti, sabiendo que me apoyas y sustentas en todo lo que hago.
Dios, al mantener mi corazón y mente centrados en Ti, siento que Tu paz infunde mi ser entero dándome serenidad y seguridad.
Amado Dios, Te entrego todo sentimiento de confusión. En la comodidad de Tu presencia, siento alegría y serenidad.
Dios, Tu presencia me calma y tranquiliza todo a mi alrededor dirigiéndome a un lugar de perfecta paz. Al centrarme en Tu presencia serena, dejo ir toda inquietud y me siento protegida por Tu amor.
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