viernes, 18 de enero de 2013

ESTO ES UN TEST

Tome esta prueba para ver si ha dado ya los primeros pasos hacia la dureza de
corazón.

     1. ¿Cuántas veces has escuchado mensajes sobre el peligro de
descuidar la oración diaria y la lectura de la Biblia?

Si descuida su lugar secreto en  casa y si piensa que la oración en la iglesia
se encarga de todas sus necesidades, usted nunca va a sobrevivir los futuros
tiempos difíciles. Si no presta atención a la Palabra que tiene la intención
de sanarle y fortalecerle en los buenos tiempos, ¿cómo vas a encontrar el
poder para vencer en los días difíciles por venir? ¡Tener un conocimiento
personal de su Padre celestial es la única forma de prepararse para lo que
viene!

     2. ¿Cuántas veces has sido advertido de las terribles consecuencias
del chisme?

A veces, las advertencias sobre el tema del chisme han sido tomadas a la
ligera, suavemente; y en otras ocasiones, han sido como trueno. Una y otra vez
a los israelitas se les advirtió de los peligros de este pecado, pero ellos
insistían en desobedecer al Señor, esto les llevó a una vida de miseria en
un desierto infestado de serpientes. El chisme y la murmuración le costo todo
a Israel.

¿Ha dicho algo contra un hermano o una hermana durante la última semana, algo
que usted no debía repetir? ¿O ha escuchado algún chisme acerca de esa
persona? Si es así, ¿permitió usted que la semilla de la duda hacia esa
persona fuera plantada en su alma? Si usted continúa chismeando a pesar de
todas las advertencias que ha oído, usted ha comenzado el camino hacia la
dureza de corazón.

     3. ¿Cuántas advertencias ha oído en contra de albergar un pecado
secreto?

¿Qué pasa con ese pecado secreto, ese del que El Espíritu de Dios
continuamente le ha hablado? A través de los años he escrito muchas
advertencias sobre los peligros de coquetear con un pecado consentido. Más
aun, no sólo he predicado contra el pecado sino que he enseñado del poder de
resurrección de Dios,  he predicado que el Señor nos dota con el poder de su
Espíritu para vencer y pone una voluntad en nuestros corazones para hacer
bien.

La persona que se atreve a sentarse bajo la amorosa reprensión semana tras
semana y todavía sigue pecando va por el camino de la dureza de corazón. ¡No
sea esa persona!

DAVID WILKERSON

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