martes, 4 de septiembre de 2012

DIOS AUN ES FIEL

Cuando Samuel ungió a David para ser el rey de Israel, a este hombre joven le
fue dado un nuevo corazón: “Samuel tomó el cuerno del aceite y lo ungió en
medio de sus hermanos. A partir de aquel día vino sobre David el espíritu de
Jehová.” (1 Samuel 16:13).

David llegó a ser un hombre de Dios, sabio, amado y lleno de temor por Dios:
“David se conducía prudentemente en todos sus asuntos y Jehová estaba con
él.” (18:14).

David fue un hombre de mucha oración. Él alababa al Señor como pocas
personas lo habían hecho, bendijo el corazón de Dios con sus alabanzas y
salmos. Nadie pudo haber tenido tanta intimidad con Dios como David.

David también fue un hombre de gran fe. Él se condujo a pelear contra Goliat
y llegó a ser un gran guerrero para Saúl. Mujeres cantaban de sus victorias
en el campo de batalla. Claramente el Espíritu de Dios estaba sobre este
hombre y obviamente el Señor tenía un plan para su vida.

Pero entonces Saúl vino hacia David con ira y este tuvo que huir. Él tomó a
400 de sus hombres y huyó a la tierra del gigante Goliat, a quien había
derrotado. Tome en cuenta este acto de infidelidad. David no le preguntó al
Señor acerca de esta decisión. Por el contrario, en busca de refugio él
había decidido poner su vida en las manos del rey de Gat. Pero en Gat, se
levantaron susurros de hostilidad, “¿no es éste de quien cantaban en las
danzas, diciendo: ‘Hirió Saúl a sus miles, y David a sus diez miles?’”
(Ver 1 Samuel 21:11.)

David fue llevado al rey. Él  sabía que estaba atrapado en problemas así que
pretendió estar enojado, se fingió loco, arañaba las puertas y dejaba que la
saliva le corriera por la barba. Él  esperaba que  su “locura” lo librara
del rey Aquis.

Qué testimonio tan pobre fue este delante de todos sus hombres. Aquis miró a
David y le dijo, “Este hombre está demente. ¡Sáquenlo de aquí!”

David fue infiel en ese momento pero Dios aún se mantuvo fiel. Él no
abandonó a David. Mientras David actuaba tontamente, el propósito eterno de
Dios para él continuó. El reino de Saúl se debilitaba día con día y Dios
hizo todo para asegurar la bendición que tenía para David.


DAVID WILKERSON

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