martes, 1 de noviembre de 2011

HUESOS SECOS PUEDEN REVIVIR!



Ezequiel 37 habla sobre el deseo de Dios de que tomemos las promesas de Su
nuevo pacto -de que aprendamos a vivir verdaderamente al entrar a la bendición
de su pacto.

Todos hemos escuchado la historia de los “huesos secos” a los que hace
referencia Ezequiel. Es importante notar que esas vasijas sin vida se
encontraban bajo el pacto. Usted puede ver que el Señor les dice “¡Huesos
secos, oíd palabra de Jehová! ” (Ezequiel 37:4). Ellos habían escuchado la
promesa del pacto de Dios: “Yo hago entrar espíritu en vosotros, y
viviréis.”

Pero, a pesar de que estos huesos secos habían escuchado sobre la promesa del
nuevo pacto, ellos no habían entrado al disfrute de sus bendiciones. Muchos
creyentes hoy en día saben del nuevo pacto de Dios- sin embargo, ellos
difícilmente pueden creerlo, pues éste suena demasiado bueno para ser verdad.
Ellos dicen, “ Yo sé que Dios nos ha dado su Espíritu Santo para que habite
en nosotros. Yo sé que el Espíritu provoca en nosotros la obediencia a
Cristo. ¡Yo anhelo grandemente esta bendición pero cómo puedo obtenerla para
mi vida!”

Existe algo que debemos hacer. Ezequiel escribe que Dios le dió esta
profecía, “ ...así ha dicho Jehová, el Señor: "¡Espíritu, ven de los
cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, y vivirán!” (37:9). Entonces
Ezequiel menciona que profetizó tal como Dios le había ordenado, “y entró
espíritu en ellos, y vivieron y se pusieron en pie.¡Era un ejército grande
en extremo!” (37:10).

Repentinamente, ¡un gran ejército vivo se paró delante de Ezequiel! El
Espíritu Santo había llenado de vida a todos aquellos cuerpos muertos - y
ahora ellos estaban preparados para la batalla. En un instante, ellos habían
entrado al pleno disfrute y bendiciones del nuevo pacto. El Espíritu de Dios
había tomado Su legítimo lugar en ellos -y Él estaba haciendo realidad todos
los cambios prometidos.

DAVID WILKERSON







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