jueves, 10 de noviembre de 2011

LAS FLECHAS PENETRANTES DE LA SANTA VERDAD

Creo que Dios necesita hacer primeramente una obra en nosotros antes de que
podamos reclamar alguna promesa del pacto. ¿Cuál es esta obra de la que
dependen todas la demás? Jeremías nos dice: “...pondré mi temor en el
corazón de ellos, para que no se aparten de mí.” (Jeremías 32:40). La obra
de Dios precedente al pacto es poner temor en nuestros corazones a través del
Espíritu Santo.

Aquí, Jeremías está hablando de las provisiones de Dios en el nuevo pacto,
no del antiguo. Dios nos dice claramente cómo esta primera obra del pacto es
ejecutada: “Pondré mi temor en el corazón de ellos.” Él nos permite
saber que nosotros no tenemos que crear un temor santo a través de la
imposición de manos o de la lucha contra nuestra propia carne. No -el único
camino por el cual esta obra santa es lograda en nosotros depende de que el
Espíritu de Dios la lleve a cabo.

Dios nos dice a través de este pasaje, “Yo haré maravillosas cosas en tí.
Yo enviaré mi propio Espíritu para que habite en tí y te dé un nuevo
corazón. Él te dará el poder para humillar todas las acciones de la carne y
te guiará hacia una total libertad del dominio del pecado. Finalmente Él
causará en tí el querer como el hacer de mi buena voluntad."

“Pero existe una obra que el Espíritu debe realizar en tí antes que ninguna
otra. Él va a poner en tí un temor verdadero de Dios respecto al pecado. Él
implantará en tí un profundo asombro de mi santidad para que nunca te apartes
de mis mandamientos. De otra forma, tu pecado siempre te dominará.”

En suma, el Espíritu Santo cambia la forma en que vemos a nuestro pecado. Él
sabe que entre más continuemos tomando nuestra lujuria a la ligera, nunca
seremos libres. ¿Cómo hace esto el Espíritu Santo? A través de la
convicción que nos da la Palabra de Dios - las flechas penetrantes de la santa
verdad.

DAVID WILKERSON

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