miércoles, 9 de noviembre de 2011

PREPARESE PARA MORIR

Al formar el nuevo pacto, Dios se obligó a sí mismo a proveer todo el poder
posible y toda la fortaleza necesaria para cumplir cada condición y demanda
pertenecientes a este acuerdo. Por tanto, cuando Dios dice bajo juramento,
“Yo lo haré,” la fe en nosotros responde, “Que sea hecho.”

Permítame mostrarle una verdad maravillosa del nuevo pacto. Ésta indica que
el Señor nunca puede acercarse a Su pueblo y hacer que ellos se acerquen a Él
tanto como Él quisiera. Por tanto, Él nos une, nos envuelve, nos acerca a Él,
y Él a nosotros, a través de su pacto vinculante. El nuevo pacto se trata en
su totalidad del compromiso de nuestro Señor a guardar a Sus hijos de caer, de
consolarlos, de darles confort y confianza al saber que el poder y dominio del
pecado puede y será roto por el Espíritu Santo que habita en ellos.

Esta verdad es la única certeza que tienen aquellos creyentes que han perdido
la esperanza en su lucha contra ese pecado que los acosa. Solamente al tener
una revelación del nuevo pacto es que podremos aprender el secreto para
obtener victoria total sobre el pecado.

La muerte es el único camino para salir del viejo pacto y entrar al nuevo. La
fe carnal tiene que morir -no más esfuerzos para creer. Si voy a tener fe
-verdadera fe, la fe de Cristo- Él deberá dármela. Se nos ha dado una medida
de fe. Sin embargo, si es cierto que no puedo hacer nada por mí mismo, entonces
esto también incluye el tener Su fe. Por esta misma razón es que la Escritura
la llama “la fe de Cristo.”

¿Está usted cansado, enfermo de vivir en pecado? ¿Está usted verdaderamente
anhelando vivir una vida santa, libre del hábito de la lujuria carnal? Entonces
prepárese para morir. Alístese para abrazar la cruz. El antiguo pacto lo
traerá a un punto de desesperación -a la nada. Cuando usted haya renunciado a
toda esperanza de vencer su pecado con su propio poder y voluntad humana,
entonces usted se encontrará listo para entrar al reino glorioso de libertad a
través del nuevo pacto.

DAVID WILKERSON

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