Hay tiempos cuando Dios nos quita ciertas cosas y otros, cuando oramos por
cosas que pensamos necesitar y Dios no nos las concede. Sin embargo,
“...Jehová conoce el camino de los justos...” (Salmo 1:6). ¡Un día las
acciones de Dios nos mostrarán que todo fue para nuestro beneficio y el de Su
Reino!
La verdadera satisfacción en la vida proviene de estar en la perfecta voluntad
de Dios, haciendo Su obra, viviendo conforme a Su propósito. Pero muchos de
nosotros estamos convencidos de saber lo que necesitamos para sentirnos plenos
y felices. Y, en la mayoría de los casos, ¡lo que creemos que es lo mejor
para nosotros nos conduce a la ruina! Nunca en la historia de la humanidad,
Dios le ha quitado algo a uno de Sus hijos sin darle algo mejor, más bello, y
con mayores satisfacciones.
Lo que Dios tiene para nosotros no debe causarnos temor. ¡Él no solamente
sabe qué es lo mejor para nosotros sino que Él quiere que tengamos lo mejor!
Si verdaderamente creemos esto, ¡descanso, paz y gozo vendrán a nosotros! No
nos afligiremos al dejar ir ciertas cosas, ¡sabremos que hemos sido hecho
libres de ataduras! Diremos, “Señor, si tú me has quitado esto significa
que tienes algo mucho mejor para mi. Así que te lo doy- ¡lo puedes tener!”
Amado, ¡nosotros necesitamos decansar en la mano amorosa de nuestro Padre!
Debemos llegar al grado de confianza que nos permita decir, “Yo tengo un
Padre amoroso que desea lo mejor para mi. Él lo sabe todo!” ¿Cómo llegó
Job a un lugar de reposo? Él se persuadió a sí mismo de que Dios sabía lo
que estaba haciendo y que todo estaba bajo control. Job dijo “Mas él conoce
mi camino: si me prueba, saldré como el oro.” (Job 23:10).
Muchos cristianos ven a Dios obrar en sus vidas y aún se preguntan, “¿Qué
pasa si todo se derrumba? ¿Qué pasa si yo hago algo mal y Dios se enoja o
impacienta conmigo? ¿Acaso todas Sus promesas se alejarán de mi? ¿Acaso debo
prepararme para algo inferior a su perfecto plan?” No- ¡nunca! Si su corazón
es recto delante de Dios, si usted continúa acudiendo a Él y buscándole con
todo su corazón, ¡nada cambiará los planes de Dios hacia usted!
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