"Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada, pero la lengua de los
sabios es medicina." (Proverbios 12:18, RV1995).
Con grandes y dolorosas palabras
hablan los revolucionarios.
Como la penetración de una espada,
ellos azotan con sus lenguas
el orden establecido del día.
El hombre maligno excava maldad
Y en sus labios hay un fuego ardiente,
El fuego permanente del infierno.
Pero el hombre impío será atrapado
Por la transgresión de sus propios labios.
El que guarda su boca,
Guarda su vida,
Pero el que mucho abre su boca
Padecerá calamidad.
Los hombres justos odian los labios mentirosos
Y los labios que no traen sanidad.
La lámpara de los impíos será apagada
Y sus labios sellados;
El lenguaje perverso
Será destruido
Y la lengua de los sabios
Traerán sanidad.
DAVID WILKERSON
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