Estaba mirando la televisión esa tarde, y de repente vino sobre mi un deseo profundo
de orar, tal es así, que no me dio tiempo de apagarla.
La oración venia de mi interior , palabras de adoración fluían y se transformaron
en intercesión en lenguas ,que duraron aproximadamente media ora.
La semana siguiente me encuentro con mi hermana Bety, y me contó que la semana
anterior, estuvo con depresión por tres días, hasta que el miércoles a la tarde, de repente,
como si nada , se liberó.
Ese día por la tarde , fue cuando vino sobre mi el deseo profundo de orar.
Es El en nosotros, el que hace todas las cosas.
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