El relato de la creación en el Génesis es un hermoso ejemplo de su presencia silenciosa y de sus modos secretos.
Cuando el hombre inventa o produce algo valioso, se escriben muchos libros al respecto. Mas el escritor sagrado, inspirado por el Espíritu, que revoloteaba sobre las aguas, simple y sencillamente afirma la totalidad de la creación en menos de dos páginas.
Algunas personas gustan de imaginar la creación del universo como una explosión caótica, y sin embargo, nuestra experiencia cotidiana de la continua creación de Dios nos enseña todo lo contrario.
Vivimos en la era atómica, pero pocas veces pensamos en la tremenda energía y actividad desplegada por esas partículas invisibles llamadas átomos. Cada átomo es un sistema solar en miniatura, alrededor del cual electrones y protones giran millones de veces por segundo, y sin embargo, todo pasa en absoluto silencio. En silencio y en total invisibilidad.
Somos testigos cada primavera de un espectáculo de fantástica energía cuando cada hoja de hierba, cada flor y cada enredadera, en busca del sol, del color y de la vida, se hacen un camino en la tierra- todo en silencio.
El hombre se enorgullece de sus inventos y computadoras, que ocupan tanto espacio en cuartos ruidosos y oficinas. Y sin embargo, la mente humana, que posee algo mucho más grande que un banco de memoria, es tan callada que nadie sino Dios la escucha razonar y decidir el curso de su vida.
Día y noche trabajan los gigantescos generadores que producen toda la electricidad necesaria para iluminar varias ciudades. Y sin embargo, cada día, la mitad del mundo se ilumina desde temprano al salir el sol envuelto en dorado resplandor - en hermoso silencio.
Las máquinas inventadas por el hombre para llevar a cabo las tareas que él no puede realizar son pesadas, grandes y ruidosas. Pero las células nerviosas del cerebro que crea esas máquinas pesan menos de la mitad de una onza, son microscópicas- y absolutamente silenciosas en su operación.
Dios trabaja silenciosamente; Su gracia es silenciosa e imperceptible; Su poder vivificante es silencioso; Su providencia es silenciosa; los milagros que realiza diariamente en la creación son silenciosos; Su poderosa mano, al guiar los destinos de los hombres y las naciones, también es silenciosa; Su presencia, que nos rodea como el aire que respiramos, es silenciosa.
Anonimo
4 comentarios:
Siempre me ha gustado pensar en la magnificencia de la creación de Dios, desde la materia hasta la composición humana, desde lo enorme de los planetas a lo pequeño de un neutrón.. todo tan perfecto!!
Me encantó este post!
Un abrazo Ali
Cuando lei tu post se me vino a la mente inmediatamente el momento en el cual Elías estaba en la cueva. Y sintio un terremoto, una gran brisa, pero ahi no estaba Dios, Finalmente Jehová estaba en un silbido apacible. La unica forma de escucharle es hablando mas despacio que el silencio, cuando lo logramos, podemos oirle
Bendiciones y visita mi blog
gracias Jessie por tu comentario,me alegra que te haya gustado .
Mi cariños Mexicanita .
Ruaj, Dios quiso llevar a Elias a conocerlo de una manera distinta ,en el silencio.No serà que también te quiere llevar a vos ?
Volve!
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