martes, 1 de abril de 2014
DIOS ESCONDE SU ROSTRO DE LA MALDAD
Dios "esconde su rostro" de toda la insensatez y burla (ver Jeremías 33:5).
Sin embargo, Él nunca se esconde de los que se encierran con Él. Le dijo a un
Jeremías que siempre oraba: "He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y
los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad" (Jeremías 33:6).
¡Estas fueron palabras asombrosas! Dios le estaba diciendo el profeta: "Lo
creas o no, Jeremías, voy a sanar a Mi pueblo. De hecho, ¡voy a llevarlos a
abundante paz y verdad! Estoy a punto de traer una gran limpieza, con
misericordias nuevas. Y ¡Mi Iglesia será una vez más un lugar de gozo y de
verdaderas alabanzas, donde se rompan todas las ataduras!"
Entonces, el Señor dio esta gloriosa promesa de pacto: " Así dice Jehová de
los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus
ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados"
(Jeremías 33:12). Él estaba diciendo: "Voy a establecer una multitud de
sacerdotes piadosos en todas las ciudades. Y ellos Me servirán en verdad,
¡haciendo que Mis ovejas se recuesten en reposo!"
En toda ciudad y pueblo, sea en montañas o valles, el norte o el sur, habría
un "redil" - un corral para el rebaño - con un pastor que los cuide. Y "aún
pasarán ganados por las manos del que los cuente, ha dicho Jehová" (33:13).
Este versículo habla de cuidado íntimo y personal para cada oveja. Dios
estaba diciendo: "¡Estos sacerdotes piadosos cuidarán de mi pueblo
individualmente!"
Entonces el Señor resumió su bendición de restauración, diciendo: "He aquí
vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he
hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá" (versículo 14). Esta "buena
palabra" sonaba casi demasiado buena para ser verdadera. ¡No sólo Dios
limpiaría a Su iglesia y restauraría a Su pueblo - sino que Él también les
proveería pastores piadosos!
Sólo el mismo Señor podría realizar un trabajo tan asombroso. Ningún
evangelista, maestro o nuevo movimiento podrían lograrlo. ¡Ocurriría
solamente por la promesa del pacto! ¡Creo que Dios se refería a nuestros
días cuando hablaba estas promesas a Jeremías!
DAVID WILKERSON
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