viernes, 29 de agosto de 2008

ORANDO SALMOS

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me alejes de tu presencia
ni me quites tu santo Espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación;
que un espíritu obediente me sostenga.
Así enseñaré a los transgresores tus caminos,
y los pecadores se volverán a ti.

Dios mío, Dios de mi salvación,
líbrame de derramar sangre,
y mi lengua alabará tu justicia.
Abre, Señor, mis labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Tú no te deleitas en los sacrificios
ni te complacen los holocaustos;
de lo contrario, te los ofrecería.
El sacrificio que te agrada
es un espíritu quebrantado;
tú, oh Dios, no desprecias
al corazón quebrantado y arrepentido.

No hay comentarios: