martes, 26 de agosto de 2008

LA SENDA

La senda del justo es llana;
tú, que eres recto, allanas su camino.
Sí, en ti esperamos, Señor,
y en la senda de tus juicios;
tu nombre y tu memoria
son el deseo de nuestra vida.
Todo mi ser te desea por las noches;
por la mañana mi espíritu te busca.

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