miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL PODER LE PERTENECE


“Reuniendo a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los
demonios y para sanar enfermedades.” (Lucas 9:1).

Jesús le dio a sus discípulos poder no porque ellos eran ambiciosos, sino
porque ellos le pertenecían a él. Al ser propiedad de Cristo el recibir su
poder no es negociable. El poder nace de la pertenencia. Esta última trae
consigo poder real.

Muchos cristianos viven vidas sin poder -realizan cotidianamente prácticas
pecaminosas, cuentan con un testimonio pobre, una vida espiritual débil;
carecen de fervor, de una vida radical de oración y de oraciones contestadas.

¿ Se siente usted sin poder? Este corto versículo está lleno de palabras
poderosas:

Jesús llamó a estos discípulos, lo que en esencia excluye nuestra propia
agenda, dirección, voluntad propia, o recurso de poder.

“Reuniendo”— este poder no se encuentra contenido en vasijas individuales
sino en una comunidad para que éste actúe en los propósitos del reino.

“Discípulos”— aquéllos que abandonan todo para seguir la vida, la
enseñanza y la dirección del maestro.

“Dio”—demuestra que no podemos hacer nada a menos de que Jesús nos dé
el poder para realizarlo.

“Poder”— no es lo que nosotros deseamos, trabajamos o luchamos por, sino
que es aquél que proviene sola y exclusivamente a través de Su provisión.
Nosotros nunca podremos tener el mando de esta parte de nuestra historia como
cristianos. A todo seguidor de Jesús le ha sido encomendado esperar hasta que
reciba poder de lo alto.

¿Le hace a usted falta poder? No hay otra forma de obtenerlo mas que le sea
dado por el único al que le pertenece. Jesús tiene el poder para darle a
aquéllos que son total y completamente suyos.

No luche por obtener poder. Desee pertenecer -completa, apasionada, humilde y
ambiciosamente a aquél que su corazón anhela. Entonces un poder que va más
allá de su imaginación vendrá sobre usted.

GARY WILKERSON


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