HAY PERSONAS QUE DIOS PONE A NUESTRO LADO EN LA VIDA
QUE SABEN HACER DE PEQUEÑOS INSTANTES GRANDES MOMENTOS
Cuando vivía en Ezpeleta -Buenos Aires. En la parada del
colectivo había un anciano que tenia un kiosco.
Todos los días mientras esperaba el colectivo charlaba con
El,pasando el tiempo vi que su se alegraba al verme, su rostro
cambiaba , también su apariencia antes descuidada
(a ellos casi nadie los toma en cuenta).
Cierto día , tenia que mudarme de ese lugar, fui a despedirme,
se puso triste y me dijo : Para mi sos como una gota de roció
que cada mañana pasa por aquí, te voy a extrañar.
Seguro que el anciano tomaba contacto cada día, con Aquel que
vive dentro de mi, por eso se sentía también
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al
corazón sabiduría
salmos :90:12
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