Muchas veces perdemos las delicias de su presencia, El se esconde para
dejarse encontrar,pero nuestra búsqueda no debe cesar.
Conozco personalmente la perdida de su presencia.En tiempos así, solo
nos consuela creer que sabe perfectamente lo que esta haciendo,
pero, cuando se vuelve a mostrar, no hay palabras en el léxico humano
para describir lo que se siente.
Si ha perdido al amado . Adelante! que su corazón tome aliento,
pensando en ese momento incomparable, por el cual vale la pena seguir
esperando y muriendo de desesperación por su presencia.
Tus ojos verán al rey en su hermosura ! y los míos también, Aleluya !
Y si Ud. nunca ha disfrutado de su presencia, lo invito al encuentro
con Jesús.El no es una estatua, tiene ojos y ve, tiene oídos que escuchan
tiene boca y nos habla.
Abra su corazón en este momento, pida que Jesús perdone sus pecados y llene
su ser de felicidad.
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