Desde hacía varios años Irena Sendler, una de las más grandes heroínas polacas desde la Segunda Guerra Mundial, arrastraba un delicado estado de salud y salía poco del asilo en el que residía.
Durante los años de ocupación alemana, Sendler fue miembro de la resistencia y responsable de rescatar del gueto judío de Varsovia a los niños, a quienes lograba rescatar para ocultarlos entre familias católicas y en conventos para evitar su traslado a los campos de concentración.
En 1943 la Gestapo descubrió su hazaña, por lo que Irena fue capturada y torturada, pero ella nunca reveló ni la identidad ni el paradero de los niños que había rescatado.
Fue encarcelada en la prisión de Pawlak, en donde fue condenada a muerte, sentencia que nunca se cumplió porque, camino a la ejecución, un soldado la dejó escapar. Desde entonces vivió en la clandestinidad y permaneció escondida hasta el final de la guerra, en la que continuó participando activamente en la resistencia.
"Yo no hice nada especial, sólo hice lo que debía, nada más", decía cuando le preguntaban sobre sus actos heroicos.
Durante años, la historia de la heroína polaca permaneció oculta, hasta que, en 1999, un grupo de estudiantes estadounidenses dieron con ella en una investigación sobre los héroes del Holocausto.
Sendler fue propuesta por Polonia para recibir el premio Nobel de la Paz en 2007informacion diario el mundo .es
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