miércoles, 30 de septiembre de 2009
salmos 63
Oh Dios, tú eres mi Dios;
yo te busco intensamente.
Mi alma tiene sed de ti;
todo mi ser te anhela,
cual tierra seca, extenuada y sedienta.
Te he visto en el santuario
y he contemplado tu poder y tu gloria.
Tu amor es mejor que la vida;
por eso mis labios te alabarán.
Te bendeciré mientras viva,
y alzando mis manos te invocaré.
Mi alma quedará satisfecha
como de un suculento banquete,
y con labios jubilosos
te alabará mi boca.
En mi lecho me acuerdo de ti;
pienso en ti toda la noche.
A la sombra de tus alas cantaré,
porque tú eres mi ayuda.
Mi alma se aferra a ti;
tu mano derecha me sostiene.
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